Cuba impulsa siembra de oleaginosas en ruta hacia soberanía alimentaria

Un programa de alcance provincial para impulsar el cultivo de plantas oleaginosas avanza en Ciego de Ávila con la siembra de 1 700 hectáreas (ha) durante el presente año en diversas organizaciones productivas.

La iniciativa, enmarcada en el fortalecimiento de las capacidades municipales, busca aportar al plan nacional para alcanzar la soberanía alimentaria y nutricional en Cuba, un objetivo prioritario ante los desafíos económicos globales.

El proyecto, iniciado en 2023, prioriza la obtención de aceites comestibles a partir de cultivos como el ajonjolí y el girasol, seleccionados por su adaptabilidad al clima local y su alto rendimiento, informó el periódico Invasor.

Durante una reciente revisión del programa, Julio Gómez Casanova, primer secretario del Comité Provincial del Partido en Ciego de Ávila, destacó las ventajas económicas y nutricionales de estas plantas.

“Una hectárea de ajonjolí puede generar hasta 400 litros de aceite tras su procesamiento, mientras que el girasol ofrece un volumen aún mayor”, explicó a productores locales, según consta en actas de la reunión.

Además de su uso para aceites, ambas oleaginosas destacan por su valor proteico, superior al 30% en la masa semiseca, apta para la producción de piensos animales. Esto amplía su impacto en la cadena agroalimentaria, beneficiando a sectores como la ganadería.

El plan, sometido a evaluaciones técnicas periódicas, reportó en 2023 la siembra de 173 hectáreas, principalmente destinadas a la multiplicación de semillas.

Para 2025, se proyecta que cada unidad productiva incremente sus áreas de cultivo a un promedio de 10 hectáreas, salvo casos excepcionales.

Actualmente, los participantes cuentan con asignaciones definidas de tierras, fechas de siembra calendarizadas y garantías de combustible, según confirmaron autoridades agrícolas.

Exnier González Suárez, delegado provincial de la Agricultura, precisó que la Empresa Agroindustrial Municipal Bolivia lidera el despliegue con 43 hectáreas, seguidas por otras 100 distribuidas en cooperativas y fincas privadas.

“Estos cultivos no solo diversifican la producción, sino que reducen la dependencia de importaciones”, subrayó.

Las oleaginosas abarcan un espectro amplio de aplicaciones: desde el consumo directo —como semillas de girasol o almendras— hasta usos industriales, incluida la fabricación de fibras textiles (algodón, lino), tinturas y biocombustibles, tal es el caso del cártamo.

Su perfil nutricional las posiciona, además, como aliadas en la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes y padecimientos cardiovasculares, según estudios citados en el programa.

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