Un colectivo de investigadores pertenecientes al Centro de Estudios Biotecnológicos (CEBIO) de la Universidad de Matanzas, al cual se sumó el Dr. C. Enildo Abreu Cruz, realizaron la primera entrega de plantas de henequén, obtenidas por cultivo in vitro, listas para el campo a la Empresa Nacional de Fibras Naturales, reporta el periódico Girón.
Según el medio de prensa, se retoma de este modo una tecnología desarrollada en la década de los 90 del siglo pasado y se contextualiza a las actuales condiciones del CEBIO.
Este acto, asegura la fuente, no solo simboliza el cumplimiento de uno de los objetivos centrales del proyecto: La recuperación de las potencialidades de la producción de henequén en Matanzas, que es la mejora de la calidad de las posturas de henequén, sino que también representa un paso crucial hacia la sostenibilidad y propagación de este cultivo emblemático.
El henequén (Agave fourcroydes Lem.) ha sido un cultivo fundamental en Matanzas, conocido por su resistencia en condiciones climáticas adversas donde otros cultivos no prosperan.
A pesar de su importancia histórica, la crisis económica de los años 90 llevó a un notable decrecimiento en la producción de fibras y en las poblaciones de plantas. Tradicionalmente, el henequén ha sido utilizado para la extracción de fibras destinadas a la fabricación de hilos y sogas, pero su potencial va mucho más allá.
Los residuos de la planta, como la pulpa, ofrecen oportunidades para la producción de compost, lo que podría sustituir el uso de fertilizantes químicos. Además, investigaciones recientes han revelado la capacidad del henequén como planta fitorremediadora, y su savia contiene metabolitos de interés farmacéutico y con posible uso como plaguicida. Estas características subrayan la importancia del henequén no solo como recurso económico, sino también como aliado en la agricultura sostenible.
El camino hacia la recuperación del henequén no ha estado exento de obstáculos. Desde el inicio del proyecto en 2021, los investigadores han enfrentado múltiples dificultades, agravadas por la pandemia de COVID-19 y la escasez de materiales. Sin embargo, el esfuerzo y las alianzas con otros centros han valido la pena.
De acuerdo con Enrique Almeida Ruiz, director de la empresa surgida en 2017, “es un paso importante para el desarrollo del henequén en Cuba, ya que hemos iniciado la revitalización. Gracias al apoyo de instituciones como la Universidad de Matanzas, se podrán recuperar las plantaciones en el paísen un corto plazo. La clave para el futuro del henequén radica en la implementación de tecnologías biotecnológicas que permitan la producción de posturas de alta calidad”.
La entrega de estas plantas es un ejemplo claro de cómo la ciencia y la investigación pueden transformar la agricultura en la región. Con el respaldo de instituciones académicas y el compromiso de los investigadores, el henequén podría experimentar un renacer que beneficiará el cultivo en el país.
El henequén no solo es un cultivo con un pasado rico, sino también con un futuro lleno de posibilidades. La combinación de innovación, sostenibilidad y apoyo comunitario puede llevar a Matanzas a liderar nuevamente en la producción de este valioso recurso natural.
(Con información del periódico Girón y la Universidad de Matanzas)