“Hay que reconectar la ciencia con la producción en Cuba”

Transcripción del programa Cuadrando la Caja, 23 de marzo de 2025

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Hola, ¿qué tal? Qué bueno volverle a saludar. Cuadrando la Caja, una propuesta televisiva para debatir, cuestionar y llegar a consensos desde el socialismo cubano.

Soy Marxlenin Pérez y le doy la bienvenida a este cuadre diferente, hoy para conversar sobre ciencia y economía, o dicho en otras palabras: ¿cree usted que hay ciencia en la economía cubana, o que prevalece aún una desconexión entre la gestión del conocimiento científico y la producción de valor? ¿Por qué decimos que necesitamos más ciencia e innovación para dinamizar nuestra economía?  Estas y otras cuestiones serán abordadas en nuestro programa. Si a usted le cuadra el tema, acompáñenos.

Y para abordar ciencia, economía e innovación, le doy la bienvenida al estudio, y estoy muy feliz de tenerlo de vuelta, me refiero al Doctor en Ciencias Agustín Lage, profesor, científico, investigador, asesor de BioCubaFarma y fundador de Cuadrando la Caja.

Dr. C. Agustín Lage Dávila: Buenas noches.

Dr. C. Marxlenin Pérez Valdés: Tremendo título honorífico que tiene ya en nuestro programa; y no le voy a decir empresario cubano porque ese tema ya lo resolvimos en emisiones pasadas. Si usted se lo perdió, ahí están nuestros programas en YouTube para que refresque de qué estamos hablando.

Y le doy la bienvenida también a dos nuevos integrantes del equipo Cuadrando la Caja; me refiero al Doctor en Ciencias Ricardo Casate, quien es director de Programas y Proyectos Estratégicos del CITMA.

Dr. C. Ricardo Casate Fernández: Muchas gracias.

Dr. C. Marxlenin Pérez Valdés: También con nosotros por primera vez el Máster en Ciencias Julio Santarén, director de la Oficina de Gestión de Fondos y Proyectos Internacionales que se subordina al CITMA.

M.C. Julio Santarén Suárez: Gracias.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: A ustedes tres las gracias por aceptar esta invitación. ¿Están listos para el debate?

Pues el pie forzado, el punto de partida para el programa de hoy va a ser nuestra Constitución de la República, específicamente el título II (Fundamentos Económicos), contiene el Artículo 21 referido a las cuestiones económicas y lo cito: “El Estado promueve el avance de la ciencia, la tecnología y la innovación como elementos imprescindibles para el desarrollo económico y social. Igualmente implementa formas de organización, financiamiento y gestión de la actividad científica, propicia la introducción sistemática y acelerada de sus resultados en los procesos productivos y de servicios, mediante el marco institucional y regulatorio correspondiente”.

Dicho esto, refrescando ese artículo que menciona y desde casi primer momento en la Constitución a la palabra ciencia y a todo lo referido con la ciencia y la innovación, les pregunto a ustedes: ¿en qué estado se encuentra la institucionalidad en este sentido, en la relación esta que estamos abordando hoy entre ciencia y economía? ¿Con quién empiezo?

Dr. C. Ricardo Casate Fernández: Efectivamente, como se plantea en la Constitución, la ciencia y la innovación constituyen una capacidad y una fuerza transformadora que permite el desarrollo productivo sostenible de la sociedad. Independientemente del texto al que usted ha hecho referencia de la Constitución del año 2019, tenemos que decir que la institucionalidad de la ciencia en nuestro país comenzó a implementarse justamente en los primeros años después del triunfo de la Revolución. En la década de los años 60 cuando empezaron a implementarse la reforma universitaria, el programa de becas universitarias, liderado por el Jefe de la Revolución, el Comandante Fidel Castro que desde esos primeros años trazó estrategias en función de desarrollar el potencial científico del país y se empezaron a crear un grupo de red de centros de investigación, subordinados a diferentes organismos. Es la época también en la que se le asigna a la Academia de Ciencias en el año 1962 el papel de un organismo de la administración central del Estado y así fue hasta el año 1994 en que se crea el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente. Pocos años después de la creación del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente conocido como CITMA, se comienza a implementar el sistema, en aquel entonces, de ciencia e innovación tecnológica, devenido hoy Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación como una forma organizativa para implementar de forma participativa la ciencia, la tecnología, la innovación y las políticas relacionadas con ello.

Ahora, en los últimos años tenemos que reconocer que se han caracterizado por el diseño y la implementación de una gran cantidad de políticas de ciencia, tecnología e innovación que justamente contribuyen a esta institucionalización de estos aspectos en función de la economía y la sociedad.

Y aquí solamente voy a hacer referencias a quizá el más importantes, el que es de mayor nivel, sobre todo el Decreto Ley 7 del año 2020 del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, en el cual se sentaron las bases del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, la forma organizativa, el funcionamiento, pero también en este decreto ley se define un programa de desarrollo del potencial científico-tecnológico, la necesidad de establecer programas para, no solamente desarrollar el potencial científico-tecnológico, sino también establecer incentivos a la producción de conocimiento y a la innovación. También las cuestiones relacionadas con la planificación de las actividades de ciencia, tecnología e innovación y su financiamiento, especificándose que el financiamiento de la ciencia, la tecnología y la innovación tiene que provenir de fuentes diversas, no solamente del presupuesto del Estado, sino de otras fuentes como el financiamiento empresarial, el crédito bancario y otras fuentes.

También, se define que la forma organizativa para desarrollar las actividades de ciencia, tecnología e innovación son los programas y los proyectos. Y un elemento importante que tiene que ver con la aplicación de la ciencia y la innovación en la economía, es la necesidad de desarrollar figuras que favorezcan la colaboración y la interconexión entre la generación de conocimiento y su aplicación en la práctica social, que ahí están las empresas de interface, los parques científico-tecnológicos, y esas figuras ya aparecen en ese decreto ley y en su reglamento. Entonces, es un grupo de políticas que fueron aprobadas en este en este periodo y que le dan institucionalidad a estos temas, y aquí ya especificando ya los temas de este tipo de organizaciones que conectan, pues también están las políticas relacionadas con las entidades de ciencia, tecnología e innovación y las políticas propiamente de los parques científico-tecnológicos, las empresas de interface y las empresas de alta tecnología que son empresas que se dedican a producir bienes y servicios intensivos o basados en la ciencia, en la aplicación de la ciencia, la tecnología y la innovación, y es un aspecto en el que hemos tenido avances en los últimos años después que fueron aprobados las políticas,  no solamente en el incremento en la cantidad de este tipo de entidades, sino también en su diversificación.

Hace unos 10 años atrás nosotros solamente teníamos en el país entidades de ciencia, tecnología e innovación que eran centros de investigación, centros de servicio científico-tecnológico y unidades de desarrollo e innovación; y hoy ya contamos con 275 entidades de ciencia, tecnología e innovación y ya aquí se incluyen empresas de alta tecnología, que tenemos hoy dos empresas de alta tecnología, los tres parques científicos-tecnológicos, nueve empresas de interface y una fundación que está en la Universidad de La Habana y que también hace ese papel de interfaz.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Dicho así todo parece indicar que nuestra institucionalidad alrededor de la producción científica goza de una excelente salud. Pero Julio, me gustaría que conectara esto con la producción de valor. ¿Cómo se da esa relación en la práctica cotidiana cubana entre la gestión del conocimiento científico y la producción de valor? ¿Cómo ocurre? ¿Se da en la práctica, tiene una salud armónica en la práctica esta relación?

M.C. Julio Santarén Suárez: Esta relación evidentemente, en las empresas que mencionaba el doctor Casate, casi que se da de manera natural porque es propio de la empresa desarrollar la ciencia y la innovación tecnológica como base para sostener el desarrollo que ella ha generado y generará en el futuro. Porque es importante reafirmar que el motor impulsor de la economía es la innovación. Sin innovación no hay desarrollo y aquí incluyo también la ciencia. Menciono la innovación para ir más al producto, al bien y al servicio. Estos elementos indudablemente tienen que estar presentes en la empresa estatal socialista para que generen su propio desarrollo y para que generen bienes y servicios y puedan hacer productos competitivos. Cuando decimos productos competitivos nos referimos a que gocen de la calidad requerida para estar en el mercado, no solamente nacional sino en el mercado internacional, y solo con ciencia e innovación se puede lograr que una empresa pueda avanzar y pueda desarrollarse.

Ahora bien, hay una capacidad que tienen que desarrollar, que es la capacidad en el intangible. La capacidad se logra no solamente con las capacidades propias de la empresa, hay que tener una conexión con las entidades generadoras del conocimiento; y esto es lo que un poco que se ha evaluado y se avizoró desde algún tiempo y el primer secretario del Partido, compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez ha estado insistiendo en que debe disminuirse la brecha entre la interconexión que hay entre la empresa y la generación de conocimiento. Porque acercando y disminuyendo esa brecha puede crear esas capacidades que le permitan desarrollar innovaciones, desarrollar productos. Y ahí precisamente hay varios momentos, varios apuntes en que se ha insistido en que nuestras empresas adopten esa forma de trabajar no solamente dirigidas por el máximo exponente de la institución, sino que hay que involucrar a toda la institución.

En un encuentro que sostuvo nuestro primer secretario del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República de Cuba, el compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez en Villa Clara con empresarios, enfatizaba en una problemática que existe y que se ha tratado en otros escenarios sobre la interconexión que existe entre el sector del conocimiento y la empresa. Los empresarios tienen que correr riesgos e invertir en la ciencia de la innovación. El Estado cubano financia la ciencia y la innovación y comparte ese riesgo con el empresario, también los investigadores, los innovadores tienen que ser más proactivos, no solamente esperar que la empresa se acerque al investigador y al innovador, sino que hay que buscar una coherencia y una correlación entre ambas entidades. Y en ese importante encuentro señalaba mantener ese estilo y ese método de trabajo, el método científico de trabajo. De hecho, se ha implementado el Sistema de Gestión de Gobierno basado en ciencia e innovación como pilares de la gestión de gobierno basado en ciencia; donde la intención es buscar un acercamiento entre el sector empresarial y el sector del conocimiento para poder atender la solución a las diferentes problemáticas desde la ciencia y la innovación, pero con cuestiones concretas, con un método de trabajo concreto, sistemático y que pueda dar paso progresivamente en el avance que pueda tener una empresa en su propio desarrollo. Pero el empresario tiene que desatar los hitos de que la ciencia y la innovación no es un gasto, la ciencia y la innovación es una inversión y tiene que verlo con ese amplio espectro, y poder acceder a determinadas facilidades.

Sabemos que por el cruel bloqueo de los Estados Unidos hacia Cuba, acceder a moneda libremente convertible es complejo, y acceder a determinados mercados es complejo. Pero nosotros tenemos que implementar determinadas innovaciones con la creatividad que tienen nuestros innovadores y nuestros investigadores para poder, precisamente, sostener, desarrollar la empresa y poder acceder a esos mercados buscando las vías y los mecanismos que nosotros los cubanos siempre hemos tratado de buscar.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Yo les agradezco entonces este primer momento, porque entre Ricardo y Julio ponían el tema en perspectiva desde los inicios de la Revolución y en cómo se está llevando desde el Gobierno este tema de la ciencia reflejándose en la economía. Y por supuesto Fidel nos decía que la Revolución tenía que ser hecha por hombres de ciencia, pero eso no se refería solamente al hombre, al científico en el laboratorio, sino a ciencia en su sentido integral. Agustín, ¿qué ha cambiado en estos tiempos?

Dr. C. Agustín Lage Dávila: Digamos ahora lo que ha cambiado y dejemos para el final este tema porque este concepto que Fidel decía hombres de ciencia, hombres de pensamiento, ese es uno de los retos que tenemos.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Lo abordamos entonces al final del programa.

Dr. C. Agustín Lage Dávila: Lo abordamos al final, porque es el reto de introducir el pensamiento científico como parte de la cultura general del cubano, eso es tremendo objetivo.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Me adelanté entonces a lo que tenías listo.

Dr. C. Agustín Lage Dávila: Ahora tú decías que te explicáramos qué ha cambiado.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Sí, qué ha cambiado en estos últimos 10-20 años.

Dr. C. Agustín Lage Dávila: Yo diría inclusive más, porque esa frase visionaria de Fidel es de 1960, desde entonces para acá han pasado 60 años más. Y no es que haya cambiado la situación cubana, es que ha cambiado el mundo, es decir, en el sentido de un mayor protagonismo de la ciencia y la innovación en los procesos económicos, ese es un cambio mundial. Hay dos fenómenos fundamentales, esenciales que no estaban en el momento que empezamos los programas de desarrollo científico en Cuba. Uno de ellos es la globalización como es ahora. Hay gente que te dice que la globalización empezó cuando Cristóbal Colón, pero ese es otro problema. El hecho real es que todavía en la década de los 80 el porcentaje de Producto Interno Bruto que los países hacían en la exportación, era alrededor del 10% del PIB mundial, hoy es el 40. Es decir, que hay un crecimiento de la fracción del PIB que se realiza en comercio exterior, ese es un fenómeno nuevo. Y por otra parte está el cambio tecnológico que es lo que le hemos llamado en otras ocasiones en estos debates, la industria de alta tecnología o la cuarta revolución industrial, ese término se utiliza mucho para distinguir la primera revolución industrial que es la máquina vapor, de la segunda que son los procesos basados en electricidad y petróleo, de la tercera que es la entrada de internet y la computadora, y la cuarta revolución industrial ahora, que es la que es inteligencia artificial, macrodatos, nanotecnología, biología sintética, robótica. Es decir, lo que le llamamos hoy las tecnologías avanzadas. Esos dos fenómenos, tecnología y globalización lo cambian todo y hace que nosotros tenemos que enfrentar con innovación cómo hacemos la inserción internacional de la economía cubana a partir de un país pequeño y sin recursos naturales.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Y bloqueados.

Dr. C. Agustín Lage Dávila: Y bloqueados. Entonces, quiere decir que hay cambios. Lo primero que tenemos que hacer ahí es entender los cambios y si no entendemos los cambios no podemos hacer una política que nos adapte a los cambios. Es por eso que tenemos que hablar de esto, me acordaba cuando estábamos conversando sobre el programa yo te decía: vamos a hacer un programa sobre la ciencia y no vamos a hablar de BioCubaFarma ni de la medicina.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Que está difícil y sería injusto incluso, un poco.

Dr. C. Agustín Lage Dávila: Sí, nosotros tenemos todo el derecho a estar orgullosos de los logros en ese campo, al mismo tiempo que preocupados porque no haya logros equivalentes en otros campos. Esas dos caras hay que verlas así, porque entonces hablamos de medicina, la vacuna, la covid-19. Entonces quisiéramos llevar un debate que era el que les proponía aquí, vamos a hablar del papel de la ciencia en la industria y el papel de la ciencia en el comercio exterior. El papel de la ciencia en la salud ya lo discutimos en varios programas, y por supuesto lo discutiremos cuantas veces haga falta, pero ahora tenemos que centrarnos en el papel de la ciencia en la industria y ahí hay fenómenos preocupantes, obstáculos y complejidades que nos están emergiendo que tenemos que disecar.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Vamos a hacer un pequeño corte porque en el siguiente momento del programa vamos a hablar de esos obstáculos que hay entre la ciencia y la economía.

Y sobre esos obstáculos que priman entre la ciencia, la economía, pero con un énfasis en la industria cubana, Ricardo, le quiero preguntar ¿le exige la industria cubana las ciencias todo lo que le debería exigir y la ciencia a su vez le aporta a la industria todo cuanto tiene como como potencial para desarrollarla?

Dr. C. Ricardo Casate Fernández: Este es un diálogo necesario entre el sector que genera conocimiento y la industria y que yo diría que no está al nivel que requerimos, con sus diferencias entre algunos sectores y otros. Hay sectores donde hay esa mayor conexión, hay ese mayor entendimiento entre la industria y el sector que genera conocimiento, y otros sectores donde no avanza al mismo ritmo.

Y aquí ¿de qué se trata? Agustín anteriormente hablaba de algunas características del entorno en el que nos movemos hoy, y ese cambio tecnológico que está ocurriendo a nivel mundial nosotros tenemos que insertarnos en ese cambio tecnológico. Por lo tanto, la industria tiene que estar monitoreando ese cambio tecnológico y hacer un análisis de qué necesito para dar ese salto. Evidentemente hay capacidades que tiene que desarrollar la industria para hacer eso y que no en todos los casos las tenemos. Y además no podemos obviar aquí de que también se necesita financiamiento para poder adquirir determinadas tecnologías, para poder asimilar determinadas tecnologías. Pero no todo radica en esa situación. Dentro de la propia industria, a partir del conocimiento que se ha ido generando allí se pueden buscar soluciones para ir avanzando y buscar entonces avances desde el punto de vista de resultados económicos. Pero también tiene que ser capaz de identificar, insertarse como diríamos en los flujos de conocimiento, identificar dónde está el conocimiento que necesito para resolver un problema, o quién me puede aportar la solución para resolver ese problema. Y ahí está entonces ese diálogo que tiene que establecer la industria con la universidad, con los centros de investigación, y poder ser capaz de demandarle esa solución y también acompañar a ese sector en el financiamiento para poder obtener esos resultados. Entonces por un lado decíamos, esa capacidad y esa inserción en ese flujo de conocimiento no está en todos los sectores industriales. Y por otra parte, dentro del sector que genera conocimiento tampoco en todas las ocasiones estamos monitoreando qué demanda la industria para poder hacerle propuestas de proyectos que le solucionen sus problemas.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Es decir, que hay problemas de falta de comunicación en algunos casos porque ya estamos viendo que hay una voluntad del Estado, del gobierno en este sentido. Hay un desarrollo del pensamiento científico indudable, incuestionable en nuestro país, pero entonces dónde está esa brecha, dónde se rompe, de qué depende que no veamos los resultados palpables de esa buena armonía entre la industria, la ciencia, la innovación. Julio.

M.C. Julio Santarén Suárez: Hay buenos ejemplos indudablemente en los que hay una adecuada conexión entre la academia, la gestión del conocimiento y la empresa y han trabajado de conjunto y han propiciado ese diálogo de una manera armoniosa en función de desarrollar la propia empresa. Pudiéramos poner el ejemplo de Gelect que es del Ministerio de Industrias, donde existe una experiencia novedosa con una incubadora de determinados productos que ha generado el surgimiento de empresas. Lo cual pone de manifiesto que ha habido un diálogo adecuado entre el conocimiento y la industria, y ahora viene el escalado. Es decir, poner en manos del escalado lo que ya se probó, lo que ya es una realidad. Por ejemplo, el propio Gelect ha sido muy necesario en la agricultura de precisión que tanto necesitamos. Tenemos un clima que está cambiando constantemente, el cultivo tapado con agricultura de precisión utilizando las tecnologías digitales propicia la obtención de determinados productos en todas las épocas del año, pero además, eso lleva consigo ahorro de agua, ahorro de fertilizante, etcétera. Y estos tipos de prototipos se están haciendo como incubadora y se puede hacer escalado, es decir, ahí ha habido un buen diálogo, ejemplos de eso hay. Y estamos inclusive aprobando determinados proyectos, ahora recientemente aprobamos un proyecto de la Fundación de La Habana para hacer también una experiencia piloto en un municipio de La Habana. Quiere decir que hay voluntad y hay experiencias positivas que se pueden generalizar en el resto de las empresas. Y los empresarios tienen un gran reto —es el hito de que hay que probar haciendo— es decir, llevar la capacitación, llevar la formación. Y llevar el emprendimiento en la empresa estatal socialista implica hacer pruebas a riesgo. Tenemos que hacer un llamado en este sentido porque lo que sí está claro es que las innovaciones tecnológicas propician el desarrollo en la economía.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Pero si tuviéramos que hacer un balance de lo que ustedes han dicho, de los ejemplos positivos, los ejemplos negativos en esa conexión o desconexión, hacia dónde se mueve la balanza. Yo quiero que Agustín nos aborde un poquito más en cuáles son esos obstáculos en los que todavía hacen que esa balanza pese hacia una mala comunicación y una falta de diálogo, una falta de armonía entre la gestión del conocimiento científico.

Dr. C. Agustín Lage Dávila: Eso tiene su raíz histórica, a mí me gusta mucho citar en estas discusiones que se dan entre los compañeros, a un filósofo de la Edad Medida que decía que el problema no es reír ni llorar sino comprender. Es decir, nosotros tenemos que comprender que la desconexión entre la ciencia y la economía es también un fenómeno mundial. Y de hecho el fenómeno de los laboratorios industriales es un fenómeno de la década del 50 del siglo XX y eso en tiempo histórico es ayer. Es decir, que ese movimiento de reconexión de la ciencia y la economía es un fenómeno en el mundo relativamente reciente y nosotros tenemos que incorporarnos a eso. Santarén citaba como ejemplo positivo a BioCubaFarma y es verdad —dije que no iba a hablar de BioCubaFarma y no me voy a contradecir— pero en otras ocasiones hemos dicho que nosotros no debemos ver BioCubaFarma como un logro esencialmente científico —ahí hay muchos logros científicos— pero BioCubaFarma es esencialmente una operación de conexión de la ciencia con la producción, eso es lo esencial, el que no quiera ver eso se pierde lo esencial. Y ese fenómeno de conexión de la ciencia con la producción tenemos que reproducirlo, ahí es donde tenemos el cuello de botella. Nosotros tenemos en este momento en nuestro país 91,000 trabajadores en el sistema de ciencia y tecnología. Si tú vas a buscar los investigadores hay 21 700 investigadores y todo eso hace más de 7 000 proyectos. Ahora preguntémonos por la empresa de alta tecnología.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: ¿Cuántas?

Dr. C. Agustín Lage Dávila: 12.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: 12 empresas de alta tecnología.

Dr. C. Agustín Lage Dávila: Creo que hay una o dos más que se están creando, 12, 13, 14. Preguntémonos por los parques tecnológicos, 3. Preguntémonos por el porcentaje de productos y servicios de tecnología alta y media en las exportaciones de Cuba, 10%. Esa cifra es siempre cuestionable porque depende cómo lo clasifique pero anda por ahí, es un bajo porcentaje de producto y servicio de alta tecnología en la cartera de exportaciones. Entonces en ese tránsito, porque la experiencia cubana es muy exitosa creando potencial científico, no solo creando potencial científico sino creando como decía Casate institucionalidad para la ciencia, pues el desarrollo científico requiere no solamente que haya científico sino que haya una institucionalidad como todo en la vida. Es decir, el desarrollo de la salud demandó hacer hospitales, facultades de ciencias médicas, eso es construcción de institucionalidad. El desarrollo de la educación nos llevó a las escuelas formadores de maestros. Hay una construcción de institucionalidad para la ciencia. ¿Cómo eso transita al surgimiento de empresas que hagan sus cifras de negocio basadas en productos de tecnología alta y media? Hablando como médico, el coágulo, la arteria está ahí, ese es el cuello de botella que nosotros tenemos que romper.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Me imagino que ustedes hayan traído propuestas vamos a hacer una pausa para escuchar al Gurú desde Jatibonico y regresamos para ver qué tienen más que decir nuestros invitados de hoy.

El Gurú desde Jatibonico

Optimizar eficiencia

en la era tecnológica,

nos lleva a una clara lógica:

hay que potenciar la ciencia.

Hacer que la inteligencia

sea método, energía,

en esta dura porfía

donde creatividad

deriva en rentabilidad,

impulso a la economía.

 

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Y la palabra clave con la que me quedo en los versos del Gurú es creatividad. ¿Cómo desde la creatividad, desde la innovación vamos a romper ese cuello de botella que Agustín mencionaba y que ustedes también han abortado? Empiezo con usted Julio.

M.C. Julio Santarén Suárez: La innovación organizacional es un elemento clave para alcanzar una innovación en productos. Usted tiene que organizar los procesos. Usted tiene que organizar la pequeña, la mediana o la empresa grande o la gran empresa como decimos. Y a partir de convertir la idea en un producto pasando por todo el proceso que lleva la idea hasta asentarla en un proyecto, creo que es un gran reto que debemos seguir acompañando a la empresa. Y creo que es una de las maneras de poder avanzar en ese sentido, en la cual el empresario pueda disponer del financiamiento que tenga a su alcance para poder desarrollar esas ideas y poder convertirlas en producto que a su vez le generen determinados dividendos económicos a la empresa y pueda generar otros proyectos. Y el ejemplo que poníamos de incubar proyecto, hacer pruebas piloto, es una fase que minimiza el riesgo porque no todos los recursos se ponen al mismo tiempo. Pero además de eso, el acceso a fuentes de financiamiento debe ser mixto, es decir, el empresario no puede pensar solamente en que el financiamiento proveniente, digamos del Estado, a través del Fondo de Ciencia e Innovación y aprovecho para decir que no todos los empresarios lo han utilizado. Esta fuente de financiamiento que hoy tiene nuestro organismo, funciona a través de una junta multisectorial donde interviene el Banco Central, el Ministerio de Finanzas y el Ministerio de Economía. Y son proyectos de ciencia, tecnología e innovación precisamente para incubar determinadas propuestas, incubar determinadas empresas y que después el escalado corra a cargo por supuesto de la propia empresa. Es decir, hay diferentes fuentes de financiamiento, estamos hablando en peso cubano, pero hay fuentes de financiamiento de fondos internacionales que también tenemos que aprender a preparar esos proyectos y situarnos en esas convocatorias porque son financiamientos que provienen de diferentes fuentes que nos pueden facilitar el acceso a determinados insumos, reactivos, laboratorio, equipamiento y que también tenemos que aprender a manejar esa fuente de financiamiento.

Yo diría que un reto es lograr que converjan todas esas fuentes de financiamiento en un propósito, en un mismo objetivo. Creo que los empresarios y los académicos tenemos que unirlos en ese diálogo y poder llevar a vías de hecho, proyectos que puedan presentarse en estas convocatorias. El financiamiento anual del Estado para la ciencia e innovación está asegurado. El empresario tiene que desarrollar también una cultura y una capacidad para propiciar que su financiamiento proveniente de los dividendos de la empresa estén situados también en esos proyectos de ciencia e innovación.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Ricardo. ¿Cómo ve usted esos retos y esas acciones disruptivas que todavía tenemos por delante en este sentido?

Dr. C. Ricardo Casate Fernández: Siguiendo la idea que Julio planteaba sobre el tema de incubar proyectos, y ahora yo diría que nosotros también necesitamos crear empresas que tengan base en los desarrollos tecnológicos. Y esas empresas, esos proyectos incubados no solamente deben surgir dentro de las empresas, pueden y tenemos que propiciar y crear los mecanismos para que surjan de forma natural dentro de las universidades, dentro de los centros de investigación, a partir justamente de que cuando ya se genera un conocimiento científico que se valida y que se ve que puede obtener resultados económicos entonces que de ahí se pueda desprender una empresa de base tecnológica que debe ir acompañada también con mecanismos que faciliten su proceso de surgimiento, creación y maduración. Porque tampoco es que eso ocurra así y ya empieza a crecer y a obtener dividendos, necesita un periodo de incubación propiamente en el que tiene que tener determinadas facilidades, determinados apoyos financieros, y después entonces a partir de ahí acompañado de un modelo de negocio pues entonces poder derivar en esos nuevos productos, en esas nuevas tecnologías que impacten en la economía. Pero lo que sí necesitamos que en el país se generen, no solamente dentro del sector empresarial que hoy existe, sino que surja la posibilidad de este tipo de empresas de base tecnológica en esos nuevos emprendimientos dentro del sector que genera conocimiento.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Y Agustín hacia los minutos finales tengo como 10 preguntas que hacerle. ¿Cómo rompemos el cuello de botella? La otra que teníamos al principio de la frase de Fidel de hombres de ciencia y de pensamiento. Cómo llevamos lo urgente con lo de corto plazo, lo de largo plazo. ¿Cómo usted me sintetiza todas estas ideas?

Dr. C. Agustín Lage Dávila: Hay que entender cuál es el verdadero reto porque si no hacemos esfuerzo para el reto que no hay, es decir, aquí el reto que está sobre la mesa es cómo nosotros construimos una capacidad exportadora en base a productos y servicios de alta y media tecnología. Y digo capacidad exportadora porque nosotros somos un país de 10 millones de habitantes, es decir, nosotros no vamos a tener un despegue económico sobre la demanda doméstica. Ese es el pensamiento de los años 50 del siglo XX, pero en siglo XXI, eso no es viable. Es decir, la alta tecnología es una construcción de productos que —generalmente esto los economistas lo entienden muy bien— lleva mucho costo fijo y el costo fijo uno lo recupera con operaciones exportadoras grandes no con operaciones exportadoras pequeñas, ese es el verdadero reto. El que te diga que esto es fácil te está engañando, esto es muy difícil, esto requiere mucha creatividad, ahí está el problema de la creatividad. Pero cuando decimos creatividad, es creatividad para eso también no creatividad para construir una nueva proteína de DNA recombinante, esa la necesitamos también, pero es la creatividad de cómo nosotros construimos una institucionalidad para eso. Hablamos de la institucionalidad cuando Casate habló por primera vez en el programa, hicimos un despliegue institucional para la educación, un despliegue institucional para la salud, un despliegue institucional para la defensa del país, un despliegue institucional para la ciencia, pero si ahora estamos hablando de romper el cuello de botella y conectar la ciencia con la industria y con las exportaciones, cuál es el despliegue institucional que necesitamos para eso. Y ahí es donde viene la creación de nuevas empresas, donde vienen las estructuras de interfaces, tenemos que tener creatividad en cuál es la institucionalidad que necesitamos para la tarea de hoy que es romper ese cuello de botella y fluidificar las conexiones. Nosotros tenemos un 60% del PIB en el sector presupuestado, eso no puede ser, por supuesto nosotros no vamos a intentar contraer el sector presupuestado, eso es lo que hacen los neoliberales, cierran escuelas, cierran hospitales, pero nosotros sí tenemos que rebalancear eso aumentando nuestro sector empresarial.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Pero eso no entra en contradicción con que en este programa hemos sostenido la necesidad de crear más pymes estatales.

Dr. C. Agustín Lage Dávila: Ahí viene entonces el actor fundamental de eso que es la empresa estatal. Yo creo que eso hay que decirlo con claridad, nosotros no podemos tener ningún temor de decir lo que pensamos, eso no significa que no vayamos a darle el espacio al sector privado que llevan. Pero que el actor fundamental del desarrollo tecnológico es el sector estatal eso pasa en todos los países del mundo, inclusive en los países capitalistas desarrollados. La nueva tecnología sale de ahí, del financiamiento público.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: La tecnología más revolucionaria siempre salió del Estado.

Dr. C. Agustín Lage Dávila: Del financiamiento público porque además es el que asume el riesgo, es el que tiene una visión de largo plazo y mediano plazo. Es decir, ese no es el rol del sector privado, ese es el rol de la empresa estatal, y de hecho esto es lo que dice la Constitución de la República en el artículo 24: “La propiedad socialista de todo el pueblo incluye bienes de carácter estratégico para el desarrollo económico y social del país”. Fíjate que dice estratégico no dice empresas grandes. Una empresa de 20 trabajadores con una tecnología avanzada puede ser una empresa estratégica, y en ese caso, eso tiene que salir de un despliegue de pequeñas y medianas empresas estatales de alta tecnología y exportadora. Ese es el despliegue que necesitamos ahora. Y el último reto entonces, es el reto cultural. Tenemos un reto empresarial, económico pero esto tiene un desafío cultural. Crear un país de hombre de ciencia y hombre de pensamiento como dijo Fidel, es enraizar el método científico de pensamiento en la cultura general del cubano, no en la élite de los científicos. El que está sembrando el campo de papa en Yaguajay y no tiene rendimiento adecuado sepa buscar los datos, hacer una hipótesis, testar una hipótesis con un experimento, ese es el pensamiento científico que se tiene que expresar, tiene que ser una herramienta en manos de la cultura cubana. Y en el caso de los empresarios, los compañeros que dirigen estas empresas nuevas que tienen que surgir, ellos tienen que tener el compromiso o tenemos que tener el compromiso de llevar la gestión hasta el final, no decir: “Yo acabé aquí porque tengo este resultado científico y esta publicación”. Ahí es que eso empieza y detrás del resultado científico técnico tiene que venir el resultado de inserción de la economía en la economía mundial.

Son tres retos enormes pero son los retos que tenemos para seguir construyendo nuestra sociedad socialista. Porque además eso tiene raíces en Cuba que vienen desde antes de que Cuba existiera porque el primero que habló de eso aquí fue Félix Varela que reclamó una enseñanza científica en la universidad, en la época en que teníamos una universidad pero donde no se enseñaba ciencia. Después por supuesto se incorporó el pensamiento de Martí, el pensamiento de Fidel. La batalla de ideas, el reto de que la ciencia forme parte de la cultura del país viene desde antes de que el país existiera como Estado-nación, eso es una riqueza que tenemos ahí y la generación de científicos y empresarios cubanos tiene que comprometerse con ese resultado, como dijo Martí: “La razón si quiere mandar tiene que entrar en la caballería”.

Dra. C. Marxlenin Pérez Valdés: Yo me alegro mucho que usted haya terminado con la cultura por delante porque en ningún sentido es el del programa de hablar de ciencia en un sentido estrecho, solo en el ámbito del laboratorio, ni siquiera en el ámbito de las ciencias exactas o las ciencias naturales para eso el panel está balanceado entre ciencias naturales, ciencias humanísticas, sociales. Y por eso, reclamando a la cultura, a Félix Varela con esa idea de que supiéramos pensar, estamos terminando este programa donde hablamos de ciencia en función de la economía y del bienestar de nuestro pueblo. A ustedes tres les doy las gracias por haber venido para este programa que recuerde no basta con interpretar, describir, comentar sino que juntos debemos participar para transformar nuestra realidad. Yo cuento con usted para hacerlo desde el socialismo cubano, nos vemos pronto.

Transcripción: Ileana Reyes Sánchez, Yusleydis Seuret Gómez/IDEAS Multimedios

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