Líderes regionales y expertos en desarrollo alertaron este jueves que la agricultura en el Caribe se enfrenta a una “crisis existencial”, provocada por el impacto devastador de eventos climáticos cada vez más frecuentes e intensos, según reveló un informe oficial de un panel de alto nivel.
De acuerdo con Prensa Latina, la advertencia fue emitida durante una discusión convocada por el Banco de Desarrollo del Caribe (CDB), titulada “Agricultura y Seguridad Alimentaria en el Caribe: Escalando Soluciones Innovadoras para una Agricultura Resiliente al Clima”, y publicada en el sitio digital de la Comunidad del Caribe (CARICOM).
Durante el encuentro, se subrayó la necesidad crítica de implementar acciones urgentes y transformadoras en los sistemas alimentarios de la región para evitar un colapso mayor.
El presidente del CDB, Daniel M. Best, citó como ejemplo el impacto devastador del reciente huracán Melissa, y enfatizó que la región ya no se enfrenta a escenarios hipotéticos del futuro, sino a una realidad inmediata y destructiva.
“Esta es una combinación de golpes que amenaza fundamentalmente nuestras perspectivas de desarrollo sostenible”, afirmó Best durante su intervención, destacando la vulnerabilidad extrema de las islas.
Otros especialistas presentes en el panel detallaron que, para el Caribe, la crisis climática se manifiesta esencialmente como una crisis del agua. Señalaron que los ciclos de sequías prolongadas seguidas de lluvias intensas y torrenciales están degradando rápidamente la capacidad productiva de las tierras agrícolas, comprometiendo la seguridad alimentaria de millones de personas.
Una de las advertencias más severas sobre los obstáculos para la recuperación provino de Martial Bernoux, representante de las Naciones Unidas, quien reveló una alarmante brecha de financiamiento.
Bernoux indicó que, de todos los sectores afectados, la agricultura solo recibió un 1 por ciento de los recursos climáticos, calificándolo como el “único sector que no está atrayendo suficiente inversión” para hacer frente a la emergencia.
A pesar del panorama desafiante, los expertos coincidieron en que existen soluciones viables. No obstante, recalcaron que estas deben ser implementadas con la mayor celeridad y que es imprescindible colocar a los agricultores, pescadores y a las comunidades rurales en el centro de todas las acciones y políticas diseñadas para construir resiliencia.
