Nuevas predicciones del Banco Mundial aseguran que para el 2030, el 59% de la gente más pobre del planeta podría residir en países afectados por la fragilidad, el conflicto y la violencia (FCV).
De acuerdo con la fuente, el abordaje de esas problemáticas debe ser una prioridad estratégica, como prometió la comunidad internacional al suscribir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular, el número 16 relacionado con la paz, la justicia y las instituciones sólidas.
Los tres factores enunciados, a decir de la entidad, constituyen un problema fundamental para el desarrollo y ponen en peligro los esfuerzos para poner fin a la miseria extrema en las naciones de ingreso bajo y mediano.
Según analistas, los conflictos violentos aumentaron de manera drástica desde 2010 en numerosas regiones y el panorama de la fragilidad “se está tornando más complejo”.
El organismo subraya que la inseguridad alimentaria, el cambio climático, el aumento de la desigualdad, las transformaciones demográficas y los impactos socioeconómicos de la covid-19 inciden entre los riesgos de la fragilidad, el conflicto y la violencia.
Datos indican que 20 millones de personas ingresaron en la pobreza extrema en los países afectados por esos factores desde el inicio de la pandemia.
Por otro lado, la inseguridad alimentaria grave, que podría perjudicar a más de 240 millones de personas hasta 2027, es dos veces más frecuente en los países caracterizados por la trilogía de FCV, señaló el pronóstico.
Al respecto, el papa Francisco criticó las guerras que “alimentan una economía armada», mientras más seres humanos mueren de hambre y la industria armamentística prospera.
“Tantas guerras, desencadenadas por la avidez de materias primas y de dinero, alimentan una economía armada que exige inestabilidad y corrupción”, denunció el líder eclesiástico en diciembre pasado por su cuenta oficial de X.
“¡Qué escándalo y qué hipocresía: la gente muere mientras los negocios que causan violencia y muerte prosperan!”, remarcó.
En un encuentro con banqueros italianos, Francisco criticó, además, los excesos del sistema financiero internacional y pidió nuevamente la condonación de la deuda de las naciones empobrecidas.
“Cuando el sistema financiero pisotea a las personas, fomenta las desigualdades y se aleja de la vida de los territorios, traiciona su propósito”, aseveró.
Un sistema financiero sano, razonó, no degenera en actitudes usureras, pura especulación e inversiones que dañan el medio ambiente y favorecen las guerras.
(Con información de Prensa Latina)