Por segundo año consecutivo, la zafra azucarera en la provincia de Sancti Spíritus se ha extendido hasta el mes de junio, un alargamiento inusual que presenta tanto aspectos positivos como negativos para la industria local.
En un contexto nacional donde solo un central azucarero logró cumplir su plan de producción acorde con la caña disponible, el desempeño espirituano adquiere un relieve particular, más allá de las aproximadamente 21 000 toneladas de azúcar crudo que aportará finalmente al territorio.
Aunque el resultado final dista significativamente de las necesidades y el potencial histórico de la región, las autoridades agroindustriales insisten en que es coherente con la materia prima efectivamente movilizada y la compleja contienda que la provincia ha logrado encauzar.
Según el periódico Escambray, la campaña, que arrancó a finales de diciembre, se encuentra en sus momentos finales, pendiente de una decisión nacional para su cierre definitivo.
Este parón no solo responde a la llegada de las lluvias características del período, sino también a que prácticamente no queda materia prima por cortar dentro del balance molible propio del territorio.
Desde hace días, la caña que llega al central Melanio Hernández —el único activo en la provincia— proviene de áreas en provincias vecinas. Esta lejanía, unida a la persistente limitación de combustible, impacta severamente la logística del transporte y deriva en una baja producción diaria durante las jornadas de molienda.
El central Melanio Hernández, eje del esfuerzo
Si bien la imagen visible de la cosecha recae sobre el central Tuinucú (único operativo en Sancti Spíritus en los últimos años), se trata de un esfuerzo provincial que involucra a siete municipios.
La mayor parte de la caña procesada proviene de la zona de Jatibonico, e incluye también plantaciones asociadas ubicadas en provincias limítrofes.
En este esquema organizativo, el central Melanio Hernández emerge como la figura destacada: es el único en toda Cuba que aportó a la economía nacional el plan de azúcar pactado, respaldado además por lograr los mejores indicadores de eficiencia del país.
Las fuerzas agroindustriales y de transporte movilizadas para la zafra no han desaprovechado esta extensión inusual de la cosecha. Hasta el 10 de junio, la industria reportaba cerca de 1 800 toneladas de azúcar por encima de su plan inicial.
Antonio Viamontes Perdomo, director general de la Empresa Agroindustrial Azucarera Melanio Hernández, afirmó que el alargamiento no ha impedido la fabricación de azúcar de calidad ni el mantenimiento de rendimientos industriales aceptables para esta etapa avanzada. Subrayó además la contribución de la provincia a la economía nacional con ese volumen extra de azúcar crudo.
Viamontes Perdomo destacó un logro adicional: durante la campaña se entregaron casi 5 000 megawatts al Sistema Eléctrico Nacional, representando el mayor aporte de electricidad conseguido por el central en los últimos cuatro años.
Más allá de los últimos coletazos de la zafra actual, la mirada del directivo ya se enfoca en el ajustado calendario de reparaciones que espera al central, también por segundo año consecutivo.
Con la fábrica aún operativa, los colectivos ya adelantan pasos organizativos, recogida de materiales, equipos y otros componentes esenciales para preparar el mantenimiento.
“Este largo periodo de zafra —dijo Viamontes Perdomo— nos lleva a una situación muy parecida al año anterior, hemos ido recuperando algunos medios, acopiando recursos y será necesario esperar a que pare la zafra para hacer el diagnóstico, entonces concebir un plan de reparaciones para ejecutarlo en poco tiempo y volver a tener listo el central”.