Para los hombres y mujeres del central Melanio Hernández no hubo tiempo muerto. Tras culminar una zafra extendida a 187 días y con la próxima contienda pisándole los talones, para asumir con premura la reparación muchos trabajadores donaron 15 días de sus vacaciones.
“Alistarlo es prioridad. En estos momentos extendimos el horario de trabajo para cumplir el cronograma de ejecución. Nos ocupamos de las calderas y los conductores de bagazo, donde existen atrasos”, explicó Alberto Gómez Barreto, mecánico y jefe de brigada de esa área.
“Llevamos las acciones al detalle. Avanzamos en el montaje de los molinos, se trabaja en las mazas, se arman las bombas de maceración. Intervenimos en el tren de engrane, la pailería y principalmente en la estera”, acotó Rafael Obregón Álvarez, ingeniero en Procesos Agroindustriales y especialista A en mantenimiento industrial.
En el taller de maquinado son moldeadas la mayoría de las piezas que le urgen al ingenio. “Cuando las carencias se multiplican, la innovación va adelante”, sustentó Lázaro Ortega Francisco, tornero allí por más de 30 años.
“Esa disposición hace la diferencia. La próxima zafra se avizora difícil, los recursos están limitados, pero aquí no se renuncia a ninguna tarea. Desde los molinos hasta el almacén todos apuntamos al mismo objetivo: cumplir. El azúcar endulza no solo el paladar, también a los trabajadores del sector”, atestiguó Radamés Rodríguez Pomares, administrador del central.
Se cumplió

Tal certeza cobra acierto en los resultados de este ingenio, único del país en honrar el compromiso de producción del dulce grano en la zafra anterior. Más que el valor cuantitativo que rondó las 21 mil toneladas —un número coherente con la disponibilidad de materia prima disponible y el déficit de recursos— esta entidad del municipio de Taguasco sacó la cara por la agroindustria azucarera nacional.
Distante aún de las necesidades del país y por debajo de su potencial productivo, la Empresa Agroindustrial Azucarera (EAA) Melanio Hernández continúa apostando por la eficiencia y la entrega laboral. Una reivindicación a un sector con una huella de tradición, identidad y repercusión económica en la nación.
El descenso en la disponibilidad de la materia prima —equivalente al decrecimiento de la producción cañera—, la falta de lubricantes, las carencias de neumáticos, partes y piezas para la maquinaria y el transporte… constituyen algunos de los obstáculos que sorteó el colectivo en la anterior campaña. Y para la venidera, no serán menos.
Estabilidad en la molida, disminución del tiempo perdido, el favorable rendimiento industrial, el engranaje del transporte automotor y ferroviario, el despegue de la producción agropecuaria para sostener la atención al hombre, la entrega de vapor a la destilería, la eficiente producción de derivados, el autoabastecimiento eléctrico y la entrega de 4 880 megawatts al Sistema Electroenergético Nacional, fueron puntos a favor de la zafra en la provincia.
“Si de un recurso no carecimos fue de la fibra de los hombres y mujeres, protagonistas de los resultados en cada uno de los procesos: industriales, cosechadores, transportistas y de servicio”, reconoció Antonio Viamontes Perdomo, director de la empresa.
Por segundo año consecutivo la celebración nacional por el Día del Trabajador Azucarero (13 de octubre) tuvo como sede EAA Melanio Hernández, un colectivo con la mira puesta en lo que resta por hacer.
(Tomado de Trabajadores)