Para informar sobre el contexto actual y los desafíos de la agricultura cubana, las misiones principales del ministerio de este sector y el desarrollo de acciones como el control del uso y tenencia de la tierra y del ganado mayor, compareció este miércoles en la Mesa Redonda el ministro de la Agricultura Ydael Pérez Brito.
El año 2024 ha sido duro para la economía cubana y para el desarrollo de nuestro país. A los consabidos efectos recrudecidos del bloqueo estadounidense se ha sumado la crisis económica internacional, los altos precios de las materias primas, así como de la transportación internacional y, por supuesto, de la agricultura cubana. Esto, unido a la falta de combustible y los apagones, tiene un impacto particular en el sector agrícola.
En ese contexto, al referirse al estado actual de algunas de las fundamentales de cara a la alimentación de la población, el ministro se refirió a dos programas esenciales por su impacto. El primero de ellos relacionado con la proteína.
“Por ejemplo, en el programa de la avicultura, hace cuatro años teníamos ocho millones de gallinas, entre las ponedoras, los reproductores y los reemplazos. Hoy contamos con tres millones. Hemos decrecido cinco millones de gallinas en cuatro años.
“También, hace cuatro años, teníamos unas 96 000 reproductoras porcinas, las cuales nos daban la posibilidad de proporcionar un nivel importante de entrega a los balances, fundamentalmente a la industria alimentaria, de más de 150 mil toneladas de carne. Hoy contamos con 26 000 mil reproductoras, no en buenas condiciones. Hemos tratado en estos programas, muy importantes para la proteína a nuestro pueblo, preservar la genética de los animales multiplicadores, pero también se han deprimido, principalmente por la situación de los alimentos”, explicó Pérez Brito.
Agregó que hay otro conflicto muy fuerte. “Por ejemplo, el programa de arroz cuenta con 150 000 hectáreas de cultivo de arroz físicas. Cuando se siembra, un 25% o un 30% puede volver a sembrarse en el año. Tenemos capacidad para sembrar cerca de 200 000 hectáreas de arroz, pero este año no hemos superado las áreas de las arroceras especializadas, que son aproximadamente sesenta mil. Es muy difícil producir en estas condiciones”, apuntó.
El ministro afirmó que es importante señalar que no se está justificando con estos ejemplos nada de lo que sí se puede hacer en la búsqueda de producciones, sino de explicar la situación que tenemos hoy para producir; y las medidas de control a tomar, las encaminadas a implementar la ley de soberanía y buscar más productores para incrementar la producción y ofrecer más incentivos a las personas para regresar al campo.
Al abordar el tema de la producción de huevos, el ministro explicó que antes de la pandemia, y del recrudecimiento del bloqueo—“un asunto real y que nos ha puesto en una situación difícil al estar incluidos en la lista de patrocinadores del terrorismo, lo cual nos impide abordar temas de créditos, financiamiento y demás. La crisis ha incrementado los precios, que han llegado a duplicarse—nosotros trabajamos con un millón 200 000, un millón 500 000 toneladas de pienso en el año, logrando entre el programa porcino y el avícola producir esa cantidad de pienso con materia prima importada, fundamentalmente maíz, soya, premezcla, vitaminas y minerales que forman parte de ese pienso como alimento.
“Hoy no superamos las 200 000 toneladas de alimento producidos. Ya no tenemos el programa porcino, solamente la genética; sin todas las condiciones actuales, y los multiplicadores. Se ha reducido mucho la producción de huevos. Llegamos a producir entre cuatro y cinco millones de huevos todos los días, ahora cuando alimentamos la masa que tenemos, se produce un millón 200 mil, y en estos momentos la producción es de menos de 200 000 porque estamos protegiendo a los productores, ante la falta de alimentos para el resto de la masa animal. Buscamos variantes y proponemos soluciones, pero esto es un programa que lleva recursos”, señaló el ministro.
En el caso de la siembra, Pérez Brito puso de ejemplo que hoy se está trabajando con menos del 10% del combustible.
“Si sembramos todo el grano, pues no tenemos las viandas; pero tampoco tenemos las condiciones preparadas para sembrar granos como la soya y el maíz. La situación es difícil: tenemos solo un 7% de riego, y la agricultura ha sido golpeada por el bloqueo y estas medidas, por la situación que tenemos en el país financiera y, por supuesto, por la reducción de la fuerza de trabajo donde ha influido el envejecimiento demográfico, que no es un tema solamente cubano, y el cambio climático que es también una crisis medioambiental”, dijo.
No obstante, apuntó el ministro, aunque no estamos bien ni satisfechos, podemos decir que se hizo una buena campaña de siembre en primavera, se han incrementado los niveles de producciones de viandas, aunque no con los precios que necesitamos; porque también a los productores les cuesta producir y existen problemas con la organización de la comercialización y contratación.
Refirió que se han recuperado mejor viandas que llevan menos niveles de complejidad, como la yuca y el plátano, lo cual al menos ha permitido que más de un productor obtenga resultados en menos tiempo. “Pero necesitamos lograr un incremento en la producción. No ha sucedido del mismo modo con los granos y la proteína, pues son necesarios buscar mayores niveles de insumos para avanzar en este tema”, dijo.
Por otra parte, añadió que aunque se han podido sembrar más áreas en algunos territorios, los rendimientos son bajos. “Llevamos más de cuatro o cinco años sin importar fertilizantes, salvo para el programa tabacalero y la papa, que es un programa pequeño que mantenemos con unas cuatro o cinco mil hectáreas. La agricultura que hemos desarrollado es extensiva y con bajos insumos y ello golpea el rendimiento. Anteriormente, entregábamos más de 50 000 toneladas de frijoles, más de 300 000 toneladas de arroz, pero ahora las producciones son muy bajas”.
Sin embargo, estas producciones requieren un nivel de insumos, dijo Pérez Brito. “Podemos hacer muchas cosas, de hecho, lo estamos haciendo con la agroecología. Hemos estado buscando alternativas desde el punto de vista alimentario. Nuestros productores se han concientizado con respecto a este tema. Hemos aprendido a buscar alternativas con fertilizantes orgánicos, aunque nos hacen falta para algunos cultivos. El combustible ha sido lo que más nos ha golpeado últimamente. Este problema ha dificultado el uso de la fuerza de trabajo en el campo. Debemos avanzar hacia la mecanización para poder enfrentar el desafío de alimentar a un país con solo 440 000 productores”, alertó.
Para el ministro, es un desafío producir más en una circunstancia en la que no alcanza el combustible ni los equipos, y además también se ve afectado el propio regadío, ante el déficit de generación eléctrica, pero “es un reto que aunque fuerte, es lograble”.
Informó que en el año 2024 no se han podido cumplir la mayoría de los planes. “Decrecemos en relación a la producción de alimentos importantes como los huevos, la carne de cerdo, la leche y la carne vacuna, así como los temas relacionados con los granos. Se ha visto una mejor situación hacia el cierre del año con respecto a las viandas, multiplicadas ahora con cultivos más rústicos. Sin embargo, no vamos a lograr lo que hace falta”, apuntó.
Pero, más que de planes, tenemos que hablar de la demanda de lo que necesita nuestro pueblo. “Esa demanda muchas veces no está reflejada en los planes. Se puede decir que estamos cumpliendo algunos planes porque fueron ajustados a la situación, pero eso no es suficiente. Trabajamos para buscar la satisfacción de la demanda de nuestro pueblo, y eso siempre es más de lo que estamos haciendo”, apuntó.
Con la misma producción, si está mejor ordenada, también se logra un mejor destino. Nuestro pueblo llega a mejores precios y hay más posibilidades de sembrar más y explotar mejor, señaló.
De acuerdo con el ministro, es importante explicar en qué consiste el sistema de la agricultura, porque muchas veces no se entiende. “Hay una columna fuerte que es el Ministerio de la Agricultura, que está reflejado en las provincias y en los municipios. El ministerio tiene delegaciones en las quince provincias, con un total de 161 delegaciones en 161 municipios, pues algunas atienden por las características a otros territorios cercanos.
Ahora, en cuanto a la columna empresarial, solo tenemos 12 OSDE que hoy están atendiendo 321 empresas. De esas, hay 36 que son filiales, 47 que son mipymes estatales, 1916 unidades empresariales de base y 116 empresas en 109 municipios que están respondiendo a acercar las decisiones al territorio, a buscar la soberanía alimentaria y fomentar que muchos participemos en la producción de alimentos.
“Nuestro país tiene políticas aprobadas para la tierra que no tiene nadie más, como prestar tierras gratuitamente para sembrar, lo que hay que sembrarla con un encargo, regresar esa producción a buen destino, al pueblo, y en eso tenemos que trabajar.
“El sistema cooperativo es otra parte: el estado, la empresa y la cooperativa. No solo la CCS, las UBPC y la CCA; la cooperativa en todo su sentido. Hoy en Cuba hay 4 455 cooperativas, que vinculan a 440 750 tenentes de tierra. Es una cifra que tiene que seguir creciendo. Aquí no estamos hablando de los colectivos laborales, sino de los propietarios de tierras, usufructuarios, y cooperativistas.
“Esa masa tiene u 32% que son productores de menos de una hectárea, es decir 140 000 productores. Es importante seguir ordenando la tierra, porque cuando tenemos un productor con menos de una hectárea, es difícil que pueda entregar, es casi un autoabastecimiento. Además, muchas organizaciones en el país trabajan en la agricultura, no solo las del Ministerio de Agricultura, que también producen alimentos y autoconsumos con buenas experiencias, dijo.
Pérez Brito insistió en que es preciso buscar aumentar la producción de buscar varios tipos de arroz. “Está el arroz especializado, que se produce en las arroceras y lleva toda la tecnología. Hoy lo tenemos bien deprimido porque lleva más insumos, un nivel de extensión de las terrazas, el tema de la aviación y la mecanización; en esos lugares son factores que dificultan la fuerza de trabajo, y por eso hay que usar más maquinaria. Es un potencial muy fuerte que tenemos ahí, con toda su estructura, con su molino y su secadero. Tenemos que trabajar en la recuperación de estos elementos, ya que son muy importantes para nosotros y para nuestro pueblo, dado que el arroz es básico en la dieta.
“El arroz popular, que es el que se siembra en hectáreas pequeñas, a baja escala y que es también crucial. Actualmente, tenemos más de 36 000 hectáreas sembradas, lo que puede ayudar mucho a esos autoconsumos y también a la entrega. Cuando logramos incrementar la producción, los precios se ajustan y podemos destinar mejor esa producción. Por lo tanto, hay que incrementar la producción, y para ello hay dos caminos: aumentar la eficiencia con insumos, que es difícil en este momento, y buscar más áreas sembradas.
“Necesitamos lograr más áreas sembradas y más personas involucradas. Con la falta de equipos, debemos lograr que nuestras cooperativas y empresas respondan, y nosotros, como ministerio, debemos facilitar la labor a los productores. Debemos atender a los productores de esas cooperativas y empresas para desarrollar de verdad, controlar y ordenar las cosas, con el objetivo de llegar a un buen resultado”, sostuvo Pérez Brito.
El ministro destacó que el ministerio tenía dos funciones específicas; ahora tiene catorce, ya que aprobaron dos funciones más relacionadas con el movimiento de la agricultura urbana, suburbana y familiar, y con la comercialización de bienes y servicios agropecuarios y forestales. La primera función es la política agraria, que no está solo en los territorios, sino en el ministerio, el cual propone políticas que deben ser aprobadas. Esto incluye la dirección de la producción agropecuaria y forestal desde un punto de vista estatal, de control y seguimiento.
“El registro de la propiedad y la posesión de la tierra son básicos para nosotros, ya que la tierra es el recurso más importante que tenemos. En Cuba, tenemos tierra ociosa, deficiente en su explotación. Buscamos alimentos y tenemos la oportunidad de hacerlo, ya que otros lugares no cuentan con el suelo necesario. Debemos seguir buscando formas y manos para trabajar
“El uso del suelo y los fertilizantes, es otra de las funciones estatales del ministerio, el tema relacionado con la sanidad vegetal y animal, dos aspectos que son de seguridad nacional para proteger el país, tanto en la entrada de virus y enfermedades como en la sanidad de los cultivos.
“También es vital ordenar el patrimonio ganadero, que es una de las proteínas que podemos producir de manera más económica, con insumos más asequibles, aunque no sean totalmente eficientes, se puede obtener leche y carne vacuna mediante un buen manejo.
“La política de desarrollo genético de la ganadería y el patrimonio forestal son otros temas importantes. El riego, la mecanización, el abasto de agua a los animales, las semillas y los recursos fitogenéticos también, así como el desarrollo y fomento cooperativo.
El ministro profundizó en temas como el ejercicio de fiscalización de las tierras, el control de la masa ganadera, el fortalecimiento cooperativo y en la contratación y comercialización de productos agropecuarios, cuatro elementos que, dijo, pueden ayudar a organizar la producción y mejorar la llegada de lo que se está produciendo a la población.
Todos estos aspectos son importantes y tienen un sistema, pero estas son las prioridades para lograr mejores resultados, insistió.
Control y exigencia en la tierra y la ganadería
Al comentar sobre el ejercicio de control del uso y tenencia de la tierra y la ganadería, el ministro de Agricultura, Ydael Pérez Brito, afirmó que forma parte de la política agraria nacional, que incluye, entre sus aspectos novedosos, la actualización del registro de posesión, propiedad, herencia y uso de la tierra y bienes agropecuarios en el país.
El ministro enfatizó que el 80% de la tierra en Cuba es propiedad estatal socialista, y que este mismo porcentaje es gestionado en forma de cooperativa o “de manera natural”. «El resto corresponde, en su mayoría, a productores privados a quienes se les entregó la tierra durante la Reforma Agraria, aunque muchas veces trabajan junto a las CPA».
«Prestamos tierras de manera gratuita, pero tienen el encargo de producir para el pueblo», agregó.
En el caso de las tierras en usufructo, indicó que existen tres tipos de contratos fundamentales: «el que se firma a través de la empresa, el contrato por vinculación y el contrato productivo, que define los destinos de la producción».
Asimismo, destacó el papel de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y del sindicato de trabajadores agropecuarios, forestales y tabacaleros.
Más adelante, reconoció que el actual ejercicio sobre el control de la tierra y la ganadería responde a debilidades detectadas y que se «han acumulado una serie de problemas que desordenaron algunos procesos y provocaron ilegalidades».
Informó que ya se han visitado el 66% de los tenentes de tierra y se han detectado más de 100,000 irregularidades, de las cuales unas 60,000 están relacionadas con problemas de bienhechuría. En este sentido, alertó que el 40% de estas ilegalidades en las bienhechurías se corresponden a viviendas en espacios que se entregaron para la producción.
Dijo que este ejercicio no tiene como objetivo quitar la tierra, sino corregir problemas y validar a los campesinos sus viviendas, así como dar más tierra a quienes realmente producen. «Ahí falló el tema legal; para construir hay que pedir permisos y consultar con el INOTU, entre otros».
Actualmente, en el país hay 440,754 productores, y gracias a esta fiscalización, acentuó el ministro, ya se conoce cuántos tienen menos de una hectárea, quiénes son copropietarios, etc.
Comentó además que algunas de las violaciones detectadas están relacionadas con la existencia de expedientes sin certificado catastral y sin certificado de suelo. También se carece de contrato de usufructo y del contrato productivo.
Finalmente, se observa abandono de la tierra con áreas ociosas o deficiente explotación. «Bienhechurías con ilegalidades».
A la par, se han extinguido más de 9,600 usufructos. “Es verdad que ha existido falta de control, pero cada productor sabe para qué se le entregó la tierra. El ejercicio también nos ha permitido identificar a qué campesino se le puede entregar un poco más de tierra por sus resultados”.
En este sentido, dijo que se les autorizó a los Consejos de la Administración Municipal este proceso de entrega de tierras, el cual está en sintonía con la autonomía territorial.
En el caso de la ganadería, el ministro reconoció que para mejorar su rendimiento es necesario mejorar la alimentación, así como el manejo y la genética. “Ya hemos visitado el 85 % de los tenentes de ganado bovino, con más de 150,000 ilegalidades, de las cuales ya se han resuelto más del 90 %. El problema más señalado son los nacimientos no declarados, que han incrementado en un 8 % el registro de nacimientos luego del control”, dijo.
Otro flagelo identificado son las compraventas ilegales, los animales sin marcaje, así como las faltas y muertes que no contaban con la documentación adecuada. Sobre este último tema, reconoció el daño causado por el hurto y el sacrificio en la producción.
Luego de este ejercicio, “tendremos una mejor fotografía para saber lo que haremos en 2025, para poder contratar y lograr mejores indicadores”. Ejemplificó que, en el caso de la leche, aunque se ha alcanzado el 82% del plan, existen desvíos y problemas en el acarreo.
“Hemos aplicado más de 172,000,000 de pesos en multas, que no es algo que nos guste hacer. Se han extinguido contratos y se han presentado algunos procesos judiciales a productores con grandes problemas en el manejo del ganado”.
Resaltó que ambos ejercicios demostraron la necesidad de haberlos realizado antes. “Nos demoramos y ahora tenemos que buscar la sistematicidad, porque no se puede trabajar por campañas. Hay que visitar al productor y atenderlo para poder ordenar el campo”.
Las cooperativas agropecuarias
Al referirse a las cooperativas agropecuarias, el ministro de la Agricultura, Ydael Pérez Brito, dijo que actualmente tenemos 4 455 en todo el país y que “estas son un actor clave en el sistema alimentario local”.
Explicó que recientemente se ha modificado la política para perfeccionar su funcionamiento, con la aprobación del Decreto-Ley 76/2023, el cual “permite una mayor descentralización y autonomía para la creación y control de estos actores por los gobiernos municipales”. El Decreto-Ley favorece, además, la constitución de cooperativas de segundo grado.
Consideró que “es esencial la atención a las cooperativas” por parte del Ministerio de la Agricultura y otras entidades del Estado. “En las cooperativas se concentra la mayor gestión de la tierra. Debemos motivar al productor que está en el campo”.
“A las cooperativas le estamos otorgando una mayor autonomía para su gestión, pero con esta autonomía tenemos que lograr una mayor producción de alimentos”, dijo Pérez Brito.
En ese sentido, comentó el ministro que hasta la fecha se han autorizado por el Ministerio de Economía y Planificación 116 empresas agroindustriales en los municipios. De esas, 40 han sido traspasos de empresas que se han creado a partir de Unidades Empresariales de Base.
“En la medida en que exista más control en los territorios, será más factible la contratación y comercialización de bienes y servicios agropecuarios y forestales”, opinó.
A su vez, acotó, que, si bien estas nuevas empresas están llamadas a asegurar los abastecimientos a nivel local, los Grupos están a cargo de las empresas agrícolas más fuertes del país y tienen que mejorar su gestión para asegurar las actividades de exportación y abastecimiento a sectores estratégicos como el turismo. Asimismo, deben contribuir con el balance de las grandes ciudades. “Debemos concentrar las producciones para que sea más fácil el acopio”, agregó.
Sobre la calidad de la contratación, el ministro afirmó que aun cuando en los últimos tiempos se ha avanzado en la digitalización de los procesos, lo cual tributa a la vez a la transparencia, este año sí hubo demoras y no se alcanzaron las cifras aprobadas en el Plan de la Economía.
Agregó Pérez Brito que en el acto de contratación es imprescindible definir de forma precisa las personas naturales y jurídicas que participan y cómo lo hacen.
Informó que se han identificado hasta hoy 283 292 objetos de contrato, 80 000 más que el año anterior. “Ahora estamos enfrascados en la contratación de 2025, que tiene como objetivo respaldar el Plan de la Economía a través de un proceso objetivo, que se origine en correspondencia con las potencialidades reales de los productores y que permita incrementar la oferta a todos los destinos por la vía estatal, así como vincular la producción con el proceso de comercialización, en aras de ofrecer seguridad, trazabilidad, eficiencia y satisfacción a su demanda en los destinos finales”, dijo.
Reconoció que el sector cooperativo es un actor esencial en el desarrollo de la contratación, en correspondencia con el Decreto-Ley 76/2023. “El contrato es básico para asegurar el control y también para ordenar los cultivos varios, a la vez que estimula a sembrar. En Cuba el destino de las producciones está garantizado, pero tenemos que producir más. También es importante que en la concertación de precios que se hace en los territorios, participen los productores”.
Al abordar las complejas condiciones en las que se adquieren hoy los insumos para la agricultura, el ministro recalcó el tema del financiamiento.
“Existe voluntad política y se están aprobando medidas importantes que le permitan al productor reaprovisionarse en un mercado nacional de insumos”, explicó.
Asimismo, agregó Pérez Brito que “debemos continuar apostando por la exportación de nuestras producciones, para que esa exportación permita igualmente financiar la adquisición de insumos”.
“Debemos seguir trabajando con la inversión extranjera y los proyectos de colaboración, así como el encadenamiento con las formas de gestión no estatal”.
El ministro comentó que se trabaja en esquemas en divisa para productores de arroz, frijoles, maíz, soya, carbón, con posibilidades de inserción de otras producciones agropecuarias.
Al concluir, dijo que en el orden institucional se cuenta con las políticas y normas jurídicas necesarias que permiten el avance y organización de la producción de alimentos en los territorios.
Consideró que la venidera campaña de frío puede ser una buena campaña, por los niveles de agua con los que se cuenta. Llamó a enfrentar duro la cosecha cafetalera, la tabacalera, la ganadera. En general, dijo, la campaña de frío debe asegurar el 70% de la producción para 2025.
Reconoció el esfuerzo de los productores y los exhortó a continuar trabajando para que se incremente la producción de alimentos.