Ganadería tunera sigue duramente golpeada por la delincuencia

La ganadería está siendo duramente golpeada por la delincuencia en esta provincia del oriente cubano, pues los hechos contra esos animales en el 2024 tuvieron un crecimiento con respecto al año previo mucho más alto que el registrado en la criminalidad, se supo en la plenaria que analizó este asunto en días recientes. Las autoridades insisten en que esta situación solo podrá revertirse mediante la acción coordinada y constante de todos los responsabilizados en hacerlo.

De acuerdo con los datos informados por el Ministerio del Interior (Minint) en este territorio, se registró el año pasado un total de delitos contra la ganadería que representan un 10% más que los contabilizados en el 2023; dicha cifra es 10 veces superior a la elevación apreciada en la totalidad de los delitos perpetrados en suelo tunero durante el anterior calendario.

El Minint añadió que en los municipios de Las Tunas, Jobabo y Majibacoa ocurrió más de la mitad de esas felonías, concentradas, a su vez, en una decena de consejos populares. Atenidos a este informe, las zonas más inseguras para los ganaderos fueron Dumoy, Villanueva y Barranca, en la demarcación capitalina tunera; Las Margaritas y Calixto, en Majibacoa; Mejía, en Jobabo; y El Triángulo, en “Colombia”; en varios de estos sitios, incluso, se reportaron delitos de este tipo cada dos o tres días.

Predominaron, detallaron, los hurtos, seguidos del sacrificio ilegal y el robo con violencia. La preponderancia de los primeros, dijeron los expertos, denota que los malhechores se estarían aprovechando del descuido o la ingenuidad de los dueños en el momento del pastoreo; porque, aclaran, cuando la sustracción implica violentar candados, cercas o corraletas ya tipifica como robo con fuerza y no es esta la modalidad que predominó en el 2024.

Entre los perjudicados, expresaron, prevalecen las diversas modalidades de cooperativas o unidades básicas de producción existentes aquí; varias de estas con más de 100 hechos registrados durante el año pasado.

¿Es suficiente lo hecho?

En la reciente plenaria contra el delito se supo que el año pasado el Minint en Las Tunas, de conjunto con las entidades bajo la órbita del Ministerio de la Agricultura, realizaron más de mil 300 acciones de control sobre los tenedores de ganado, ya bien fueran estos personas naturales o jurídicas. Esas revisiones revelaron que mil 662 cabezas de ganado existían solo en los papeles; mientras que otras 243 podían verse y tocarse, pero no había respaldo documental de su existencia. Tras esos “faltantes”, como lo llaman los entendidos en el asunto, se esconderían muchos hurtos no denunciados; mientras que en los “sobrantes” denotarían falencias en el cumplimiento de las normas existentes que obligan al registro inmediato de cada nacimiento ante los organismos competentes.

Al calor del proceso especial para el control de la tierra y el ganado vacuno, con mucho por revisar antes de que termine, así como de los ejercicios contra el delito efectuados en semanas recientes, las autoridades competentes impusieron 79 multas a poseedores de ganado y apercibieron a 41 ciudadanos por transgresiones de la legislación vigente en materia de ganadería. Además, ante los órganos de enfrentamiento se radicaron 126 denuncias, la mayoría por el incumplimiento del deber de denunciar; y, aunque en menor medida, por otras infracciones como la simulación de delito, el incumplimiento del deber de preservar los bienes y la falsificación de documentos.

Desde la Delegación de la Agricultura en Majibacoa, sus representantes reconocieron que lo realizado hasta ahora es obviamente insuficiente, porque en el 2024 padecieron el mayor porcentaje de incremento de los delitos contra la ganadería de un año a otro. De ahí que anunciaron inspecciones selectivas a los criadores con más problemas, aprovechando así la información obtenida tras la revisión realizada a la ganadería.

Sus colegas de Jobabo no descartaron que sea necesario hacer cambios en quienes dirigen varias de las formas productivas por su manifiesta incapacidad para afrontar como es debido este problema. No obstante, admitieron que es deficiente el funcionamiento de la comisión agraria local, así como la labor de los especialistas y funcionarios cuyo contenido de trabajo es, justamente, ejercer el control sobre la masa ganadera. Desde el municipio cabecera, la institución análoga arguyó que la insuficiencia es, en primer lugar, del trabajo de los registradores del Centro Nacional de Control Pecuario (Cencop), porque aún se detectan los hechos delictivos varios días después de ocurridos.

Más preocupante todavía, a juzgar por lo dicho en ese foro por la Delegación de la Agricultura en la provincia, es que el ejercicio de control sobre la ganadería no está teniendo los resultados prácticos ni el impacto deseado en las comunidades en las que tiene lugar; así lo están reflejando, indicó, las opiniones que ha recogido en sus contactos con las cooperativas y los grupos comunitarios.

Nada es suficiente; y no nos lo perdonan los infantes que hubieran disfrutado de la leche de las vacas hurtadas ni las familias que hubieran podido recibir a precios subsidiados la carne de esas reses que, tras ser sacrificadas ilegalmente, va a parar al mercado negro, fustigó el primer secretario del Partido en la provincia, Walter Simón Noris. En su análisis, el dirigente político indicó elevar el rigor en funcionamiento de las comisiones agrarias y del uso de la masa ganadera. En esos espacios, dijo, no puede faltar la presencia del Partido como representante de los intereses del pueblo. Aunque, aclaró, ese sería apenas el primer paso de una lucha compleja por sus diferentes aristas y actores, pero necesaria como lo es detener y eventualmente reducir el actual incremento de los delitos contra la ganadería en Las Tunas.

(Tomado de Periódico 26)

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