La Empresa de Tuberías de Polietileno de Alta Densidad (Ciegoplast), con sede en Ciego de Ávila, consolida un modelo integral de economía circular que, a través de iniciativas internas y encadenamientos productivos, diversifica su cartera de fabricaciones, genera nuevos recursos para una amplia gama de sectores económicos y contribuye de manera sustancial a la sustitución de importaciones de materias primas y otros bienes.
Sergio Barrios García, director general de Ciegoplast, explicó a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) que la adopción del esquema de la EC permite transformar los desechos de las producciones fundamentales en tuberías de otras dimensiones, accesorios hidráulicos, piezas especiales y productos destinados a diversos sectores.
Este proceso se potencia mediante una estrategia de contratación de producciones cooperadas con diversas formas de gestión económica, tanto estatales como no estatales, lo que facilita la conversión sistemática de los residuos de polietileno de alta densidad en valiosa materia prima para nuevos surtidos. La red de colaboración se extiende más allá de los límites provinciales, creando un ecosistema productivo en torno al aprovechamiento de estos materiales.
Entre los actores que se encuentran encadenados con Ciegoplast para darle valor de uso a estos desechos aparecen las empresas de Cepillos y Artículos Plásticos Juan Antonio Márquez, y la de Producciones Varias, de Ciego de Ávila, el proyecto de desarrollo local (PDL) Plásticos Florencia y trabajadores por cuenta propia.
Los vínculos con esa finalidad trascienden las fronteras del territorio avileño al proveer el propio recurso al PDL De Todito, en la provincia de Villa Clara, donde también confeccionan tuberías con diámetros que varían entre 16 y 110 milímetros (mm).
La eficacia de este esquema se refleja en resultados cuantificables. Este esquema productivo permitió la fabricación de más de 50 kilómetros (km) de conductos de diversas dimensiones y una cifra superior a las 31 400 unidades de accesorios hidráulicos, a partir de más de 29 200 toneladas de materias primas recuperadas, lo que ha generado ingresos por encima de los dos millones de pesos moneda nacional durante el actual año.
Además, se realizó un convenio con la firma Ecoplast, radicada en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, para producir tanquetas de diferentes formatos, ampliando así el alcance y la cartera de productos derivados del reciclaje.
El modelo de EC ha tenido un alto impacto económico, social y ambiental, también asociado a la producción de toberas, sistemas de riego eficientes, depósitos para almacenamiento de agua, jaulas para la cría de peces, flotadores, cubetas para las salas de hemodiálisis de los hospitales avileños, empalmes roscados para camisas de pozos y piezas especiales, demostrando una versatilidad que responde a necesidades concretas de la economía y los servicios.
El compromiso ambiental de la empresa ha sido reconocido por las autoridades competentes. La Subdelegación de Medio Ambiente en Ciego de Ávila valoró la capacidad y disposición de Ciegoplast y sus asociados para cumplimentar el “Reglamento para el trabajo en consumo y producción sostenibles, economía circular y la reducción paulatina de los plásticos desechables o de un solo uso”.
Este reglamento fue aprobado mediante la Resolución 96 del 2023, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).
Los beneficios ambientales se reflejan en la disminución de los contaminantes y la reincorporación de materiales al ciclo productivo, evitando nuevas extracciones de materias primas del entorno y el vertimiento de grandes volúmenes de residuos.
En el plano económico, los contratos de producción cooperada generan aportes millonarios a la empresa, con cifras que superan los 25 millones de pesos desde 2020 y volúmenes de producción que alcanzan más de mil km de tuberías.
Estos resultados demuestran que la reutilización de residuos no solo es viable desde el punto de vista técnico, sino también rentable, al garantizar un flujo constante de ingresos y diversificar la oferta de productos en el mercado nacional.
El impacto social se manifiesta en la creación de empleos, el fortalecimiento de alianzas con diversas entidades y la disponibilidad de insumos esenciales para hospitales y proyectos sociales y comunitarios, lo que repercute en el mejoramiento de la calidad de vida y el bienestar de la población.
También la experiencia del colectivo de Ciegoplast materializa los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, al fomentar un consumo responsable, impulsar la producción sostenible y reducir el uso de plásticos de un solo uso.
Con esta práctica, esta entidad avileña perteneciente al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos demuestra que es posible avanzar hacia un modelo industrial más limpio y eficiente, en armonía con las políticas ambientales y el compromiso global de enfrentar los desafíos del cambio climático y la contaminación por plásticos, situándose como un referente en la aplicación práctica de la economía circular dentro de la industria cubana.













