Una innovadora tecnología basada en el policultivo de yuca y maíz se está promocionando como una solución agroecológica clave para enfrentar la crítica escasez de alimento animal en la producción porcina de Cuba.
La iniciativa, presentada por el director del Instituto de Investigaciones Porcinas, Rasiel Bello Llanes, propone esta asociación de cultivos en suelos ferralíticos rojos típicos como una estrategia sostenible y de eficacia comprobada.
La propuesta busca enfrentar la principal limitante del programa porcino nacional: la disponibilidad de alimentos para los animales, a la vez que señaló que las asociaciones de cultivos permiten un uso más eficiente de la tierra y mayores rendimientos por hectárea, precisó el Ministerio de la Agricultura (Minag) desde su página web.
La validación de esta tecnología se llevó a cabo en la Cooperativa de Crédito y Servicios Tomás Álvarez Breto, ubicada en la provincia de Artemisa, donde el estudio de caso evidenció resultados superiores frente a los monocultivos tradicionales.
En la experiencia, la yuca alcanzó altos rendimientos como cultivo principal y el maíz logró mejor peso en granos secos, lo que asegura su utilización en la producción de semilla.
El análisis científico respalda estos hallazgos. Según Bello Llanes, el cálculo del Índice de Eficiencia de la Tierra demostró mayor eficiencia biológica en el policultivo yuca-maíz, lo que confirma la viabilidad de esta tecnología para la producción porcina.
Más allá de la productividad inmediata, el modelo ofrece ventajas ecológicas y sociales significativas. La propuesta fomenta diversidad en el agrosistema, mejora la resiliencia frente a cambios climáticos y contribuye a la seguridad alimentaria y nutricional de las comunidades locales.
Para una implementación exitosa a mayor escala, los expertos subrayan ciertos requisitos técnicos. Para su extensión, se requiere garantizar una adecuada preparación de la tierra y aplicar fertilizantes orgánicos en cantidades correctas, con el fin de asegurar el desarrollo de los cultivos.
La adopción de estas alternativas locales es de vital importancia económica para el sector.
El Minag ha reiterado que la alimentación animal representa entre el 70 y el 80 por ciento del costo de la producción porcina, por lo que resulta esencial aprovechar alternativas locales y reducir la dependencia de insumos importados.
La implementación de tecnologías como el policultivo de yuca y maíz se perfila, por tanto, no solo como una estrategia agroecológica, sino como una necesidad económica para la soberanía alimentaria del país.













