El tradicional pitazo, ruido de las máquinas y un humo grisáceo en el central Paquito Rosales marcaron el inicio de la zafra azucarera 2024-2025 en San Luis, Santiago de Cuba, tras más de tres años inactivo.
La reactivación fue posible por el esfuerzo de su colectivo, según confirmaron autoridades locales a la Agencia Cubana de Noticias.
Félix López, administrador de la fábrica, reconoció el trabajo de los empleados que garantizaron el mantenimiento de los equipos, lo que permitió la aprobación del Grupo Azcuba para incorporar el central a la campaña actual.
Según trascendió, la industria debe moler caña cada tres días y producir más de 1 800 toneladas de meladura, un subproducto clave antes de la cristalización del azúcar.
“El producto no perdura demasiado en el tiempo como para almacenarlo, por lo que su procesamiento tiene que ser casi inmediato”, explicó López sobre los desafíos técnicos.
Pedro Antonio Pérez, jefe de generación de vapor, aseguró que el inicio fue satisfactorio: “Solo se han presentado ligeras dificultades que no afectan el desempeño fabril, las cuales se corregirán sobre la marcha”. Destacó además el aporte de energía a la red nacional y el funcionamiento estable de la caldera.
La zafra prevé cortar 126 330.82 toneladas de caña, con un rendimiento agrícola de 34.3 toneladas por hectárea. El 71% del área se destinará a molienda.
Fuentes indicaron que San Luis aportará caña a los centrales Dos Ríos (Palma Soriano) y Argeo Martínez (Guantánamo), contribuyendo a la producción de 20 811 toneladas de azúcar para la canasta familiar normada en Santiago de Cuba.
Entre las técnicas para mejorar la eficiencia destacan el aumento del corte mecanizado, pagos basados en rendimientos, penalizaciones por materia extraña y la reducción de intermediación en centros de acopio.