Los apicultores de la provincia de Granma se alistan para la temporada alta de recolección de miel, prevista entre octubre y diciembre de este año, con el objetivo de cumplir sus metas de acopio a pesar de los atrasos que registra el territorio.
Aunque la provincia arrastra incumplimientos en su plan, las autoridades y productores no renuncian a alcanzar el compromiso anual y trabajan para superar los resultados de la etapa anterior no solo en miel, sino también en otros subproductos como cera, propóleos, polen y jalea real.
La estrategia para lograr este crecimiento se ha centrado en un seguimiento riguroso del proceso de contratación, un tratamiento diferenciado a los productores –especialmente a los más destacados– y en el aumento sostenido del número de colmenas, lo que busca elevar la productividad general.
En lugar de enfocarse en incrementar el número de apicultores, la prioridad ha sido elevar la escala de producción de cada uno. La meta es que los productores evolucionen de manejar decenas de colmenas a operar entre 150 y 200, una estrategia diseñada para mejorar significativamente su eficiencia e ingresos económicos.
La Unidad Empresarial de Base Apícola Granma, que agrupa a más de 300 productores organizados en Unidades Básicas de Producción Cooperativa y otras formas del movimiento cooperativo y campesino, es la segunda mayor productora de miel de Cuba, solo superada por Matanzas.
Granma se destaca, además, como la primera provincia del país en la producción de miel ecológica, un sello de calidad que representa entre el 60 y el 70 por ciento de su producción total, consolidando su liderazgo en este nicho de mercado de alto valor.
