El sector agrícola cubano despliega su campaña de frío en un escenario marcado por una intensa sequía y la urgencia de incrementar la producción de alimentos, según expusieron este martes directivos del Grupo Empresarial Agrícola (GEA) en el programa televisivo Mesa Redonda.
Orlando Lorenzo Linares Morell, presidente del GEA, detalló que el Grupo, creado en 2015 durante una reestructuración del Ministerio de la Agricultura, supervisa un vasto sistema productivo.
Su misión es dirigir, coordinar y controlar la gestión de 43 entidades subordinadas: 36 empresas y siete centros científicos. Esta red opera a través de 235 bases y involucra a más de 28 000 productores, de los cuales el 26% son mujeres, además de gestionar 227 cooperativas con más de 36 000 productores en casi todo el país.
La entidad dispone de 27 empresas productivas que participan en campañas agrícolas. La campaña de cultivos varios se extiende de septiembre a febrero, mientras que la campaña del programa arrocero se desarrolla de noviembre a febrero.
Dentro del programa de granos, destacan dos empresas líderes: las arroceras y las del Oriente, dedicadas principalmente al cultivo del maíz. También se integran tres empresas agropecuarias y dos agroindustriales. Otros programas relevantes incluyen el de frutales, con presencia en Ceballos y Victoria de Girón, y una infraestructura industrial: la industria arrocera, la de granos y la de procesamiento de frutas y vegetales. Asimismo, se desarrollan los programas de semillas y el programa arrocero.
El Grupo Empresarial Agrícola es el ente rector del programa arrocero, que se ejecuta en 14 provincias y en el municipio especial Isla de la Juventud, con presencia en 133 municipios. Participan 17 empresas y más de 1 100 formas productivas, involucrando a más de 23 000 productores.
La campaña de frío: retos y oportunidades ante la sequía
Este año, el programa arrocero enfrenta un gran desafío debido a la intensa sequía. Actualmente, el nivel medio de los embalses del país se sitúa en un 45%, lo que no favorece la actividad arrocera. Se espera una recuperación de los embalses dedicados a este cultivo entre octubre y los primeros días de noviembre.
Para la campaña de frío se proyecta un crecimiento superior al del año anterior, con un incremento de aproximadamente 20 000 hectáreas. Se trabaja de manera coordinada con organismos clave como el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, la aviación agrícola y el sistema bancario.
Se prioriza el cultivo del frijol, esencial para la canasta básica, y el maíz, con dos propósitos: consumo directo como maíz tierno y producción de alimento animal, especialmente pienso.
Asimismo, se desarrollan dos proyectos tecnológicos para el cultivo de maíz, con insumos e híbridos de alto potencial genético, capaces de rendir entre 6 y 8 toneladas por hectárea. Actualmente, la producción nacional de pienso es prácticamente nula, debido a la dependencia de la importación de maíz, que representa el 70% de su estructura.
Ante la sequía, se impulsa el cultivo de la yuca, que requiere menos agua. Mediante técnicas de multiplicación, cada hectárea sembrada puede generar material para seis o siete hectáreas de semilla de buena calidad. También se promueve el uso de vitroplantas en el cultivo de plátano, una tecnología que se adapta eficientemente y triplica los rendimientos respecto a las plantaciones tradicionales.
Es fundamental incrementar la participación de las bases productivas y los productores en todo el proceso de siembra. El sector no estatal aporta el 50% del programa arrocero, lo que contribuye a reducir las importaciones de arroz.
Se trabaja en el encadenamiento productivo entre dos grandes empresas y formas de gestión no estatal, que garantizan los insumos necesarios para la campaña, mientras las empresas arroceras aportan los sistemas de riego, drenaje y la infraestructura industrial. Además, hay participación de inversión extranjera en dos provincias, con perspectivas de impacto significativo en la producción arrocera el próximo año.
Se implementa un proceso de arrendamiento de tractores e implementos agrícolas a productores líderes, quienes los reparan y los incorporan al proceso productivo. Paralelamente, se avanza en la apertura de seis centros logísticos integrales para la venta de insumos a los productores. El primero abrirá en la provincia de Pinar del Río, ofreciendo inicialmente semillas y paquetes tecnológicos.
Aunque se proyecta un crecimiento notable de 20 000 hectáreas en la campaña de frío, aún no se dispone de todos los componentes del paquete tecnológico, por lo que los rendimientos agrícolas seguirán siendo bajos.
En la Empresa Agroindustrial de Granos Fernando Echenique, en la provincia de Granma, se preparan para sembrar 12 000 hectáreas de arroz durante la campaña de frío.
Para satisfacer la demanda provincial, se requieren ambas campañas (frío y primavera), con una meta de 30 000 hectáreas, cifra no alcanzada desde 2018. La infraestructura de riego y la maquinaria agrícola están listas, tanto en el sector estatal como en el cooperativo y campesino.
Los productores han adoptado soluciones alternativas, como el uso de biofertilizantes, lo que ha permitido superar los rendimientos planificados, alcanzando 3.5 toneladas por hectárea.
Viandas y granos: el otro pilar de la campaña
El vicepresidente del Grupo ofreció una actualización sobre la campaña de frío para viandas y granos. De las 27 empresas del Grupo, la Empresa Comercializadora y Productora de Semillas desempeña un papel esencial, al producir y comercializar gran parte de la semilla botánica utilizada en la campaña.
La campaña de frío es decisiva, ya que aproximadamente el 60% de la producción de viandas se genera entre septiembre y febrero. Tras concluir la campaña de primavera con más de 19 000 hectáreas sembradas, se inició la campaña de frío.
Para esta nueva etapa, se trabaja bajo la premisa de enfrentar limitaciones en fertilizantes, plaguicidas, herbicidas, combustible y energía. Se planifica un incremento de 4 000 hectáreas respecto al año anterior, con los mayores crecimientos en viandas (más de 2 000 hectáreas) y granos (más de 2 000 hectáreas).
Dentro de las viandas, se priorizan el plátano y la yuca, con cerca de 1 000 hectáreas planificadas para cada uno. En el caso de los granos, se intensificará el cultivo del frijol, por su importancia en la canasta básica, y del maíz, destinado tanto al consumo directo como a la producción de alimento animal.
Recuperar los polos plataneros: un propósito de la campaña de frío
Julio Gómez Moldón, vicepresidente del Grupo Empresarial Agrícola, explicó que uno de los objetivos esenciales de la actual campaña de frío es la recuperación de los antiguos polos plataneros del país. En seis empresas se desarrolla este propósito de manera intencionada, con el acompañamiento de las estructuras locales del Ministerio de la Agricultura y los gobiernos provinciales.
“Estamos trabajando desde este año para rescatar esas zonas históricas, que en su momento fueron referencia nacional por sus resultados productivos”, afirmó Gómez Moldón. En Camagüey, por ejemplo, se labora en la siembra de 160 hectáreas de plátano, con vistas a completar el programa entre los meses de febrero y mayo.
En Ciego de Ávila también se reportan avances. La Empresa Arnaldo Ramírez, aunque de pequeño formato, destaca por su productividad y organización.
“La Cuba”, considerada el polo platanero más grande del país, dispone actualmente de más de 2 500 hectáreas y proyecta cerrar diciembre con 4 000, una cifra récord en su historia productiva.
En tanto, la Empresa Agroindustrial Ceballos reorganiza su matriz hacia los cultivos varios, sin abandonar la fruticultura. Hoy trabaja en 500 hectáreas, de las cuales 120 se destinan al plátano mediante sistemas de extracción y métodos tradicionales, y el resto se dedica a guayaba, piña, tomate y otros cultivos diversos.
En Matanzas, la Empresa Agropecuaria Lenin, del municipio Jovellanos, se reanima tras un período de declive. Se prevé alcanzar 350 hectáreas de plátano, de las cuales ya están sembradas más de 60 con tecnologías de riego de tres salidas. “Esta empresa tiene tradición agrícola y vamos recuperándola poco a poco”, indicó el directivo.
La estrategia también se articula con la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, aprobada por la Asamblea Nacional.
Hasta el cierre de agosto, el Grupo reportó 16 052 hectáreas de plátano sembradas, cumpliendo el indicador previsto, y se prevé continuar incrementando las áreas dedicadas al cultivo. En el caso de la yuca, de las 14 800 hectáreas planificadas ya se alcanzan 12 194, mientras el boniato muestra un avance de 2 600 hectáreas sobre un plan de 3 300.
El Valle del Yabú: experiencia en marcha
Entre los polos de mayor dinamismo figura el Valle del Yabú, en Villa Clara, donde la campaña de frío se desarrolla desde septiembre y se extenderá hasta febrero. Las tierras del Valle acogen un ambicioso programa de siembra de 863 hectáreas, que incluye 10 de papa con semilla propia y el resto destinado a viandas fundamentales como plátano, boniato y yuca.
Un total de 121 usufructuarios participan en el proyecto, enfrentando limitaciones en combustible, fertilizantes y otros insumos. Muchos recurren a encadenamientos productivos con el sector no estatal para obtener fertilizantes y biofertilizantes, mientras otros apuestan por prácticas agroecológicas. El acompañamiento científico se garantiza mediante la cooperación con el Instituto de Viandas Tropicales, que aporta variedades de alto rendimiento y resistencia.
Horquita: diversificación y encadenamientos productivos
En la Empresa Agropecuaria Horquita, en Cienfuegos, la campaña de frío avanza con resultados alentadores. Según su director general, Yuniesky Hernández Cama, la preparación oportuna de los suelos, favorecida por la escasez de lluvias, permitió optimizar las labores agrícolas. “Este año pudimos trabajar los suelos como era necesario, lo que garantiza mejores condiciones para la siembra”, señaló.
La entidad planifica cultivar más de 5 700 hectáreas, un 12% por encima de la campaña anterior. Se prioriza el plátano, con 200 hectáreas de siembra extrandensa antes del cierre del año, y se incorporan cultivos de yuca resistente y de menor demanda hídrica, aprovechando la capacidad de 47 máquinas de riego.
Horquita también incursiona en la siembra de 30 hectáreas de tabaco, en encadenamiento con Tabacuba, como vía para generar insumos y diversificar la producción. “Esta agricultura que estamos construyendo hoy necesita buscar alternativas que nos permitan sostener el desarrollo”, subrayó Hernández Cama.
El colectivo mantiene además el programa del maíz, y apoya la producción lechera y el abastecimiento de hortalizas destinadas a la capital.
Alicia de la Caridad Fernández Miranda, directora general del Instituto de Investigaciones Hortícolas Liliana Dimitrova, destacó el papel de la ciencia en el respaldo a la campaña de frío. “Hoy todas las áreas se siembran con semilla nacional, obtenida por nuestros institutos”, afirmó.
Solo en tomate, precisó, se proyecta la siembra de más de 4 000 hectáreas con variedades cubanas desarrolladas por el Liliana Dimitrova y el INCA. Además, se cultivarán 4 500 hectáreas de pimiento y pepino, y 38 000 de calabaza, todas con variedades nacionales.
El sistema científico aporta, además de semillas, conocimiento y acompañamiento directo a los productores. Más de 2 000 agricultores se benefician de programas de capacitación y extensión, que incluyen la transferencia de tecnologías y buenas prácticas productivas.
Actualmente, el Grupo Empresarial Agrícola coordina alrededor de 20 proyectos de colaboración internacional que benefician a 76 municipios del país. Estos proyectos dotan a los productores de tecnologías y equipamientos esenciales para enfrentar las limitaciones actuales.
“La ciencia, la innovación y la articulación con los productores son la clave para avanzar en medio de los desafíos”, sostuvieron los especialistas al cierre del programa.