Unión Europea en la cuerda floja: Agricultores exigen revisar aranceles a fertilizantes rusos

Agricultores de la Unión Europea (UE) expresaron este viernes su preocupación por los posibles efectos negativos de los nuevos aranceles a fertilizantes y productos agrícolas procedentes de Rusia y Bielorrusia, instando a una revisión urgente del proyecto regulatorio.

La mayor asociación del sector, Copa-Cogeca, advirtió que la medida, aprobada inicialmente por el Consejo de la UE, podría comprometer la seguridad alimentaria del bloque si se implementa sin alternativas claras.

“La propuesta, elaborada sin una evaluación de impacto adecuada, no propone ni soluciones a corto plazo, ni una estrategia clara a medio y largo plazo para encontrar alternativas”, señaló la organización en un comunicado obtenido por Sputnik.

Los productores pidieron posponer por un año los gravámenes a fertilizantes rusos y bielorrusos, eliminar aranceles a importaciones similares de otros países y establecer controles de precios para estos insumos clave.

Según datos del Consejo de la UE, los nuevos aranceles afectarían el 100% de las exportaciones agrícolas rusas a la UE, frente al 15% en 2023.

En 2023, el bloque importó 3.6 millones de toneladas de fertilizantes de estos países, valorados en 1 280 millones de euros, equivalentes al 25% de sus compras externas.

La Comisión Europea (CE) justificó la medida como un esfuerzo para reducir la dependencia de Rusia, aunque aseguró que no bloquearía el tránsito de estos productos a terceros países.

La propuesta requiere ahora la aprobación del Parlamento Europeo y del Consejo Europeo. Este debate se da en un contexto de malestar rural: en 2024, agricultores de varios países de la UE realizaron protestas masivas contra las importaciones libres de impuestos desde Ucrania y las políticas agrarias comunitarias.

Además, en julio de 2024, la UE ya impuso aranceles de hasta 95 euros por tonelada —o un 50%— a cereales y oleaginosas rusas y bielorrusas.

Copa-Cogeca insistió en que, sin un plan de transición, la medida agravaría los costos de producción en un sector ya afectado por inflación y crisis climáticas.

“En su forma actual, la propuesta pone en peligro los suministros de alimentos en toda la UE”, subrayaron, apelando a que el Parlamento Europeo considere sus demandas.

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