Un presidente de cooperativa tiene que calzar las mismas botas que sus campesinos

Cuando Gerardo González Álvarez le dijo adiós en el año 1992 al Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Santa Clara, tras alcanzar su título de licenciado en Marxismo e Historia, no tuvo entre sus planes adentrarse en el quehacer de una CCS.

Y no es que le faltara vocación por el campo, al contrario. Desde que estudiaba e incluso, una vez insertado al ámbito laboral, estuvo ligado al trabajo del campo. A pesar de vincularse a la docencia durante 22 años, primero en el sector de Educación, y luego como profesor del Sistema de Escuelas del Partido, siempre le dedicó tiempo a las faenas agrícolas, sobre todo, durante los fines de semana.

Mas, no fue hasta el 2010 que este hombre, radicado en la comunidad de Meneses, perteneciente al municipio espirituano de Yaguajay, se acercó a la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) como familiar de campesinos. Un poco más tarde lo hizo como asociado de la CCS Antonio Maceo de esta propia localidad.

En esta misma base productiva transitó como secretario de núcleo del Partido Comunista de Cuba (PCC), hasta ser nombrado en el 2016 presidente de la Junta Directiva de la referida entidad. Han pasado nueve años desde ese entonces y su trayecto ha estado marcado por el aprendizaje, el trabajo constante y el ejemplo. Gerardo dirige, pero está también en medio del surco, entre siembras y detrás de las vacas. Para este hombre, forjado en el sentido de la responsabilidad, encauzar los pasos de la CCS es tarea de primer orden.

“Esta cooperativa se ha mantenido con un trabajo estable. El presidente que estuvo con anterioridad permaneció unos 20 años hasta que llegó su jubilación, y nosotros hemos tratado de mantener ese legado. Para ello contamos con un sólido aparato económico y con personas de experiencia en la Junta Directiva”, explicó González Álvarez.

Representar a unos 215 socios, entre ellos 42 mujeres y 14 jóvenes; llegar hasta las 1 186 hectáreas que posee la cooperativa, de donde salen viandas, granos, hortalizas y frutales; controlar el ganado para asegurar la leche, la carne vacuna y ovina, además de seguirle el rastro a otros renglones, no es tarea fácil. Eso sin contar que debe sortear, junto a sus campesinos, las limitaciones que impone el contexto actual.

“Estos años han resultado difíciles por muchas razones: la carencia de insumos y de portadores energéticos, la migración… No obstante, la labor de los campesinos se mantiene, así como su nobleza, sabiduría e iniciativas y el amor que le profesan a la tierra.

“Intercambiamos con los agricultores desde su misma perspectiva. Tanto es así que, si no tenemos que salir de la comunidad a alguna gestión, andamos vestidos de campo, labramos la tierra y trabajamos con bueyes como uno más de ellos”, aclara el también máster en Ciencias de la Educación.

De la mano de la producción de alimentos, la CCS Antonio Maceo estrecha sus vínculos con la comunidad. “Hemos construido casas para los afectados tras el paso de eventos meteorológicos, se reparó el parque, una tienda y donamos ventiladores y una turbina para la funeraria, así como 200 litros de pintura para la reparación del policlínico.

“Por otro lado, realizamos donaciones sistemáticas al Sistema de Atención a la Familia (SAF) y apoyamos la alimentación del policlínico y de la escuela primaria. Contamos también con dos puntos de venta y un organopónico. Además, la infraestructura de la CCS se mejoró. En estos momentos disponemos de buenas instalaciones, entre ellas, un salón de reuniones, donde se efectúa el trabajo de coordinación del Consejo Popular y lo usan varios organismos”, asevera Gerardo.

Con estas responsabilidades a cuestas, Gerardo emprende su rutina en la CCS Antonio Maceo. Al frente y, sobre todo, unido a esta gente de campo, consagrada y fiel al trabajo, oxigena sus días. “Un presidente de cooperativa tiene que ser laborioso, sencillo, emprendedor y enamorado del campo. Tiene que calzar las mismas botas que sus campesinos y caminar junto a ellos. Tiene que ser, además, economista, jurista, político, buen padre y buen hijo”, asegura el licenciado en Marxismo e Historia.

Han sido estas armas, quizás, las que han hecho que la CCS Antonio Maceo, de Meneses, haya resultado Vanguardia Nacional en la emulación por el Día del Campesino, y que Gerardo sea uno de los delegados al XIII Congreso de la ANAP, el cual se celebra del 15 al 17 de mayo.

“Haber sido electo a este congreso es un compromiso con la organización en pos de seguir mejorando su funcionamiento. Es un alto compromiso también con nuestros campesinos por la posibilidad de tramitar sus inquietudes y trasladarles las decisiones y acuerdos que se adopten”, expresa.

Con esta voluntad asiste Gerardo González Álvarez al cónclave del campesinado cubano. Se mereció estar allí por sus logros y resultados en la CCS Antonio Maceo, de Meneses, por sus deseos de hacer, porque entiende la necesidad de impulsar la producción de alimentos, porque todos los días sale a buscar soluciones, a trabajar, a comprometerse, a aferrarse cada vez más a esos aires campestres que lo han visto crecer.

(Tomado de Escambray)

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