El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la ruptura inmediata de todas las negociaciones comerciales con Canadá, calificando el nuevo impuesto digital canadiense como un “ataque directo y flagrante” contra empresas estadounidenses.
En declaraciones publicadas en su plataforma Truth Social, Trump afirmó: “Debido a este impuesto escandaloso, damos por terminadas todas las negociaciones comerciales con Canadá con efecto inmediato”.
Paralelamente, el mandatario arremetió contra la Unión Europea (UE), acusándola de aplicar “impuestos muy injustos” a compañías estadounidenses y advirtiendo que “pronto aprenderá a no ser tan desagradable”. Según Trump, Canadá habría “copiado a Europa con esos aranceles a las tecnológicas”.
El detonante fue la implementación por parte de Canadá del Impuesto a los Servicios Digitales (DST), vigente desde 2024. Esta medida grava con un 3% los ingresos de gigantes tecnológicos estadounidenses —incluidas Google, Apple, Meta, Amazon y Microsoft— que superen los 20 millones de dólares canadienses anuales en el mercado canadiense, aplicándose retroactivamente desde 2022. Ottawa justifica el tributo como respuesta a la elusión fiscal de empresas que operan digitalmente.
Trump también criticó a Canadá como un “país muy difícil” para comerciar, citando aranceles de hasta “400%” a productos lácteos estadounidenses. Anunció que en los próximos siete días revelará nuevos aranceles contra bienes canadienses.
A pesar de la ruptura, el primer ministro canadiense, Mark Carney, aseguró que su gobierno mantendrá “abiertas las complejas negociaciones” con EE.UU., actuando “en el mejor interés de los canadienses”.
La relación bilateral, ya tensionada por disputas sobre madera, lácteos y aranceles al acero/aluminio (25%) impuestos por Trump pese al T-MEC, enfrenta ahora su mayor crisis reciente.
La Comisión Europea (CE), por su parte, indicó que trabaja “intensamente” para una solución negociada y reiteró que Bruselas está “lista para un acuerdo”.
