Trump ataca soberanía financiera de Brasil para proteger ganancias de Visa y Mastercard

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado en los últimos días sus críticas públicas contra el sistema de pagos instantáneos brasileño Pix, una ofensiva que analistas económicos y del sector financiero interpretan como una defensa de los intereses de grandes corporaciones financieras estadounidenses.

Estas empresas, incluyendo gigantes como Visa, Mastercard y Meta, han experimentado una significativa reducción de sus ingresos en el mercado brasileño desde la irrupción y masiva adopción de la plataforma local.

Trump ha asociado indirectamente al Pix con supuestas “prácticas comerciales desleales” por parte de Brasil, utilizando esta argumentación para justificar la posible imposición de aranceles de hasta el 50% sobre exportaciones brasileñas hacia Estados Unidos.

Esta escalada verbal ocurre mientras el Pix, con 159.9 millones de usuarios registrados al cierre de junio, se consolida de manera irreversible como el principal medio de pago en el país sudamericano, desplazando métodos tradicionales.

Expertos señalan que el trasfondo de los ataques radica en las cuantiosas pérdidas que enfrentan las compañías estadounidenses de pagos.

La economista Alessandra Ribeiro, de la consultora Tendencias, explicó a Xinhua que “Pix ha reducido de forma significativa el uso de tarjetas de débito y crédito en Brasil, lo que ha generado pérdidas sustanciales para las compañías estadounidenses del sector”.

Ribeiro es una de las analistas que ven en las declaraciones de Trump un intento de proteger a esas empresas. De acuerdo con Ribeiro, mientras que en 2020 las tarjetas de crédito representaban el 22 por ciento de las transacciones en Brasil, en la actualidad ese porcentaje se redujo a 14 por ciento.

La hegemonía del Pix está respaldada por datos contundentes del Banco Central de Brasil.

Una investigación de la autoridad monetaria indica que el 76.4% de la población brasileña utiliza Pix, superando ampliamente al dinero en efectivo (68.9%) y a las tarjetas de débito (69.1%).

La magnitud operativa del sistema es abrumadora: en 2024, el Pix movió un volumen financiero de 26.5 billones de reales (aproximadamente 4.78 billones de dólares), procesando más de 63 500 millones de transacciones.

En marcado contraste, las operaciones totales con tarjetas de crédito, débito y prepago sumaron 4.1 billones de reales (unos 740 000 millones de dólares), registrando un crecimiento anual de solo el 10.9%, según la Asociación Brasileña de Empresas de Medios de Pago (Abecs).

Ribeiro atribuyó la preferencia masiva por el Pix a sus ventajas intrínsecas: “El bajo costo, la rapidez y la facilidad de uso hacen del Pix una alternativa más atractiva que las tarjetas. Muchas personas prefieren escanear un código QR o usar su clave Pix, en lugar de introducir datos de tarjetas”.

La amenaza competitiva para las tarjetas internacionales está a punto de incrementarse con el lanzamiento, previsto para septiembre de 2025, del “Pix parcelado”.

Esta nueva modalidad permitirá a los usuarios realizar compras a plazos con tasas de interés notablemente inferiores a las ofrecidas por las tarjetas de crédito tradicionales.

El presidente del Banco Central de Brasil, Gabriel Galípolo, destacó el potencial inclusivo de esta innovación, señalando que beneficiará a unos 60 millones de brasileños que actualmente carecen de acceso al crédito mediante tarjetas.

Ribeiro advirtió sobre las consecuencias para las emisoras de tarjetas: “El Pix parcelado representa un nuevo avance del sistema, que puede agravar aún más las pérdidas para las empresas de tarjetas, además de reducir los niveles de endeudamiento de la población, que hoy están muy vinculados al uso del crédito rotativo”.

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