¿Quién dijo que no se puede sembrar soya en Cuba?

Santiago Cuéllar Magdaleno se considera un guajiro atrevido en Placetas. Cuando iniciaron los convenios porcinos en Cuba, él fue de los primeros en inscribirse; luego, al iniciarse la experiencia de las cebas al destete, no dudó en ser, junto a su coterráneo Orelvis Peñate, pionero en el país en esa modalidad.Así empezó por ese camino de emprendimiento.

Lo probable y lo posible

No es lo mismo ni se escribe igual: lo probable y lo posible en el año 2023 debemos verlos como dos categorías diferentes, cuya comprensión por nuestra parte determinará que, efecti­vamente, el próximo año sea mejor que este tan difícil que ya casi termina.

La dispersión centralizada de los precios en Pinar del Río

Hoy los establecimientos que prestan servicios comerciales y de gastronomía tienen potestad para la formación de precios; la dispersión de los mismos y el desmedido aumento son inversamente proporcionales al salario promedio en Cuba, que se mantiene en el mismo lugar.

Sacar la agricultura del papel

De apremios y dilemas está empedrado el camino de la producción de alimentos; da igual arrimarse al surco, sudar frío al pie de una tarima o volver a los teatros. Aparecen carencias, descontrol, explicaciones, mientras los precios ahogan la mesa familiar. Hasta pareciera que tenemos más de una agricultura: la de los recorridos y visitas, y la que llega al consumidor.

“Se busca”: Relatos sobre el hurto y sacrificio del ganado en Cuba (I)

“Si me llevan la yunta de bueyes, me retiro”. Estas son de las primeras palabras que dijo Pascual Pino cuando le preguntamos cómo estaba el tema del hurto y sacrificio por su zona. Son cerca de las tres de la tarde y a Pascual nos lo encontramos debajo de una mata de mango, rodeado de sus animales. “Aquí estoy en el pastoreo y vigilándolos porque hasta de día te los roban en el potrero”.

Harina: La jugada está “apretá”

A pesar de la tensión, el miér­coles pasado reinaba la calma en el colectivo de trabajadores de los conocidos molinos Turcios Lima, enclavados en el municipio de Re­gla, zona industrial y portuaria de la capital cubana. El calor era sofocante y a la piel se pegaba un polvillo resultante de la molida del trigo.