Un complejo comercial y multifuncional que incorpora mil árboles y más de 250 000 plantas en sus fachadas e interiores fue inaugurado en Shanghái, marcando un nuevo hito en la integración de la arquitectura urbana con la naturaleza a gran escala.
El proyecto, denominado “1000 árboles”, se distingue por una concepción en la que la vegetación no es un elemento decorativo secundario, sino un componente estructural fundamental.
El diseño, de carácter orgánico, contempla la integración armónica de grandes ejemplares arbóreos en la propia estructura de los edificios, con espacios y soportes diseñados específicamente para permitir y acompañar su crecimiento a largo plazo. Esta iniciativa representa un esfuerzo audaz por revertir la habitual ausencia de verde en los densos desarrollos comerciales de las megaciudades.
Ubicado en un distrito en transformación, el complejo busca ofrecer a visitantes y residentes una experiencia sensorial única, combinando el consumo, el ocio y el esparcimiento con un entorno natural inmersivo. Las fachadas escalonadas y las terrazas ajardinadas crean la ilusión de una “colina artificial” cubierta de vegetación en pleno corazón urbano.
Expertos en arquitectura sostenible señalan que, más allá del impacto visual, proyectos de esta envergadura pueden contribuir a mejorar la calidad del aire, reducir el efecto de isla de calor y promover la biodiversidad en entornos metropolitanos. Se espera que el lugar se convierta en un nuevo punto de referencia dentro del paisaje arquitectónico de Shanghái, destacando una tendencia global hacia edificios que priorizan la biofilia y la sostenibilidad ambiental en su concepción.
