Más de 23 000 familias de Santiago de Cuba, que integran aproximadamente 40 000 personas, reciben atención directa del sistema de asistencia social, informó el periódico Granma.
Esta ayuda no se limita a prestaciones monetarias, sino que incluye además la entrega de alimentos, artículos de primera necesidad y otros recursos específicamente concebidos para quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad, ya sea por discapacidad físico-motora, intelectual o por dificultades financieras.
Así lo explicó Ernesto González Ojea, director provincial de Trabajo y Seguridad Social, quien destacó la estructura organizativa desplegada en el territorio para esta labor.
Ponderó que cada circunscripción cuenta con un trabajador social, y todos los consejos populares y municipios con sus respectivas comisiones de atención y prevención social. A este esfuerzo se suman las instalaciones del Sistema de Atención a la Familia, que en la provincia ascienden a 126, ubicadas en su mayoría en zonas rurales y del Plan Turquino.
Uno de los programas más significativos es la distribución gratuita de módulos alimenticios, que beneficia a cerca de 100 000 individuos. Estos módulos, compuestos generalmente por arroz, granos, pastas alimenticias y varias unidades de sardinas, también se extienden a gestantes y niños que requieren dietas especiales por deficiencias nutricionales, como bajo peso y talla.
Más allá de la ayuda alimentaria, la asistencia social en Santiago de Cuba incluye otras acciones sustanciales. La concesión de subsidios, la habilitación de locales y la adquisición de viviendas por el Estado en favor de estas personas vulnerables forman parte de la estrategia integral.
También es destacable el funcionamiento de un Centro para la protección de personas con conducta deambulante y el fomento del proyecto Con-Pasión, una iniciativa enfocada en la atención integral a cada individuo que se encuentra en tal situación de desamparo.