Sancti Spíritus produce piensos para acuicultura a partir de desechos industriales

Transformar la acuicultura en un sector autosuficiente, capaz de convertir subproductos de su proceso industrial en alimentos para animales, se ha consolidado como el objetivo central del Proyecto Ipepac (Incremento de la productividad y la eficiencia de subsectores seleccionados del procesamiento agroindustrial de alimentos en Cuba).

Esta iniciativa, auspiciada por la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo, busca sustituir importaciones e impulsar decisivamente esta rama, con un impacto positivo ya visible en la provincia de Sancti Spíritus.

El proyecto, único de su tipo en el país, ya comenzó a rendir frutos en este territorio del centro de la isla. En lo que va de año, se han obtenido aproximadamente 800 toneladas de piensos.

De acuerdo con el periódico Escambray, si bien este volumen aún se considera insuficiente, está siendo destinado estratégicamente a la alimentación de alevines y de especies en crecimiento, como parte de un sistema de cultivo semintensivo dentro de la Estación de Alevinaje ubicada en el municipio de La Sierpe.

Erich Pérez Márquez, director de la Empresa Pesquera Espirituana (Pescaspir), explicó los detalles de la implementación: “En el 2023 comenzaron con el montaje de las máquinas en lo que conforman las dos plantas destinadas a este proceso: la de pienso ensilado, que radica en áreas de la Industria Pesquera espirituana, y la de pienso peletizado, dispuesta en la sede de la UEB Acuiza, muy próxima al embalse Zaza”.

“Se trata —dijo Erich— de aprovechar en una primera parte todo el desperdicio derivado del proceso industrial, al que se someten las especies acuícolas que fueron capturadas, luego pasan por un procedimiento con productos químicos para su conservación antes de enviarlo, como un pienso ensilado hasta la planta de pienso seco. Una vez allí, se inicia la elaboración del alimento peletizado incorporándole algún tipo de extensor, que puede ser aflecho, maíz o sorgo”.

Tanto el ensilado como el pienso peletizado resultan un alimento ideal para la ceba de peces, aunque su uso también se puede extender a la crianza porcina. Esta capacidad se ha convertido en una fortaleza clave para el sector acuícola, permitiendo fomentar el encadenamiento productivo con otras empresas locales como la Empresa Cárnica, la Empresa Porcina y Azumac.

Estas entidades aportan materias primas que funcionan como extensores, las cuales, al combinarse con la proteína obtenida del proceso industrial en Indupir, dan como resultado una formulación de alto valor proteico.

De esta manera, el Proyecto Ipepac se erige como un promotor de la economía circular, al aprovechar subproductos de las industrias pesquera, agrícola y cárnica para fabricar alimentos animales en el ámbito local. Este modelo no solo incrementa la eficiencia productiva, sino que constituye un aporte concreto a la crucial sustitución de importaciones en la actual situación económica de Cuba.

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