El gobierno ruso se ha fijado una meta ambiciosa para diversificar su economía y reducir la dependencia de los hidrocarburos: incrementar en un 66 por ciento el volumen de sus exportaciones no relacionadas con los recursos y la energía en un plazo de seis años, tomando como base el nivel registrado en 2023.
Así lo anunció este martes el primer ministro ruso, Mikhail Mishustin, durante su intervención en el XIII Foro Internacional de Exportación “Hecho en Rusia”.
Al desglosar la importancia del sector no energético en la economía nacional, Mishustin señaló que “las exportaciones no relacionadas con los recursos y la energía de Rusia en el primer semestre de este año representaron más del 12 por ciento del producto interno bruto (PIB)”, una cifra que subraya el peso creciente de estos sectores dentro del panorama económico del país.
El jefe del gobierno ruso detalló la estrategia geopolítica y comercial que sustenta este objetivo. Indicó que Rusia está en un proceso activo de reorientar sus exportaciones hacia los mercados emergentes, una medida que se ejecuta de forma paralela al incremento de la cooperación económica con países aliados y socios estratégicos localizados en Asia, África y América Latina.
Los resultados de esta reorientación geográfica ya serían significativos, según los datos proporcionados por la máxima autoridad.
“Las exportaciones a estos destinos superaron el 85 por ciento de las importaciones totales en 2024, en comparación con el 44 por ciento de 2021”, aseveró Mishustin.
Para hacer posible este redireccionamiento masivo de su comercio exterior, el mandatario agregó que el país está desarrollando nueva infraestructura logística a gran escala, incluido el desarrollo estratégico de corredores de transporte internacionales con orientación hacia el sur y el este, buscando nuevas rutas que consoliden su conectividad con los mercados objetivo.