Trabajadores de la central termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras, ubicada en Matanzas, laboran sin interrupción desde su salida imprevista del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) el pasado domingo.
Las labores se centran en reparaciones complejas que dificultan precisar una fecha exacta para su reintegro a la red nacional.
Román Pérez Castañeda, director técnico de la planta, detalló a Girón la naturaleza de los trabajos y los desafíos que enfrentan.
“En este momento estamos reparando dos cordones de soldadura y otros dos que están listos para hacerle el control.
“Calcular el tiempo que pueda demorar es impreciso, porque si da defecto debe soldarse de nuevo. No es como cambiar una válvula, que tú sabes cuánto puede llevarte”, destacó.
El directivo describió las condiciones variables en diferentes áreas de la caldera: “Hay zonas de la caldera, de más difícil acceso, que es incómodo para el trabajador pero al estar menos sucia soldar resulta más sencillo. En el que ahora se labora es un lugar más abierto pero también más contaminado”.
Una vez concluidas las soldaduras, el proceso continúa con etapas críticas. “Luego de concluir eso, toca hacer la prueba hidráulica, que demora 6 horas”, indicó Pérez Castañeda.
Añadió que surge un trabajo adicional: “Como problema colateral a las soldaduras también hay que restablecer la obra refractaria, lo que tomaría otras 3 horas.
“La obra refractaria tiene dos funciones, y una de ellas es hermetizar la caldera. Imagina que dentro de la caldera es una bola de fuego que está a 2 000 grados. Ese calor no puede salir al exterior. Los tubos están pegados, unidos por una membrana que hace una hermeticidad total del horno. Pero en la parte reparada los tubos están separados, por lo que eres tú quien debe lograr esa hermeticidad.
“Para ello requieres de dos capas o componentes: una resistente al fuego, pero que permite la transferencia de calor, y una capa aislante, que si se expone a la llama, se daña. Se necesita de las dos para un correcto funcionamiento de la caldera”, subrayó el directivo.
“Luego de eso sí ya estaríamos listos para encender y posteriormente sincronizar, un proceso que demora entre 8 y 12 horas, si todo sale bien”, precisó.
Aprovechando la parada forzada, el equipo técnico realiza otras acciones de mantenimiento no previstas inicialmente, como el cambio de válvulas, según confirmó el directivo.
Se estima que al menos 24 horas restan de trabajos intensivos en la Guiteras, el mayor bloque unitario generador de Cuba, cuya ausencia priva al SEN de más de 200 megavatios de capacidad.