Por el municipio de Taguasco comenzó en la provincia de Sancti Spíritus la distribución de la papa llamada de balance nacional. Mas, muchos se preguntan: ¿cuántas libras llegarán a cada espirituano? ¿Comeremos más expectativas que el tubérculo en sí mismo?
Le explico a ver si me entiende, después de pasar varios días con diversas fuentes tratando de encontrar el sabor a este puré. Aunque desde antes de plantar la primera semilla de esta papa, el Ministerio de la Agricultura anunció que se venderían 3 libras para todos los consumidores, apenas inició la cosecha en tierras espirituanas hace solo horas, e incluso antes, ya esa cifra varió; lo que sí se sabe bien es que ya no será así y que no todos los clientes se podrán comer la misma cantidad del demandado producto.
Según Eduardo Jiménez Calzada, jefe del Departamento Agrícola de la Delegación Provincial del sector, por los estimados productivos del tubérculo, en la mayoría de los municipios se repartirán 3 libras por persona, mientras en otros los consumidores no deben comerse ni 2 libras.
Sucede que, según la concepción de la siembra, cada municipio plantó el volumen de acuerdo con la demanda de sus pobladores sobre la base a tres libras y así todos los territorios plantaron su propia papa, excepto Trinidad, que será abastecido con la que se sembró en Yaguajay.
Mas, aquella expectativa inicial no tuvo en cuenta, parece, que, al trascurrir unos tres meses, la tierra y la realidad dirían otra cosa.
Lo primero es que, según el jefe del Departamento Agrícola, el rendimiento no fue el mismo en todas partes, por razones asociadas al dispar comportamiento de los suelos y la disponibilidad de agua, sin contar los recursos, porque esta papa de balance nacional hasta donde se sabe, viene protegida por un paquete tecnológico, que incluye la semilla importada.
Y el rendimiento tampoco fue el mismo por desacuerdo de los productores con los precios de compra de la papa, pactada a 9 pesos la libra, una tarifa que, por lógica, no los motivó lo suficiente como para atender la papa con todos los requerimientos que esta lleva y al final, después de plantarla, le quitaron el pie —en bueno cubano hablando— y el tubérculo no rindió lo que debía en las 30 hectáreas que, finalmente, lograron, sembrarse.

De esa dificultad supo esta reportera desde que se plantó la primera semilla, sobre todo por parte de quienes solo sembraron la papa de balance nacional, no así los que sembraron esta junto a la llamada agroecológica o de bajos insumos, a quienes al venderla a 80 pesos la libra por tener menos protección en recursos, económicamente les resultaba factible a la hora de hacer los cálculos de las ganancias y las pérdidas.
Al ser tan abismal la diferencia de precios de compra, el problema está sembrado en toda la provincia porque, como ya se sabe, la papa agroecológica fue plantada solo en tres municipios: Cabaiguán (32 hectáreas de 38), La Sierpe y Sancti Spíritus.
Y este enemigo gravita con especial impacto a la hora de la cosecha, la cual demanda muchas manos que deben ser pagadas bien caras.
De manera que si usted quiere saber si se comerá 3, 2 libras o menos, tendrá que estar al tanto de lo que en su municipio decidan repartirle los gobiernos locales con sus respectivos comités de contratación y concertación de precios, en dependencia de una producción que no es la misma en todas partes.
Deberá estar también al tanto de que estas estructuras controlen el destino final de la papa de balance nacional que se logre recoger en cada lugar, primero para que no coma más expectativas que papa y, segundo, para que no termine pagando ese mismo producto a 150 y 200 pesos la libra y no a los 11 pesos establecidos para este tipo de producto.
(Tomado de Escambray)