Prioriza Cuba recuperación ferroviaria con reparación de locomotoras y medios de transporte

Desde Guantánamo hasta Pinar del Río, las vías férreas atraviesan la geografía cubana como arterias históricas que conectan comunidades, industrias y economías locales.

Con una red que supera los miles de kilómetros, los trenes han sido, por casi 200 años, un pilar esencial para el transporte de carga y pasajeros.

Sin embargo, el declive acelerado de la infraestructura y el material rodante desde la década de 1990 ha marcado un desafío crítico para la movilidad y el desarrollo económico de la isla.

Frente a este escenario, la Unión de Ferrocarriles de Cuba (UFC) impulsa un plan de recuperación gradual, centrado en priorizar el mantenimiento y la reparación de locomotoras, coches de pasajeros, casillas de carga y porta-contenedores.

Camilo Chávez Molina, director general de la Empresa de Reparación de Equipos Ferroviarios (EREF), explicó a Granma que el objetivo es garantizar operaciones “en mayor cuantía y menor costo”, optimizando recursos ante las limitaciones financieras del país.

La EREF, creada hace poco más de cinco años, coordina las reparaciones generales en talleres estratégicos como los de Camagüey y San Luis (Santiago de Cuba), reconocidos por su capacidad técnica.

Para 2024, se prevé la incorporación de los talleres de Ciénaga y Luyanó, en La Habana, lo que ampliará la capacidad de mantenimiento preventivo a formaciones activas. “Esto repercutirá en la solución a los problemas que presentan los equipos tractivos en el cumplimiento de los itinerarios”, detalló Chávez Molina.

Aunque la crisis económica cubana complica el acceso a repuestos y tecnología, la colaboración con empresas francesas ha permitido intervenir locomotoras de alto porte en San Luis, algunas ya reintegradas al servicio.

“Hemos logrado, en estrecha colaboración con entidades de Francia, intervenir varias locomotoras […] que ya están circulando, y otras que se incorporarán de forma paulatina”, afirmó.

La innovación local juega un rol clave. El movimiento de innovadores y racionalizadores ha sido “determinante” para adaptar componentes y prolongar la vida útil de equipos obsoletos.

“La fiabilidad no fue concebida para que todas las partes y piezas de las locomotoras fueran sustituidas; más bien ha permitido mejorar el estado técnico de estas”, precisó el directivo.

Entre los avances destacan la reconversión de ómnibus retirados en ferrobuses, operativos principalmente en provincias orientales, y la rehabilitación de formaciones como el tren Habana-Sancti Spíritus, entregado en el 71° aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

Además, se prioriza el transporte de insumos de la canasta familiar normada y combustibles mediante casillas y tanques especializados.

Empresas como Ferrocarriles de Oriente y Rutas Nacionales ya operan con locomotoras de alto porte reparadas.

“Cada equipo que sale de nuestros talleres presenta menores índices de fallo”, subrayó Chávez Molina, destacando un sistema de mantenimiento post-reparación cada 10 000 y 40 000 kilómetros, supervisado por los mismos técnicos que intervinieron los equipos.

Como reconocimiento a estos esfuerzos, los talleres de Camagüey y San Luis recibieron este año la condición de Vanguardia Nacional del Sindicato de Transporte y Puertos. En San Luis, por ejemplo, se entregó una locomotora china rehabilitada que ahora mueve trenes entre La Habana y destinos como Guantánamo, Bayamo-Manzanillo, Holguín y Santiago de Cuba.

Comparte este artículo

Cuadrando la caja

Cuba: ¿Economía de guerra o guerra económica?

Bancarización en el campo: ¿Una buena cosecha?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *