El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó este sábado su confianza en que el acuerdo de libre comercio entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea (UE) podrá ser formalizado el próximo mes, a pesar de un nuevo aplazamiento en la firma que tenía previsto ocurrir durante la cumbre regional.
Durante su discurso en la 67ª Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, Lula reconoció su decepción por el retraso, pero fundamentó su optimismo en comunicaciones recientes de los máximos líderes europeos. El mandatario brasileño hizo una vehemente defensa del multilateralismo comercial como herramienta para la resiliencia económica.
Según Lula, en una carta los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, Ursula Von der Leyen y António Costa, respectivamente, le manifestaron que el tratado podrá ser firmado en enero. El acuerdo, en negociación desde hace 26 años, es considerado uno de los más importantes a nivel global por el volumen de población y economías que involucra.
“Teníamos en nuestras manos la oportunidad de transmitir al mundo un mensaje importante en defensa del multilateralismo y fortalecer nuestra posición estratégica en un escenario global cada vez más competitivo”, declaró Lula ante sus pares del bloque sudamericano. “Lamentablemente, Europa aún no se ha decidido. Los líderes europeos pidieron más tiempo para discutir medidas adicionales de protección agrícola”.
El presidente brasileño argumentó que la relevancia comercial del Mercosur justifica la urgencia del acuerdo. Solo en los primeros diez meses de 2025, el flujo comercial externo del bloque superó los 630 000 millones de dólares.
“Desde nuestra última cumbre, los fundamentos del comercio internacional se han visto gravemente afectados. A pesar de las dificultades, el flujo comercial del bloque con socios externos creció. Cuando las puertas se cierran en otros lugares, el mundo busca al Mercosur”, afirmó desde esta ciudad del sur brasileño.
Lula detalló que el Mercosur ya aceptó concesiones significativas, como la adopción de cuotas para productos agropecuarios y el establecimiento de un mecanismo de salvaguardias, alcanzando lo que describió como un entendimiento ventajoso para ambas partes.
Subrayó que “diversificar las alianzas es la clave para la resiliencia de nuestras economías” y advirtió que “sin voluntad política y coraje de los dirigentes, no será posible concluir una negociación que ya se arrastra por 26 años”.
Al finalizar su intervención, Lula se refirió a los obstáculos políticos dentro de la UE, señalando la postura históricamente reticente de Francia. Reveló que la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, se unió recientemente a la oposición, argumentando que la distribución de fondos agrícolas en la UE perjudica a su país.
“Tuve una conversación telefónica con ella y me dijo textualmente que a principios de enero estará lista para firmar. Si ella firma y solo falta Francia, según Von der Leyen y António Costa, no habrá posibilidad de que Francia por sí sola bloquee el acuerdo”, consideró Lula.
“Vamos a cruzar los dedos para que las cosas sucedan por el bien de nuestro Mercosur, del multilateralismo y del desarrollo de nuestros países”, concluyó.
