Los artículos pintan un cuadro de una economía global enfrentando vientos en contra, con previsiones de crecimiento a la baja y desaceleración del consumo de petróleo, influenciada por factores como la desaceleración económica global y las tensiones comerciales. En este contexto, Estados Unidos enfrenta sus propios desafíos, incluyendo la preocupación de los inversores por su deuda tras la rebaja de su calificación crediticia.
Paralelamente, Cuba busca activamente nuevas vías para su desarrollo económico en un entorno de embargo, viendo en la expansión de los BRICS y la promoción de la desdolarización una alternativa estratégica. A nivel interno, el país enfrenta tanto el desafío del deterioro de infraestructura y la subutilización de inversiones pasadas como el esfuerzo por mejorar servicios básicos esenciales y realizar operaciones estadísticas fundamentales como el censo.