La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha designado oficialmente al 2026 como el Año Internacional de los Pastizales y los Pastores, una decisión estratégica destinada a centrar la atención global en la conservación de estos ecosistemas vitales y en las comunidades que los mantienen. El anuncio fue realizado durante las sesiones del Consejo de la FAO en su sede central.
En un comunicado oficial, citado por Prensa Latina, la oficina de prensa del organismo detalló que, al realizar el anuncio, el director general Qu Dongyu subrayó la urgencia de una acción coordinada. El líder de la FAO apuntó la necesidad de “salvaguardar los pastizales con una gobernanza responsable, la restauración e inversión”, así como de apoyar a quienes los gestionan.
Esta designación especial, una iniciativa impulsada originalmente por Mongolia y respaldada por otros 60 Estados miembros, tiene un objetivo claro y multifacético. Su propósito es destacar el papel vital de los pastizales y los pastores en la producción sostenible de alimentos, la preservación de los ecosistemas, además de en la mitigación y adaptación al cambio climático, para lo cual se lanzará una campaña mundial de concienciación.
La magnitud global de estos ecosistemas es fundamental para el planeta. El documento destaca que los pastizales cubren aproximadamente la mitad de la superficie terrestre, abarcando una diversidad de paisajes como praderas, sabanas, desiertos, humedales o zonas montañosas, en lugares icónicos como las estepas asiáticas, la sabana africana, los Alpes europeos, los Andes sudamericanos y las Grandes Llanuras norteamericanas.
El papel de los pastores es insustituible en estas vastas extensiones. Estos actores son custodios clave de estas zonas donde se gestionan alrededor de mil millones de animales en todo el mundo, desde ovejas y cabras hasta vacas, camélidos, yaks, caballos, renos y búfalos, que contribuyen a la seguridad alimentaria y la preservación de los ecosistemas, así como del patrimonio cultural.
No obstante, este modo de vida y los ecosistemas que sostiene enfrentan graves amenazas. Los pastizales se encuentran bajo una presión cada vez mayor debido a las sequías, las inundaciones y otros impactos climáticos, la degradación de las tierras, las enfermedades animales y la competencia en el uso de la tierra, lo que limita la movilidad de los pastores y amenaza su modo de vida.
La FAO ha delineado un compromiso operativo para el año designado. “A lo largo de este año, la FAO colaborará estrechamente con los gobiernos y todos los socios para impulsar la labor sobre los pastizales y los pastores en el marco del objetivo general de las Cuatro Mejoras: mejor producción, mejor nutrición, mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás”, añadió Qu.
La coordinación internacional será un pilar central. La FAO dirigirá esfuerzos a nivel mundial para demostrar cómo los pastizales y los pastores contribuyen a la resiliencia de las economías rurales, la seguridad alimentaria, las soluciones climáticas y la preservación y restauración de los ecosistemas.
El plan de acción para 2026 incluye medidas concretas. Entre las principales acciones se incluye la movilización de compromisos políticos, técnicos y financieros para asegurar el acceso y los derechos de gobernanza para las comunidades de pastores, restaurar los ecosistemas degradados, ampliar la gestión sostenible de los pastizales y fortalecer las cadenas de valor asociadas.
La organización ya cuenta con marques de reconocimiento para estas prácticas. Los actuales Sistemas de Patrimonio Agrícola de Importancia Mundial (SIPAM) de la FAO reconocen sistemas de pastoreo de todo el mundo, entre ellos el de la Sierra Sur de Espinhaço, Brasil; el de Zhagana, en China; el del Valle de Almosi, en Tayikistán, y el Área de Patrimonio Pastoril Masai de Engaresero, en Tanzania, agrega la fuente.













