Inversión mixta vietnamita-cubana apunta a modernizar agricultura en occidente de la isla

La compañía vietnamita Hoang Gia Viet Food JSC suscribió en la sede del Ministerio de la Agricultura (MINAG) de Cuba un contrato de asociación económica internacional con la Empresa Agropecuaria Alquízar, de Artemisa, para impulsar la producción de marañón y otros cultivos de ciclo corto.

El convenio, formalizado en La Habana, establece una inversión total de 50.56 millones de dólares. De ese monto, según fuentes oficiales, 29.1 millones se dedicarán a la adquisición de equipos tecnológicos de avanzada y 21.45 millones a medios de transporte especializados para las labores del campo.

El proyecto, que tendrá una vigencia inicial de 25 años con posibilidad de extensión, operará en un área aproximada de dos mil hectáreas en la provincia de Artemisa. Su enfoque estará puesto en la modernización tecnológica del cultivo, el agregado de valor a la producción y la inserción de los frutos en los mercados de exportación.

Esta iniciativa se ampara en la Ley de Inversión Extranjera de Cuba y fue concebida como un esquema mixto que combina capital, tecnología y experiencia vietnamita con el potencial agrícola cubano. El modelo busca replicar el éxito de otras colaboraciones bilaterales en el sector.

Autoridades de ambos países destacaron que el proyecto debe convertirse en un modelo de cooperación eficaz, al facilitar la transferencia de conocimientos, el aumento de la productividad y la diversificación de la producción agrícola en el occidente cubano.

La colaboración agrícola entre Cuba y Vietnam se consolidó en los últimos años como un pilar estratégico de las relaciones bilaterales, con proyectos de producción de arroz, cereales y acuicultura, en los cuales Vietnam aportó semillas, maquinaria y asistencia técnica, mientras Cuba ofreció tierras y fuerza laboral.

El nuevo emprendimiento en Artemisa refuerza esa cooperación y busca ampliar la autosuficiencia alimentaria de la isla mediante el desarrollo de cultivos como arroz, maní, frijol negro, frijol mungo y soja, además del marañón. Se espera que el proyecto contribuya sustancialmente a la sustitución de importaciones y genere nuevos empleos en la región.

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