Inversión china en el exterior se reorienta hacia mercados emergentes y energías renovables

La inversión extranjera directa (IED) de China alcanzó los 192 200 millones de dólares en 2025, consolidando su papel como un actor principal en los flujos de capital global, según un boletín estadístico reciente. Esta cifra representa el 11,9 % del total mundial, un aumento de 0.5 puntos porcentuales respecto al año anterior.

Este resultado marca el decimotercer año consecutivo en que China se sitúa entre los tres mayores inversores del mundo y el noveno año seguido con una participación superior al 10 % en la IED global.

Hacia finales de 2024, el stock acumulado de inversión china en el exterior alcanzó los 3.14 billones de dólares, manteniéndose en el top tres mundial por octavo año consecutivo.

“La globalización económica es una tendencia imparable. La globalización de las empresas chinas se basa en el beneficio mutuo y en resultados beneficiosos para todas las partes: ofrecemos suministro de calidad, oportunidades de empleo e ingresos fiscales a las comunidades locales, mientras que las propias empresas logran un sólido crecimiento. Debemos seguir aprovechando al máximo los mercados y recursos nacionales e internacionales”, afirmó Wu Sanqiang, secretario del Consejo de Administración de China International Marine Containers (Group) Co., Ltd. (CIMC).

El impacto económico de esta expansión es significativo. En 2024, la inversión china impulsó 211 000 millones de dólares en exportaciones de bienes asociados, un crecimiento interanual del 13%, que representó el 5.9 % de las exportaciones totales de bienes del país.

Las empresas chinas en el extranjero registraron 3.6 billones de dólares en ingresos por ventas y pagaron 82 100 millones de dólares en impuestos a los países anfitriones, además de emplear a 5.02 millones de personas, de las cuales el 65.8% fueron contrataciones locales.

Un cambio estratégico notable es la reorientación de la inversión hacia los mercados emergentes. “En los últimos años, han surgido nuevos cambios en la expansión global de las empresas chinas, con la inversión pasando de centrarse en los países desarrollados a mercados emergentes como el Sudeste Asiático y Oriente Medio”, señaló Wu.

Este giro se evidencia en proyectos de infraestructura emblemáticos en Malasia, Pakistán y Camboya, construidos por compañías como China Construction Third Engineering Bureau.

Esta tendencia es confirmada a nivel macro. “En el primer semestre de este año, el 60% de la inversión extranjera de contratistas chinos se destinó a países socios de la Franja y la Ruta, especialmente en el Sudeste Asiático, Oriente Medio y Asia Central, lo que impulsó considerablemente la conectividad internacional de infraestructuras”, declaró Fang Qiuchen, presidente de la Asociación Internacional de Contratistas de China.

Fang añadió que las prioridades de inversión están virando de las energías tradicionales a las renovables, con un aumento constante de la inversión verde.

Empresas como Sinolong New Materials, fabricante de materiales para nuevas energías, ejemplifican esta estrategia. En 2024 estableció su primera base de producción en Indonesia.

“Esto nos permite responder con mayor rapidez a las necesidades de los clientes en el Sudeste Asiático, mejorando aún más nuestra competitividad global y la influencia de nuestra marca”, afirmó el presidente de la empresa, Yang Qingjin.

La internacionalización de empresas chinas abarca diversos sectores. En Kazajistán, Allur Group, con apoyo de inversión china, se ha consolidado en la industria automotriz local introduciendo marcas como JAC y Hongqi.

En Europa, el gigante de baterías CATL presentó su última tecnología en Alemania y cuenta con bases de producción en Alemania, Hungría y España, ganando reconocimiento entre los fabricantes de automóviles europeos.

A medida que la estructura industrial de China se moderniza, los productos de alta tecnología, los equipos avanzados y los bienes verdes se están convirtiendo en nuevos motores de crecimiento para su presencia manufacturera en el exterior.

Con una sólida base en investigación y desarrollo, cada vez más empresas chinas están transitando de la exportación de productos a la exportación de marcas, capital y tecnología, expandiendo así su huella global de manera sostenible.

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