La finca La Reina, ubicada en la carretera de Júcaro, Isla de la Juventud, emerge como modelo de agroecología con 13.5 hectáreas bajo prácticas sostenibles gestionadas por Osmar Garcés, usufructuario y socio de la Cooperativa de Crédito y Servicios “Grito de Baire”.
Según la Agencia Cubana de Noticias, la diversificación de cultivos y una mini industria de alimentos procesados marcan su contribución a la seguridad alimentaria local.
Garcés detalló que su mini industria Qué Rico produce más de 16 variedades, incluidas salsas, purés de frutas, vinagre y conservas, utilizando insumos propios y de campesinos vecinos. La producción se comercializa mediante contratos con siete entidades, entre ellas Labiofam.
Cultivos y desafíos
La finca, especializada en papa, tomate y ají, proyecta cosechar 40 toneladas de papa convencional este año en dos hectáreas, pese a la sequía. Las tres hectáreas de tomate abastecen el 90% de la materia prima para Qué Rico.
Garcés, reconocido como innovador en su sector, experimenta con mezclas de pimiento y picante para nuevos sazones, y aprovecha residuos del procesamiento de tomate.
Además de frutales como coco, mango y guayaba, la finca cría gallinas rústicas para producción de huevos, promoviendo la autosuficiencia y compartiendo ejemplares con otros productores.
Con siete trabajadores, opera al 70% de su capacidad anual, enfrentando retos como la escasez de mano de obra y alimentos para animales. Los salarios mensuales oscilan entre 10 000 y 22 000 pesos, según la etapa productiva.
Garcés, quien enfrenta limitaciones físicas, prioriza prácticas agroecológicas para optimizar interacciones entre plantas, animales, seres humanos y medio ambiente. “Esto permite un sistema alimentario justo, equilibrado y sostenible”, afirmó.

