Los consumidores en Estados Unidos están cada vez más preocupados por el aumento de la inflación en los próximos meses. Según una reciente encuesta de la Universidad de Michigan, las expectativas de inflación a un año han subido al 3,3% en enero, el nivel más alto desde mayo del año anterior. Este aumento se compara con el 2,8% registrado en diciembre, lo que indica un cambio significativo en la percepción de los consumidores sobre la economía.
Este incremento se sitúa por encima del rango de 2,3% a 3,0% que se había observado durante los dos años previos a la pandemia de COVID-19. Además, las expectativas de inflación a largo plazo también han aumentado, alcanzando un 3,3%, el nivel más alto desde junio de 2008.
Joanne Hsu, directora de Encuestas de Consumidores, destacó que tanto las expectativas a corto como a largo plazo han aumentado entre diversos grupos demográficos, con incrementos notables entre los consumidores de ingresos más bajos y los independientes. Esto sugiere que la preocupación por el costo de la vida está afectando a un amplio espectro de la población.
Según Reuters, la incertidumbre económica se ve exacerbada por las promesas del gobierno del presidente electo Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones, lo que podría elevar los precios de los productos para los hogares. Además, Trump ha propuesto políticas que podrían llevar a la deportación de millones de inmigrantes indocumentados, algo que los economistas advierten podría avivar aún más la inflación.
La creciente ira por el alto costo de la vida fue un factor clave que contribuyó a la victoria de Trump en las elecciones de noviembre, donde prometió trabajar para reducir los precios y aliviar la carga financiera sobre los ciudadanos estadounidenses.
Este contexto de creciente inflación y preocupaciones económicas resalta la necesidad de monitorear de cerca las políticas futuras del nuevo gobierno y su impacto en la economía y el bienestar de los consumidores.