El gobierno de Estados Unidos impondrá nuevas restricciones a embarcaciones procedentes de Cuba a partir del 2 de abril, bajo argumentos de seguridad marítima y cumplimiento legal, según una publicación en el Registro Federal.
La medida se deriva de una enmienda incluida en la ley de gastos de Defensa para 2024, impulsada por los congresistas cubanoestadounidenses Carlos Giménez y María Elvira Salazar.
“Fue aprobada sin debate y mediante métodos engañosos”, declaró a Granma Rodney González Maestrey, director de Asuntos Legales y Análisis de la Dirección General de EE.UU. de la Cancillería cubana.
La normativa, basada en la Ley de Seguridad del Transporte Marítimo y el Código de EE.UU., asume que puertos de países incluidos en la lista de patrocinadores del terrorismo —como Cuba— no cumplen con estándares antiterroristas.
González Maestrey afirmó que el verdadero propósito es “dañar la cooperación oficial entre Cuba y EE.UU. en asuntos de seguridad nacional” y extender el alcance extraterritorial del bloqueo económico.
Según la fuente, la medida busca disuadir a operadores navales, tanto estadounidenses como extranjeros, de vincularse con la isla, complicando aún más las relaciones bilaterales.
Aunque los países tienen derecho a regular sus aguas, el funcionario cubano señaló que las restricciones refuerzan la narrativa “falsa” de que Cuba representa una amenaza para EE.UU.
Ambos países mantuvieron una colaboración formal en seguridad marítima entre 2015 y 2016, enfocada en combatir el tráfico de migrantes y drogas. La Guardia Costera de EE.UU. y las Tropas Guardafronteras de Cuba establecieron vínculos operativos durante ese periodo.
González Maestrey destacó que Cuba ha sido un aliado en áreas como la lucha antiterrorista, la seguridad portuaria y la prevención de la trata de personas. “La cooperación ha beneficiado a ambas naciones”, insistió.