El silencio llega primero: los ventiladores dejan de zumbar, el televisor se apaga y el bullicio de la calle se quiebra. En segundos, el calor traspasa las ventanas mientras la oscuridad se adueña de los barrios. Las lámparas recargables iluminan el ajetreo en algunos hogares; en otros, las velas se van consumiendo en la penumbra.
Los déficits de generación eléctrica impactan profundamente en la vida socioeconómica del cubano, generando apagones frecuentes que afectan la calidad de vida al limitar el acceso a servicios básicos, como el agua, la iluminación, la refrigeración de los alimentos y su elaboración, situación que genera mucha frustración.
Ante tal escenario, provocado por el bloqueo estadounidense, que impide la compra de combustibles y piezas originales de repuesto para un sistema eléctrico resentido por los años de explotación, Cuba apuesta por las energías renovables para reducir la dependencia de combustibles fósiles, -consumen más del 50 por ciento de las importaciones cubanas- y despliega un programa en pro de recuperar el Sistema Eléctrico Nacional (Sen) en el menor tiempo posible.
Con este propósito, se ha diseñado un programa que prevé, en un primer momento, sincronizar dos mil megawatts (MW) de energía solar fotovoltaica al Sen, subdividido en dos partes; en la primera, Granma tiene el compromiso de construir cuatro parques solares fotovoltaicos (PSF), cada uno de 21.87 MW de potencia.
Esta inversión, sin precedentes para la Empresa Eléctrica de Granma, comprende la ejecución de La Sabana, en Bayamo, concluido el pasado 19 de marzo, y otros tres próximos a sincronizar en abril, julio y septiembre, respectivamente, Juan Pérez II, en Niquero; Camilo Cienfuegos, en Río Cauto, y El Recreo, en Manzanillo.
El presupuesto inversionista de un solo parque asciende a mil 140 millones de pesos y 16 millones de dólares.
La Sabana, con cero emisiones de gases de efecto invernadero, aporta como promedio 120 MW en una jornada, cifra que ahorra diariamente al país alrededor de 30 toneladas de combustibles.
Respaldan este abarcador programa de Gobierno, un donativo chino que aportará 120 MW al territorio nacional, y que en Granma materializará la ejecución de dos parques de cinco MW de potencia cada uno, en los municipios de Yara y Guisa; la construcción de un miniparque de 0.48 MW que abarca 51 clientes de la comunidad El Uno de Santa Rosa, en el municipio de Río Cauto; la sustitución de dos mil 400 baterías averiadas de los sistemas fotovoltaicos autónomos (SFA) Peva, emplazados desde 2017; la instalación de unos 724, marca Lemi, en viviendas aisladas, y la revitalización paulatina de nueve grupos electrógenos que operan con diésel, entre otras acciones.
La operatividad del PSF La Sabana, ubicado a tres kilómetros de Bayamo, generó grandes expectativas entre los granmenses. Sin embargo, a días de inaugurado este megaproyecto, los pobladores aún no perciben mejoras significativas en el servicio eléctrico.
Esta situación ha llevado a muchos a cuestionar la efectividad de tan importante inversión y preguntarse si existen factores externos que limitan su funcionamiento, y cuándo experimentarán un alivio ante los constantes apagones.
Para abordar estas y otras inquietudes, La Demajagua conversó con el ingeniero Geider Mompié Rodríguez, director de la Empresa Eléctrica de Granma.
-¿La Sabana está operando al ciento por ciento de su capacidad?
-El PSF está operando al ciento por ciento de su capacidad instalada (21.87 MW) y prácticamente todos los días alcanza este valor de potencia nominal y en algunos momentos hasta 24 MW de potencia entregada.
-¿Qué porcentaje de la demanda de Granma cubre actualmente? ¿Es suficiente para generar un impacto visible en el servicio?
-En este período del año Granma, en el pico del mediodía, consume de 100 a 120 MW, el parque está entregando solo 21.87, prácticamente el 20 por ciento de la demanda de la provincia, por eso, un solo parque no resuelve el problema.
“La afectación al servicio eléctrico hoy está provocada por el déficit de generación y de combustible; se suman las unidades en mantenimiento, la baja disponibilidad de las centrales distribuidas y térmicas, que enmarcan las afectaciones en el orden de los mil 600, mil 700 MW diarios.
“Ningún parque, por sí solo, va a resolver el déficit de generación en el pico diurno, sino la suma y sincronización de todos. Cuando se materialicen los 55 parques, este año, y el resto, hasta complementar los 92, en el 2026, y sincronicen los dos mil MW, desaparecerá la afectación en el pico del mediodía”.
–¿Estos PSF cuentan con baterías de almacenamiento para garantizar su suministro en días nublados o en horarios nocturnos?
– Los PSF fueron diseñados con un enfoque meticuloso en la estadística y la ingeniería, asegurando que cada uno esté ubicado a más de ocho kilómetros de distancia de los demás. Esa disposición permite que, en caso de nubosidad, la pérdida de energía se limite a un solo parque, para evitar afectaciones simultáneas.
“Estos parques no cuentan con sistemas de acumulación de baterías; significa que su energía se inyecta directamente al Sen durante el día, alcanzando su máxima generación de 10:30 a 11:00 de la mañana.
“La producción de energía de cada parque se mantiene cerca de su potencia nominal durante aproximadamente 5,5 a seis horas al día. Como parte de los dos mil MW que obtuvo el país y que deben sincronizar gradualmente hasta 2026, se adquirió también el 10 por ciento en sistemas de acumulación a integrarse a las subestaciones de transmisión, como la ubicada en Trinidad, que alimenta a la provincia y donde se instalarán 50 MW de energía fotovoltaica.
“Los bancos de batería no están diseñados para proporcionar energía durante largos períodos, sino para regular la frecuencia del sistema. Cuando la producción de un parque se interrumpa, ejemplo, por nubosidad, estos bancos de batería suministrarían la carga necesaria durante un máximo de tres horas”.
-¿Qué estrategias existen para garantizar el mantenimiento del parque y evitar fallas en el futuro?
-Como parte del proceso de importación, se estableció una reserva mínima de recursos para asegurar el mantenimiento y la atención a posibles averías en el parque, que incluye paneles solares, diodos, repuestos para el sistema automático, componentes para el sistema de detección de incendios y cables.
“Además, es fundamental la capacitación continua del personal encargado de operar, mantener y explotar el PSF, para evitar errores operativos y que el personal sepa cómo reaccionar ante señales de alarma, minimizando el riesgo de incidentes.
“Ahora se trabaja en esta capacitación con la asesoría de expertos chinos, para garantizar un manejo adecuado y seguro de las instalaciones”.
-¿Cómo mitigarán la acumulación de polvo o el impacto de fenómenos meteorológicos?
-En el parque, todas las redes son soterradas y no hay estructuras que superen los cuatro metros de altura, lo que elimina cualquier proyección de sombras sobre el área. Sin embargo, el polvo representa un desafío para su funcionamiento.
“Para afrontar este problema, se implementaron tecnologías de jardinería y fregado, además se construyó y aforó un pozo, y contamos con el equipamiento necesario, máquinas y herramientas, y personal capacitado para llevar a cabo el fregado del parque de manera efectiva, mitigar el impacto del polvo y asegurar el rendimiento”.
–Actualícenos sobre el proceso constructivo del próximo PSF a inaugurar, Juan Pérez II, de Niquero.
-El equipo técnico trabaja a tiempo completo en el terreno, compuesto por los profesionales que pusieron en servicio La Sabana. Hoy, se espera finalizar la parte civil y la instalación de los inversores.
“El montaje tecnológico de las mesas está retrasado por la llegada tardía de un recurso clave, pero prevén complementarlo el día 7, y 17 y 18, terminar el montaje tecnológico, el cableado de media tensión, corriente directa y fibra óptica.
“Posteriormente, del 18 al 26, trabajaríamos en el alumbrado y tendido de la fibra, instalación del sistema automático de detección de incendios, en el programa de arranque y la construcción de las líneas que enlazan el PSF con el Sen.
“Aunque las condiciones climáticas no han sido favorables, redoblaremos los esfuerzos para terminar a tiempo”.
-¿De qué forma se articula este PSF con otros esfuerzos para resolver los problemas de las redes eléctricas?
-La actividad de poda que estamos llevando a cabo es fundamental, ya que no tiene sentido contar con un parque que tenga potencia disponible si la línea no funciona adecuadamente.
“Esta línea está sujeta a un proceso de certificación que incluye diversas etapas: termografía, diagnóstico, mantenimiento y poda; asimismo, la toma de carga, con el objetivo de que, al finalizar la obra, tenga un funcionamiento óptimo”, destacó Mompié Rodríguez.
Aunque la inauguración del PSF La Sabana marca un avance en la apuesta por las energías renovables, su impacto inmediato es limitado: cubre apenas el 20 por ciento de la demanda diurna de Granma y evidencia que la solución no radica en proyectos aislados, sino en la sincronización masiva de PSF, el fortalecimiento de las redes y la innovación en almacenamiento.
La población, aunque escéptica ante la lentitud de los cambios, observa con esperanza cómo estos proyectos podrían aliviar, a mediano y a largo plazo, la carga económica de las importaciones de combustibles y devolver la iluminación a sus hogares. El camino de la estabilidad energética es largo, pero cada panel instalado constituye un paso hacia la luz.
(Tomado de La Demajagua)