Valle de Caujerí, el principal polo productivo de la provincia de Guantánamo, inició las siembras de primavera con el mérito de haber cumplido las de frío, no obstante, a los daños severos ocasionados por el huracán Oscar a ese renombrado sitio agrícola.
Las intensas lluvias del fenómeno hidrometeorológico, sobre todo, ellas, destruyeron allí sembradíos de tomate, frijol, maíz, yuca, boniato y plátano, por mencionar los renglones principales. En total fueron arrasadas 351 hectáreas (ha).
Cuando el huracán azotó, el 21 de octubre último, el Valle estaba en pleno desarrollo de las siembras de la importante campaña. En ese momento, por citar algunos ejemplos, ya se habían plantado 83 ha de tomate, 64 de maíz y 21 de frijol, todas fueron devastadas por las correntías.
Entonces hubo que empezar de nuevo con la preparación de tierra, tarea que requirió de una prolongada espera, hasta que desapareciera la humedad del suelo.

Como la campaña avanzaba y con ella el período idóneo de siembra de numerosos cultivos, sobre todo, el tomate, se trabajó a ritmo intenso. En el alistamiento del suelo participaron 13 tractores, dos de ellos de la provincia de Granma e igual número del municipio de Niceto Pérez, rememora Diosmel Hernández López, delegado de la Agricultura en San Antonio del Sur.
Jurista devenido agricultor, Hernández López subraya que una vez preparada la tierra no se perdió un momento en las siembras, priorizando las de tomate y otros cultivos como frijol, maíz, col, yuca, boniato; malanga y ñame en la montaña, y plátano en el litoral.
Gracias a ese esfuerzo, el municipio llegó al 28 de febrero (fecha en que cierra la campaña de siembras de frío) con 3 624 ha plantadas, un ocho por ciento por encima de lo planificado. En ese resultado fue decisivo el aporte del Valle de Caujerí, reconoce el delegado de la Agricultura.
Omnipresencia del tomate
La cosecha de tomate es decisiva para el cumplimiento del plan de producción de Valle de Caujerí, por lo que representa en cuanto a volúmenes. En esta zafra el emporio agrícola tiene contratado entregar 1 500 toneladas a la industria y otras 300 para el consumo social y venta a la población, sobre todo, mediante las ferias.
Estamos en los inicios de la cosecha, en que se acopia el que se sembró de finales de diciembre a principios de enero. A pesar de la siembra tardía, las plantaciones están saludables y bien paridas, comenta Diosmel y agrega:
“Para la segunda quincena de este mes esperamos un incremento significativo de la cosecha, que hará crecer la entrega a la fábrica y demás consumidores”.
El procesamiento en la industria ha marchado lento, en correspondencia con la cosecha, de tal manera que hasta el pasado día 4, fecha en que Venceremos la visitó, solo había procesado 221 toneladas, de las 1 500 comprometidas. Yordanis Ramos Rodríguez, jefe de producción en la fábrica (Empresa Filial de Conservas y Vegetales Valle de Caujerí), señaló que la molienda comenzó a finales de enero y expuso como elemento positivo la protección al centro en el suministro de electricidad.
Ramos Rodríguez coincide con Diosmel en que entre la segunda mitad de marzo y el mes de abril deben recibir los mayores volúmenes de tomate, en correspondencia con la etapa en que se sembraron. Ese período pudiera decidir el cumplimiento o no de la producción y las entregas a la industria.
El delegado municipal de la Agricultura se refirió a “la inestabilidad presentada en el suministro de los envases como uno de los elementos que podría afectar la campaña de la solanácea, tarea que corresponde asegurar al Grupo empresarial agrícola Gelma”.
Detalla que “de 26 884 cajas del tipo 021 (pequeñas) contratadas con esa entidad solo existen en manos de los productores 3 750, con un déficit de 23 134. De cajas paletas (las grandes) se contrataron 450 y están en manos de los campesinos 272, con un déficit de 178”.
Si esa dificultad se da cuando la cosecha apenas comienza, vale el llamado de atención para impedir que se convierta en un problema mayúsculo cuando se demande de muchos más envases. Ojalá este problema histórico tenga una rápida y efectiva solución.
Pancho elogia su cosecha
El productor Francisco Gamboa Rodríguez, más conocido por Pancho, asegura que su cosecha de tomate marcha bien, con rendimiento satisfactorio, frutos de buen tamaño y calidad, y sin afectaciones de plagas y enfermedades.
Asociado a la Cooperativa de Producción Agropecuaria 17 de Mayo, Gamboa Rodríguez completaba la tercera recogida a su tomatera, con el pronóstico de dar otras dos más.
Solo las dos primeras recogidas, cuenta Pancho, me han permitido entregar una tonelada. “Esta variedad, Vita mejorado, es muy productiva y resistente al llamado complejo de virosis que tanto daño ha causado en Valle de Caujerí.
Además de la mencionada hortaliza, este campesino dispone en su finca (denominada Los Frutales) de nueve ha, de mango, maíz, calabaza y boniato.
Si bien en el programa de fomento de la guayaba en San Antonio del Sur, el mayor peso recae en áreas del litoral del municipio y en la comunidad El Oro, Valle de Caujerí no está fuera de ese objetivo, el cual se incumple.
De acuerdo con el delegado de la Agricultura el programa tiene más de un año establecido y prevé sembrar 100 ha de la demandada fruta, de las cuales no se ha plantado prácticamente nada, a pesar de chequearse semanalmente la tarea.
El problema principal está en la disponibilidad de semillas. La siembra de guayaba se realiza mediante esquejes para facilitar su crecimiento y parición precoz, pero hasta el momento se nos ha limitado en extremo la adquisición de esos brotes, expresa Diosmel.
Las formas de producción más comprometidas son la Empresa Agropecuaria, el Microjet de Yateritas y las Cooperativas de Crédito y Servicios Mariana Grajales y Armando Barrero, asegura el directivo y argumenta seguidamente que las siembras previstas en El Oro están paradas no solo por la falta de esquejes, sino también por la indisponibilidad del sistema de riego en esa comunidad, destruido por Oscar.
La siembra de guayaba y otros frutales reviste gran importancia para el Valle, pues la fábrica existente allí solo procesa tomate y mango en meses de esas cosechas. El resto del año permanece inactiva por falta de materia prima.
Las siembras de primavera, el otro reto mayúsculo

Una vez vencida la campaña de siembras de frío con resultados plausibles, el reto ahora es continuar por esa senda en la de primavera, en la que en San Antonio del Sur se deben plantar 2 mil 176 ha, una parte significativa de ellas en Valle de Caujerí.
En esa previsión de plan, el peso mayor recae sobre los granos, puntualmente maíz y frijol, con 1 032 ha, seguidos de las viandas (721 ha), las hortalizas (302 ha) y los frutales, con 120 ha.
Lo previsto representa un ligero crecimiento (135 ha) respecto a la campaña de primavera anterior, la que también se cumplió.
En el caso de las hortalizas, resalta en esta etapa de mayor calor la siembra de quimbombó, habichuela, berenjena y ajonjolí. En las viandas, las de plátano, boniato y yuca, renglón este último del cual se han cubierto las primeras áreas, según el delegado municipal de la Agricultura.
Valle de Caujerí, escenario distinguido de nuestras guerras libertarias y la lucha del campesinado por el derecho a la tierra que trabajaban, volvió a levantarse, pero esta vez productivamente.
Su recuperación en tan breve tiempo, sus cosechas (si bien distantes de sus potencialidades por el consabido efecto del bloqueo que limita en extremo la disponibilidad de fertilizantes, pesticidas, fungicidas, lubricantes y otros insumos), corroboran la tradición de trabajo de sus campesinos.
(Tomado de Venceremos)