El transporte en la ruta de las alternativas

Todos los lunes, entre las 7:00 y las 8:00 a.m., los vehículos administrativos de la Delegación Provincial de la Agricultura de Pinar del Río se parquean en fila frente a la parada donde inicia la ruta seis, para contribuir a la transportación de pasajeros. A lo largo de la semana, varios organismos hacen lo mismo, a fin de aliviar uno de los problemas puntuales que aquejan a la población.

A pesar de los altibajos en la disponibilidad de combustible, la medida se ha sostenido en el tiempo, en un territorio en el que la cifra de ómnibus en servicio ha disminuido significativamente en los últimos años.

“Aquí teníamos siete ‘yutones’, y entre 15 y 20 camionetas, pero ya no es así”, reconoce Ramón Martínez Castillo, inspector encargado de la organización del embarque en este punto estratégico de la capital pinareña.

En la actualidad, el funcionario señala que solo se dispone, de forma estable, de un par de guaguas para cubrir el trayecto, que va del centro de la ciudad hasta la zona de los hospitales. Ello hace que la gestión del transporte se convierta en una suerte de partida de ajedrez, en la que constantemente hay que mover fichas y ajustar estrategias.

En ese sentido, Ramón comenta que, todas las mañanas, los ómnibus que llegan de los municipios son reubicados en su ruta para que contribuyan con uno, dos o tres viajes, según el combustible disponible.

Aun así, reconoce que el panorama es complejo. “Siempre va a haber más demanda que oferta, porque temprano en la mañana vienen los estudiantes de Medicina para la Universidad y el personal de los hospitales, y esto se pone ‘caliente’”.

Pero las necesidades de Vueltabajo van mucho más allá de la ruta seis. De hecho, Ramón admite que este es un trayecto priorizado. “Cuando esto esté malo, imagínese cómo estará lo demás”, asegura.

Carlos Rodríguez González, director de Transporte en el territorio, explica que el principal inconveniente para brindar un mejor servicio hoy está en el combustible, y admite que las cifras que se reciben no son suficientes.

Ello ha motivado una reducción significativa de los viajes, tanto en la capital provincial como en el resto de los territorios.

Ante esa realidad, el directivo señala que se ha tratado de mantener a toda costa una salida diaria (con excepción de los sábados) de un ómnibus hacia los municipios, y su regreso en la mañana siguiente a la ciudad pinareña, además del recorrido del tren entre Pinar del Río y Guane.

“Con los medios locales de los territorios esto es más complicado. Al tener poco combustible, estamos destinando el transporte, en lo fundamental, para trasladar la canasta familiar normada”.

En comparación con lo que sucedía hace siete u ocho años, reconoce que el cambio ha sido grande. “Había mucho más transporte, combustible y piezas de repuesto, no como ahora que todo escasea”, explica el directivo.

En total, Rodríguez González señala que, en la actualidad, la provincia recibe para el funcionamiento de la economía unos 25 000 litros diarios, y eso hay que repartirlo entre muchas tareas, desde las inversiones que se llevan a cabo para la construcción de parques solares, hasta el traslado de los estudiantes que salen de pase de los centros internos.

Ello ha llevado a los territorios a crear sus propias alternativas con lo que se dispone. “Hay municipios que destinan un poquito de combustible para mandar una guagua a algunas localidades intrincadas, que se quedan allí como ómnibus, ambulancias, carro fúnebre u otras cosas que necesiten. Así sucede, por ejemplo, en la comunidad de Sumidero”.

En medio de las carencias también surgen alternativas

Nada diferente a la situación de la provincia más occidental de Cuba es lo que ocurre en Villa Clara. Aquí, como en todo el país, la crítica situación del transporte está vinculada a la carencia de combustible, aceites, gomas, baterías y piezas de repuesto, entre otras causas.

El pueblo lo sabe y sufre cada día las molestias y vicisitudes derivadas de ese ambiente anormal. ¿Cómo conformarse con la entrada del transporte a una comunidad intrincada, como las tantas que hay en la provincia, una vez a la semana, y en ocasiones cada mucho más tiempo?

Los estudiantes que cursan estudios en la cabecera provincial y los miles de trabajadores que a diario deben acudir a su labor, apoyándose en los medios que puedan, para lo cual deben erogar buena parte del salario que reciben, son testigos de ese difícil contexto.

Juan Carlos Ferriol Navarro, delegado del Ministro del Transporte en el territorio, está consciente de esa situación y reconoce que, a corto plazo, no hay muchas luces para solucionar los problemas, aunque sí alternativas para paliar un tanto las complejidades que sufre la población en materia de movilidad.

“El combustible lo desagrega el municipio, que prioriza los servicios básicos, entre ellos los necrológicos, ambulancias y la distribución de la canasta básica, no así el transporte, esa es la cruda realidad”, asegura Juan Carlos, quien menciona a Caibarién, Encrucijada y Manicaragua, como los de peor comportamiento, “aunque en todos la realidad es bien compleja”, asegura el directivo.

En el caso de este último territorio, las cosas se agravan porque tiene varias zonas de difícil acceso en el Plan Turquino, a las que, con anterioridad, llegaba el transporte tres veces a la semana. En cambio, ahora es una sola frecuencia, para lo cual se dispone únicamente de un camión de doble tracción, de los nueve que existían para cubrir esa tarea.

“Otro elemento que agrava el contexto es la mala calidad de los caminos y vías de acceso a los diferentes lugares, en algunos de los cuales, como Arroyo Bermejo, hemos tenido que paralizar el servicio”, reconoce el delegado.

Ante tantos inconvenientes, la dirección de Transporte ha debido buscar diferentes alternativas para atenuar el panorama, entre las cuales, Ferriol Navarro destaca la resurrección de algunos coches motores, como los que llegan a Vega Alta, Isabela de Sagua y Emilio Córdova, entre otros; al tiempo que se reconvierten tres ómnibus Diana a vehículos ferroviarios para cubrir tramos de difícil acceso, como Camajuaní-General Carrillo y Cifuentes-Encrucijada.

En cuanto al transporte urbano, explicó que hoy funcionan solo 19 rutas de las 39 que existían con anterioridad, lo que ha obligado a buscar otras opciones, como es el caso del tren universitario y la ubicación de camiones para trasladar a estudiantes y profesores hacia la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, además del arrendamiento de otros vehículos para el movimiento del personal de Salud desde los municipios hasta Santa Clara.

Asimismo, la llegada de cinco taxis de la marca Fotón a la capital provincial ha permitido reforzar una ruta estratégica de la ciudad, aunque ello resulta insuficiente, declaró el directivo, quien dijo, además, que se han adquirido 14 gacelas provenientes de La Habana, para ser reparadas aquí y ponerlas a funcionar por una mipyme estatal, en función de mejorar la movilidad en la principal urbe de la provincia.

También fueron arrendados ocho ómnibus, en bien de la transportación hacia otros territorios, los cuales funcionan de manera estable.

Respecto a las constantes violaciones de precios por parte de algunos transportistas, Juan Carlos Ferriol reconoció que es un problema no resuelto, en el cual incurren, en lo fundamental, los pertenecientes al sector no estatal, argumentando la adquisición del combustible que necesitan para trabajar en divisas. “A ese fenómeno debemos encontrarle una solución, que no sea la de perjudicar al pueblo”, dijo finalmente el directivo.

¿Y entonces qué…?

La realidad de Pinar y Villa Clara es compartida, pudiera decirse, por todos los territorios del país, en medio de un panorama muy tenso.

Sin embargo, sería injusto decir que hay, en el sector del transporte, “inmovilismo”. Muchas son las muestras de que se aplican alternativas para sostener este, un servicio vital, aunque no cubra todas las necesidades.

A la organización, la sensibilidad y el control les tocará otro buen porciento para que lo que se hace se sostenga en el tiempo y cumpla sus verdaderos objetivos.

(Tomado de Granma)

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