EE.UU. excluye celulares y computadoras de aranceles a China en alivio para el sector tecnológico

El gobierno de Estados Unidos anunció el viernes que los teléfonos móviles, las computadoras y otros productos electrónicos importados desde China quedarán exentos de los aranceles recíprocos recientemente implementados, en una medida que marca una notable flexibilización dentro de la política arancelaria del presidente Donald Trump.

Según un boletín emitido por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, los dispositivos electrónicos, incluidos los celulares y las computadoras, no estarán sujetos ni al arancel global del 10% establecido previamente por la administración Trump para la mayoría de los países, ni al impuesto adicional del 125% aplicado específicamente a las importaciones procedentes de China. Esta exención también abarca componentes tecnológicos clave como semiconductores y tarjetas de memoria.

La decisión, con efecto retroactivo al 5 de abril, responde en gran parte a la preocupación expresada por las principales empresas tecnológicas estadounidenses, que temían un fuerte encarecimiento de los dispositivos de consumo fabricados en su mayoría en fábricas chinas.

En una nota distribuida a medios, el analista de Wedbush, Dan Ives, afirmó que la decisión elimina “por ahora, una enorme nube negra sobre el sector tecnológico y la presión que enfrentan las grandes tecnológicas estadounidenses”.

Algunas estimaciones señalan que, de no haberse implementado la exención, los precios de productos como el iPhone podrían haberse triplicado en el mercado estadounidense, informó BBC.

Estados Unidos representa uno de los principales mercados para Apple. Según datos de Counterpoint Research, la compañía vendió más de la mitad de sus teléfonos en EE. UU. el año pasado, y cerca del 80% de esos dispositivos se fabrican en China.

Apple, al igual que otros gigantes del sector como Samsung, ha estado diversificando progresivamente su red de suministro en un intento de reducir la dependencia de China. En este contexto, países como India y Vietnam han emergido como alternativas clave.

Reportes recientes indican que la firma de Cupertino ha estado acelerando la producción de dispositivos en sus instalaciones en India tras la entrada en vigor de los nuevos aranceles.

A pesar de la exclusión de estos productos tecnológicos, persiste la incertidumbre respecto al impacto de un arancel del 20% que no forma parte de las medidas recíprocas anunciadas el pasado 2 de abril.

El presidente Trump, quien se encuentra en su residencia de Florida, comentó el viernes que se siente cómodo con los altos aranceles a China. “Y creo que algo positivo va a salir de esto”, declaró, subrayando además su buena relación con el presidente chino, Xi Jinping.

En un giro inesperado de postura, Trump suspendió esta semana la implementación de aranceles más altos para países no involucrados en represalias comerciales contra EE. UU., ofreciendo una prórroga de 90 días que los exime, por el momento, de los incrementos más severos. China, sin embargo, quedó excluida de esta pausa, y sus aranceles fueron elevados hasta un 145%.

Trump justificó el endurecimiento de las tarifas hacia Pekín en la decisión de ese país de responder con un impuesto del 84% sobre productos estadounidenses. Desde la Casa Blanca se afirmó que esta maniobra busca presionar a socios comerciales para renegociar condiciones más favorables para Estados Unidos.

El mandatario ha defendido consistentemente su estrategia arancelaria, argumentando que es un instrumento para corregir desequilibrios en el comercio internacional, fomentar la reindustrialización del país y generar empleos locales.

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