El dólar estadounidense conserva su posición dominante en el sistema monetario internacional (SMI), aunque enfrenta desafíos significativos en el horizonte, según un análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI) liderado por Pierre-Olivier Gourinchas, consejero económico y director de Investigación del organismo.
En un informe divulgado esta semana, Gourinchas evaluó que nuevas tendencias en el desarrollo global están generando factores con potencial para cuestionar el sistema monetario actual, históricamente centrado en el dólar. Identificó tres retos principales que podrían alterar su hegemonía.
El primer desafío son los profundos desequilibrios geopolíticos globales.
Gourinchas advirtió que estos desequilibrios están “configurando cada vez más el comercio bilateral, la inversión directa y los flujos de [inversiones de] cartera”.
Esta dinámica, señaló, podría conducir eventualmente a un SMI fragmentado y multipolar, un escenario que aumentaría la volatilidad financiera mundial y llevaría a una “asignación más irracional de los recursos”.
El segundo reto es la combinación de tensiones comerciales en escalada y la amenaza de posibles tensiones financieras. El economista vinculó esta situación, junto con el crecimiento de la deuda pública de Estados Unidos, a una posible reevaluación por parte de inversores globales sobre su nivel de dependencia del dólar estadounidense.
El tercer factor desestabilizador proviene de las innovaciones digitales para transacciones transfronterizas.
Gourinchas indicó que, mientras la creciente popularidad de las criptomonedas vinculadas al dólar podría reforzar su dominio, estas mismas innovaciones también tienen el potencial de crear nuevos riesgos para la estabilidad financiera global.
A pesar de estos desafíos emergentes, Gourinchas afirmó que el sistema monetario internacional muestra signos de estabilidad actual y que el dólar conserva su estatus preeminente.
“Nuestro informe muestra que el SMI se mantiene estable y que el dólar sigue siendo dominante, aun cuando las posiciones externas en los principales países divergen significativamente”, manifestó. Sin embargo, añadió una nota de cautela: “Si bien los riesgos de una grave dislocación en el SMI parecen moderados, un aumento rápido y considerable de los desequilibrios globales puede generar importantes repercusiones negativas transfronterizas”.