En el marco de un programa integral de reactivación productiva, la Agricultura Urbana en la provincia de Granma comienza a recibir un decidido impulso para sanar los severos daños ocasionados por el huracán Melissa.
Como parte de esta estrategia, un total de 12 organopónicos en el territorio serán beneficiados con un significativo donativo procedente del Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), dirigido a restablecer sus capacidades en el menor tiempo posible.
Las primeras unidades en materializar esta ayuda fueron los centros de cultivos semiprotegidos La Plaza y el Antonio “Ñico López”, conocido popularmente como 18 plantas. A estos se incorporarán, en una fase inmediata, otros diez organopónicos radicados en la ciudad de Bayamo, municipio que se encuentra entre los más golpeados por el fenómeno meteorológico.
La relación de unidades apoyadas se extiende también a otras localidades, incluyendo el organopónico Nuevo Veguita, en Yara; Las Marianas, de Jiguaní; y su similar en Cauto Cristo, lo que evidencia un alcance provincial del esfuerzo reconstructivo.
El suministro donado por la FAO constituye un aporte fundamental para la etapa de rehabilitación, al incluir insumos especializados de alto valor para la producción. Entre ellos se encuentran mallas de sombreo para la protección de los cultivos, bandejas para las casas de posturas, vagones de transporte, mochilas fumigadoras y semillas. Estos recursos están destinados a suplir necesidades críticas y a acelerar el retorno a la normalidad de las labores en estas importantes unidades productivas.
Al respecto, Yurien Valdés González, jefa del departamento de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, en la Delegación provincial, explicó que “este aporte contribuirá a la recuperación de las áreas afectadas y a fortalecer la producción alimentaria local”.
La directiva ofreció, además, una panorámica más amplia de los estragos causados por Melissa, informando que “fueron dañados 80 organopónicos, en sus casas de cultivos y en más de siete mil canteros, en los cuales se labora en la recuperación, además de avanzar en la rehabilitación de los patios y parcelas en los 13 municipios”.
Este panorama subraya la magnitud del desafío y la importancia de la cooperación internacional. Los trabajos de recuperación avanzan de manera simultánea en toda la provincia, con el objetivo claro de no solo reparar la infraestructura dañada, sino también de reforzar la resiliencia y la autonomía alimentaria de las comunidades.
La colaboración con la FAO se enmarca, por tanto, en una estrategia más amplia para garantizar la seguridad alimentaria y dinamizar la producción de alimentos en el ámbito local tras una situación de desastre.













