Un programa agrícola especializado en el desarrollo de especies vegetales resilientes se implementa en la provincia de Holguín como pilar de la Tarea Vida, el plan estatal cubano para el enfrentamiento al cambio climático. La iniciativa busca garantizar la soberanía alimentaria en un contexto global de crecientes desafíos ambientales.
Martha Mouso Batista, especialista del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente (CITMA) en el territorio, precisó que el proyecto incluye 57 plantaciones distribuidas en 88 entidades productivas. En estas áreas se aplican estrategias de mejoramiento genético orientadas específicamente a lograr una mayor adaptabilidad a la intensa sequía que afecta a la región.
Señaló que como resultado se han obtenido variedades de granos y viandas más resistentes a la aridez de los suelos y a la ausencia de precipitaciones, entre ellas el clon de boniato I-B-S-16 y la papa ecológica Paradiso, con un rendimiento de 16 toneladas por hectárea.
El programa no se limita al mejoramiento genético. Mouso Batista indicó que, paralelamente, en los últimos cinco años se ejecutan medidas de recuperación de suelos en terrazas destinadas al cultivo de arroz en el municipio de Mayarí.
La experiencia agrupa a cooperativas de los territorios de Banes, Rafael Freyre, Mayarí y Calixto García, donde se experimenta de manera constante con la plantación de variedades fortalecidas mediante la aplicación de la ciencia y la innovación tecnológica.
Como parte integral de las acciones de la Tarea Vida, el plan también proporciona incentivos económicos a más de 100 productores de la zona montañosa de Holguín, con el objetivo de fomentar prácticas agroecológicas que estén en armonía con el medioambiente.
El contexto nacional que sustenta estas acciones es alarmante. Los últimos años muestran en Cuba un incremento de la temperatura media anual, una mayor frecuencia de fenómenos climatológicos extremos y un avance de la intrusión salina en acuíferos y suelos. Por ello, el plan estatal contempla medidas de mitigación y adaptación en más de 70 municipios vulnerables ubicados en la franja costera del país.
Entre las múltiples procedimientos desplegados a nivel nacional se incluyen el reasentamiento de viviendas y edificaciones en zonas de dunas costeras, la relocalización de comunidades lejos de áreas de alto riesgo, estudios de biodiversidad, la valoración económica de los servicios de los ecosistemas, un manejo más sostenible de los recursos hídricos y políticas intersectoriales encaminadas a asegurar la producción estable de alimentos.
