Cuba avanza en su transición energética con el lanzamiento de un proyecto de cooperación técnica de dos años, liderado por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA).
La iniciativa tiene como objetivo central brindar asistencia técnica para la integración segura y eficiente de fuentes renovables de energía (FRE) en el sistema eléctrico nacional.
El proyecto se inició formalmente en La Habana con la participación de especialistas de la Unión Eléctrica (UNE) y profesionales japoneses expertos en energías renovables, según reportó la agencia de noticias Prensa Latina.
La colaboración busca específicamente mejorar las capacidades de manejo y control del sistema de distribución y generación eléctrica cubano ante la creciente incorporación de energías limpias. La necesidad surge del plan del país de incrementar significativamente el aporte de las FRE a su matriz energética.
Subraya el informe que la parte cubana solicitó la asistencia japonesa, enfocada particularmente en “el adiestramiento del personal que opera la red eléctrica, a partir de la introducción masiva de fuentes renovables de energía en el país”.
El asesoramiento técnico proporcionado por JICA, explica la nota, “contribuirá a lograr la estabilidad del Sistema Eléctrico Nacional, con las FRE incluidas, y con la seguridad y confiabilidad que requiere”. Este apoyo es crucial para gestionar la variabilidad inherente a fuentes como la solar y la eólica.
La urgencia por diversificar la matriz energética cubana se evidencia en los datos actuales.
En 2022, la generación eléctrica del país dependía mayoritariamente de combustibles fósiles: un 83.5% provenía del petróleo y un 12.5% del gas natural. Las FRE apenas representaban un 4.2%, distribuido en biomasa (1.8%), energía solar (1.3%), energía hidroeléctrica (0.8%) y energía eólica (0.3%).
Cuba estableció en 2014 una meta ambiciosa: que para el 2030, el 24% de la generación de electricidad procediera de fuentes renovables. Sin embargo, el severo deterioro de la infraestructura de generación térmica del país en los últimos años, que ha provocado frecuentes apagones, ha acelerado la necesidad de introducir alternativas limpias más rápidamente.
En este contexto, el ministro cubano de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, expresó recientemente un optimismo cauteloso sobre el cumplimiento de los objetivos.
Aseguró en una entrevista que “con las inversiones que se realizan actualmente en fuentes renovables, el compromiso de llegar a 2030 con el 24 % se sobrepasaría”.
El proyecto JICA-UNE es un componente fundamental para materializar esa aspiración, asegurando que el crecimiento de las renovables vaya acompañado de la estabilidad y resiliencia del sistema eléctrico nacional.
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