Los miembros de la Cámara de Representantes regresaron a la capital el martes tras un receso de 53 días, sorteando significativas dificultades de viaje para participar en una votación crucial que podría finalizar el cierre de gobierno más prolongado en la historia de Estados Unidos, el cual cumple 42 días.
La compleja situación de transporte, con más de 1 000 vuelos cancelados ese día, obligó a los legisladores a buscar alternativas para llegar al Capitolio. Los representantes republicanos Rick Crawford, de Arkansas, y Trent Kelly, de Misisipi, optaron por compartir automóvil. Mientras tanto, el representante Derrick van Orden decidió realizar el viaje de 16 horas desde Wisconsin en su motocicleta. “Va a hacer un poco de frío, pero cumpliré con mi deber”, afirmó el legislador republicano en un video publicado en redes sociales.
La Cámara Baja, de mayoría republicana, tiene programado votar durante la tarde del miércoles sobre un acuerdo bipartidista que restablecería el financiamiento de las agencias federales. Este acuerdo, que ya recibió aprobación del Senado —también controlado por los republicanos— el lunes por la noche, cuenta con el respaldo público del presidente de la Cámara, Mike Johnson, quien manifestó su esperanza de que sea aprobado.
El presidente Donald Trump ha calificado el acuerdo de “muy bueno” y se espera que lo promulgue una vez sea enviado a su despacho.
El texto de la ley extendería la financiación gubernamental hasta el 30 de enero, un plazo que anticipa la posibilidad de un nuevo enfrentamiento político a principios del próximo año. Esta medida provisional mantiene al gobierno federal en una trayectoria que continúa incrementando su deuda de 38 billones de dólares en aproximadamente 1,8 billones anuales.
De ser aprobado, el acuerdo permitiría la reanudación plena de las operaciones gubernamentales en los próximos días, lo que brindaría alivio a los trabajadores federales que han dejado de recibir sus salarios y a las familias de bajos ingresos que dependen de programas de asistencia alimentaria. No obstante, se anticipa que el sistema de transporte aéreo nacional podría tardar varios días más en recuperar su normalidad.
La negociación ha generado divisiones entre los demócratas, quienes buscaban extender los subsidios de salud para 24 millones de estadounidenses más allá de fin de año, cuando están programados a expirar. Los republicanos del Senado acordaron realizar una votación separada sobre estos subsidios en diciembre, aunque no existen garantías de su aprobación en la Cámara, y Johnson no ha confirmado si permitirá dicha votación.
Cabe recordar que Johnson ha mantenido a la Cámara de Representantes fuera de sesión desde la aprobación de una ley de financiación provisional el 19 de septiembre, en un intento por ejercer presión sobre los demócratas del Senado. Esta estrategia ha generado una fuerte reacción por parte de la base liberal del Partido Demócrata, que acusa a sus representantes en el Senado de haber capitulado en una contienda que consideraban favorable.
Según una encuesta de Reuters/Ipsos de finales de octubre, el 50% de los estadounidenses responsabiliza a los republicanos del cierre, mientras que el 43% culpa a los demócratas.
En medio de esta crisis, el presidente Trump ha cancelado unilateralmente miles de millones de dólares en gastos y ha recortado las nóminas federales, acciones que según algunos analistas invaden la autoridad fiscal constitucional del Congreso.
El acuerdo actual no incluye barreras explícitas que impidan a Trump realizar nuevos recortes de gastos. Sin embargo, congelaría temporalmente su iniciativa para reducir la plantilla federal, prohibiéndole despedir empleados hasta el 30 de enero. Además, el acuerdo garantizaría la continuidad del programa de asistencia alimentaria SNAP —cuyo funcionamiento se vio interrumpido por el cierre— hasta el 30 de septiembre de 2026.













