China anunció el viernes que ha confirmado detalles adicionales de un marco comercial con Estados Unidos, haciéndose eco de los recientes comentarios del secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, quien destacó un acuerdo entre ambas potencias que busca estabilizar sus relaciones económicas.
Este avance se produce tras intensas negociaciones recientes, marcando un paso hacia la distensión en las tensas relaciones comerciales entre las dos mayores economías del mundo, reportó Bloomberg Línea.
El Ministerio de Comercio chino emitió un comunicado en el que destacó que funcionarios de ambos países han mantenido un contacto estrecho tras las conversaciones comerciales celebradas a principios de este mes en Londres.
“En los últimos días, tras la aprobación, ambas partes confirmaron más detalles sobre el marco”, señaló un portavoz del ministerio. “La parte china revisará y aprobará las solicitudes elegibles para la exportación de artículos controlados de conformidad con la ley. La parte estadounidense, en consecuencia, cancelará una serie de medidas restrictivas adoptadas contra China”.
Las declaraciones de China llegan poco después de que Lutnick anunciara el jueves en una entrevista con Bloomberg TV que Washington y Pekín habían finalizado un acuerdo comercial en Ginebra.
Según Lutnick, el pacto, firmado hace dos días, formaliza los términos establecidos en negociaciones previas entre ambos gobiernos.
Entre los puntos clave, destacó el compromiso de China de garantizar el suministro de tierras raras, materiales esenciales para la fabricación de productos que van desde turbinas eólicas hasta aviones de combate. Además, Lutnick reveló que la Casa Blanca planea cerrar acuerdos similares con otros diez socios comerciales importantes en el corto plazo.
Las conversaciones en Londres, lideradas por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, y el viceprimer ministro chino, He Lifeng, fueron el preludio de este acuerdo. Aunque ambas delegaciones elogiaron el progreso alcanzado, pocos detalles concretos se divulgaron tras las discusiones, lo que generó incertidumbre sobre aspectos específicos, como la posible reanudación de las exportaciones chinas de imanes de tierras raras, un punto crítico en las negociaciones.
El presidente estadounidense, Donald Trump, celebró los resultados en una publicación en redes sociales, calificándolos de “EXCELENTES”. Sin embargo, su administración reconoció que el acuerdo en gran medida formaliza compromisos previos alcanzados en Ginebra, los cuales permitieron una reducción de aranceles significativos, pero no resolvieron por completo las disputas sobre los controles de exportación impuestos por Washington.
El comunicado chino también hizo referencia a una llamada telefónica del 5 de junio entre el presidente Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, subrayando que ambas naciones deben colaborar para promover un desarrollo estable de sus lazos económicos y comerciales. Este mensaje refleja un esfuerzo por mantener una tregua frágil en medio de tensiones persistentes.
En un gesto que podría interpretarse como una señal de buena voluntad, China anunció a principios de este mes que reforzaría los controles sobre dos productos químicos utilizados en la producción de fentanilo, una medida que podría ayudar a mitigar las preocupaciones de Estados Unidos sobre el papel de Pekín en la crisis de opioides que afecta al país.
Cabe destacar que la administración Trump impuso este año aranceles del 20% a las exportaciones chinas, argumentando la supuesta responsabilidad de China en esta crisis. Dichos aranceles permanecen vigentes, lo que indica que, a pesar de los avances, persisten puntos de fricción entre ambas naciones.
El acuerdo comercial representa un esfuerzo por estabilizar las relaciones bilaterales, pero los analistas advierten que la falta de detalles específicos y las disputas pendientes, especialmente en torno a los controles de exportación, podrían limitar su impacto a largo plazo.
Mientras tanto, tanto Washington como Pekín parecen comprometidos a mantener el diálogo para evitar una escalada de tensiones que pueda afectar la economía global.
