Cemento Siguaney garantiza infraestructura para parques solares pese a desafíos tecnológicos

La Fábrica de Cemento Siguaney, en la central provincia de Sancti Spíritus, libra una batalla contra el tiempo para sostener la producción de un insumo crítico: el cemento requerido para construir los Parques Solares Fotovoltaicos (PSF) que Cuba necesita con urgencia.

Con más de 50 años de operación y carencias de mantenimiento, la planta se ha convertido en un eslabón indispensable para la infraestructura de energía renovable del país.

Los PSF, claves para diversificar la matriz energética cubana, dependen de obras civiles que incluyen cercados perimetrales, bases de hormigón y edificaciones administrativas.

Según el periódico Escambray, desde hace tres meses, la industria cementera espirituana asume la responsabilidad exclusiva de abastecer este material a todos los proyectos solares en construcción.

Saúl Rodríguez Pérez, ingeniero de la fábrica, detalla los retos: “La industria se mantiene gracias a la inventiva de sus trabajadores. Una de las problemáticas que enfrentamos es con los ladrillos refractarios del horno, pues no los tenemos para irlos sustituyendo. Lo que hacemos es coger esos ladrillos envejecidos y procesarlos con otros aditivos para crear un hormigón con características similares”.

Ubicada en el municipio de Taguasco, la fábrica opera con equipos obsoletos y sin acceso a repuestos especializados. Pese a esto, prioriza el suministro para los PSF sin descuidar demandas de otros sectores como la vivienda y la agricultura.

Rodríguez Pérez subraya que la adaptación técnica es constante: cada mes, el horno —diseñado originalmente para carbón— debe ajustarse para usar petróleo crudo, único combustible disponible.

El plan de Cuba para sincronizar nuevos parques solares a su sistema eléctrico avanza en medio de tensiones energéticas crónicas. Autoridades reconocen que, sin cemento, sería imposible levantar la infraestructura básica que sostiene los paneles.

Mientras Siguaney lucha por mantener su producción, el país apuesta a que estas inversiones verdes alivien una crisis que en 2022 dejó apagones diarios de hasta 12 horas.

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