Caficultura de Villa Clara impulsa innovación con biotecnología y agroecología

El municipio villaclareño de Manicaragua, con 123 hectáreas dedicadas a la caficultura intensiva y selectiva, fortalece su posición como líder en la producción cafetalera cubana mediante la aplicación sistemática de la ciencia y la innovación tecnológica en todas las fases del cultivo.

Ciro Sánchez Esmori, director de la Unidad Científico Técnica de Base (UCTB) Estación Experimental Agroforestal de Jibacoa, explicó el papel central de la institución: “desarrolla y transfiere tecnologías avanzadas a la cadena productiva”.

Este trabajo, precisó, ha sido fundamental para “obtener posturas de alto valor genético y refrescar variedades arábicas y robustas a partir de biotecnología y mezclas clonales”.

Desde su sede en la comunidad de Rincón Naranjo, la estación impulsa proyectos con alcance nacional. Sánchez Esmori subrayó que “la ciencia se integra a cada eslabón de la producción cafetalera, aportando soluciones específicas para elevar los rendimientos agrícolas”.

En Villa Clara, esta transferencia tecnológica beneficia directamente a 88 productores, quienes abarcan 123 hectáreas en siete municipios, incluyendo Placetas, Camajuaní, Remedios, Caibarién, Ranchuelo, Santo Domingo y Santa Clara.

Destacó especialmente el rol de la Unidad Básica de Producción Cooperativa La Herradura, donde los propios agricultores seleccionan las experiencias más exitosas.

La estrategia abarca más allá del café. Se promueven activamente la agroecología y la diversificación económica desde la finca, con sistemas agroforestales, mediante talleres y capacitaciones en colaboración con la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), la cual organiza intercambios mensuales y trimestrales en las asociaciones campesinas.

Como ejemplo de éxito, Sánchez Esmori citó a la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Ignacio Pérez Ríos, en Veguitas, “constituye un ejemplo de altos rendimientos y diversidad agropecuaria”

Mencionó también casos individuales, como el productor Juan Ortiz Pérez, quien “ha diversificado cultivos y mejorado suelos con técnicas agroecológicas, logrando entregar más de una tonelada de papa en la última campaña”.

El impacto científico se evidencia en múltiples frentes: “la propagación de variedades resistentes, la capacitación de 29 mujeres en La Herradura y la aplicación de abonos orgánicos”. Estas acciones, señaló el especialista, son vitales para “enfrentar los desafíos productivos y climáticos de la región”.

José Luis Rodríguez, un poblador de la zona montañosa de Manicaragua, vinculó estos esfuerzos al contexto nacional, manifestando que “garantizar la soberanía alimentaria de la región es esencial para enfrentar el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos a Cuba”.

Consideró que “la ciencia y la innovación resultan herramientas imprescindibles para lograrlo”.

Ubicado a unos 290 kilómetros al este de La Habana, Manicaragua se caracteriza por su relieve montañoso y clima húmedo. Su población, mayormente dedicada a la agricultura, mantiene una fuerte tradición cafetalera y destaca por la adopción creciente de prácticas agroecológicas y tecnológicas en sus fincas.

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