Bancarización y cabos sueltos

“Es abusivo lo que hacen ustedes con nosotros, los viejitos”, le dice la abuelita, bien entrada en años, a la persona que vende diversos productos en una de las mipymes ubicada en la llamada doble vía, de Santa Clara.

“Constituye una burla que usted me diga que sí puedo pagar mediante el código Qr, y en la práctica eso no funcione”, le expresa enojada la octogenaria mujer, que había ido a comprar allí un kilogramo de leche en polvo para su desayuno y el del esposo.

Sin el menor sonrojo ni consideración, el señor que expendía la mercancía se limitó a señalar: “Mire abuela, si quiere llevar la leche, tendrá que pagar en efectivo; yo no tengo la culpa de que ese engendro no sirva. Vaya a ver a los que lo inventaron”. Y así, en medio de su impotencia, la ancianita tuvo que marcharse sin el producto que necesitaba.

Al indagar en el asunto con autoridades del Gobierno, se reconoció que esa y otras conductas evasivas se han hecho cotidianas en muchísimos lugares, como una manera de burlar la política de estimular la realización de todos los pagos de servicios, productos y demás operaciones comerciales y financieras mediante el uso de instrumentos de pago y canales electrónicos.

Tal disposición también se corresponde con la necesidad de suplir el déficit de efectivo en los bancos, imposibilitados por ahora de poder garantizar la existencia de todo el dinero que demandan los cajeros automáticos y el de los clientes que precisan de altos montos por caja, entre otras razones.

Lo cierto es que lo que está bien descrito en varios decretos, y se completó en agosto de 2023, con la Resolución 111 del Banco Central de Cuba, y luego, con la Resolución 93 del Ministerio de Comercio Interior, que estipula el uso obligatorio del comercio electrónico por entidades estatales y no estatales, ha implicado, por diversas razones, en la práctica, demasiadas agonías y molestias a la población.

Transfermóvil. Foto: Archivo.

Irail Trujillo Álvarez, coordinador de programas y objetivos del Gobierno provincial, explicó que la creación de códigos Qr falsos; cobrar solo mediante la plataforma EnZona, un poco más compleja para los usuarios que Transfermóvil; establecer horarios en los que solo reciben efectivo; o decir que únicamente aceptan dinero contante y sonante, a fin de poder garantizar el salario de los trabajadores, entre otras, son algunas de las transgresiones que a diario se cometen por parte del sector privado.

Menciona también el cobro solo mediante transferencias a determinadas tarjetas personales, con lo cual se priva al pueblo de recibir las bonificaciones contempladas por la ley; además de la exigencia del pago en dólares, entre otras contravenciones, sin contar las violaciones de los precios topados a determinados productos.

Para tener una idea de la magnitud de las violaciones, y se sabe que son muchas más, en lo que va de año en Villa Clara se han aplicado, por ese concepto, un total de 454 multas por violar lo establecido en el Decreto Ley 91 de 2024, que establece el pago de multas que pueden oscilar entre los 16 000 y los 60 000 pesos, explica el funcionario.

Algo interesante, según Trujillo Álvarez, es que, entre los violadores de la bancarización, también se cuenta el sector estatal de la economía, incluyendo los Proyectos de Desarrollo Local, para los cuales no existe ningún instrumento legal que contemple sus contravenciones.

“Se ha dado el caso de mercados que solo venden determinados productos en efectivo, o representantes de cooperativas de créditos y servicios que acuden a las ferias agropecuarias y solo quieren cobrar sin el empleo de las pasarelas de pago establecidas, lo cual es una burla al pueblo, porque esos espacios se han creado para dar el ejemplo y ser abanderados de esta política, que en la práctica solo pretende beneficiar a la población”, reflexiona el coordinador de programas y objetivos del Gobierno en el territorio.

Otras aristas del asunto

Entre los elementos que conspiran contra el buen desarrollo de la bancarización, no solo figuran los muchos incumplimientos de lo establecido, porque también hay otras anomalías que igualmente influyen, entre ellas la existencia de largas colas para adquirir el dinero en los cajeros; la aparición allí de los coleros que lucran con la necesidad de las personas; además de los fenómenos asociados a la situación del país, como la falta de electricidad o desconexiones frecuentes del sistema informático que sustenta ese proceso.

Iliana Alemán, una señora que salió bien irritada de una de las sucursales bancarias de Santa Clara, en la que solo pudieron entregarle una exigua suma de dinero de su cuenta bancaria, expresó el sentir de muchos: “el colapso por la falta de efectivo se ha convertido en la tortura nuestra de cada día. Tengo la tarjeta cargada de dinero, algo que es una práctica válida para viabilizar las gestiones y la vida, pero no me sirve de nada”, dijo, visiblemente irritada.

De igual manera, aunque muchos administrativos del Comercio y la Gastronomía reconocen las ventajas de la bancarización, para ellos muchas veces ha constituido una limitación, debido a que deben adquirir casi todas las mercancías en el mercado de oferta y demanda, y hacerlo mediante facturas; sin embargo, cuando ese productor va al banco, no puede sacar el dinero que necesita para seguir produciendo, porque no hay, y ahí mismo les piden el pago en efectivo, un volumen de dinero que ellos no tienen.

Para tener una idea de la aceptación o no que va teniendo la bancarización en la red de comercio, baste decir que el pasado año, en Villa Clara, las ventas minoristas por medios electrónicos alcanzaron solo el 15.2 % del plan de circulación mercantil del año, una cifra insuficiente para el potencial que poseen.

Asimismo, en la mayoría de los lugares sigue siendo escasa la ejecución de los pagos en línea utilizando el código Qr, al predominar las operaciones que realizan los clientes mediante las transferencias entre cuentas.

Al indagar con varios trabajadores por cuenta propia acerca de la negativa a recibir pagos por vía electrónica, la mayoría refiere que tratan de no cobrar por esa vía, aunque quisieran, porque después el banco no los deja sacar todo el dinero que necesitan para continuar invirtiendo, y sus proveedores les exigen efectivo en mano.

Igual sucede a los campesinos que tanto se esfuerzan para producir alimentos en medio de las fuertes limitaciones de insumos que hoy padece la nación. Venden sus cosechas al Estado y, a la hora de recibir el dinero, no siempre pueden hacerlo, porque al tratarse de altas cifras de efectivo, el banco no dispone de este, lo cual en la práctica es un impedimento.

En ese caso, se trata de un sector que es de los que más sufren por la lejanía, y no todo el mundo tiene las condiciones ni la edad ni la conectividad para utilizar ese servicio, lo que ha motivado que varias cooperativas se pasen dos y tres meses sin poder sacar el efectivo que necesitan para poder pagar el salario derivado de las ventas de los campesinos, como sucede en el municipio de Ranchuelo, según Arney Martínez Chongo, al frente de la esfera agroalimentaria de la ANAP en Villa Clara.

Otra arista del asunto, y que provoca el lógico rechazo que existe en la campiña a las operaciones electrónicas, es que ante la carencia de fuerza de trabajo, cuando necesitan contratar nuevos brazos, estos exigen que se les pague en efectivo, lo que ha motivado la carencia de hombres que quieran trabajar la tierra.

Un recio ganadero santaclareño, como Alexis Alfonso, reflexionó ante Granma: “La mayoría de los insumos que compramos no los vende el Estado, sino las mipymes o quienes los traen de afuera, y esos casi nunca aceptan transferencia ni billetes chiquitos; y si lo aceptan, el de diez lo valoran en ocho y el de a 20, a 18. Vaya, nos tienen cogidos por el narigón”, dijo con enfado.

Como puede verse, todos resultan problemas muy complejos de resolver, debido a la situación en la que se desenvuelven la economía y la sociedad cubanas, aunque, también es justo decirlo, en materia de bancarización han faltado control y exigencia en la mayoría de los lugares.

(Tomado de Granma)

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2 respuestas

  1. Muy cierto el comentario y los análisis pero no aparece la solución por ninguna vía y mientras los que vivimos del salario tendremos que seguir siendo explotados y casi sin poder comprar alimentos.

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