Por: Jorge Enrique Jerez Belisario
Extraer los minerales de la tierra ha sido, desde hace mucho tiempo en la humanidad, una actividad económica esencial. Hoy lo sigue siendo, por el valor que tienen determinados minerales en el mercado mundial. Por eso la investigación, la explotación, el procesamiento y la comercialización de minerales metálicos y no metálicos es el propósito de la Empresa Geominera de Camagüey que, además, abarca las provincias de Ciego de Ávila y Las Tunas, fieles a tres paradigmas que llevaron la institución a lo que es hoy: Eugenio Escobar, Teresa Marín y Manuel Iturralde.
El año 2024 ha sido muy difícil para la adquisición de los insumos de importación que requiere la actividad. No obstante, se proponen cumplir con las investigaciones geológicas, como principal actividad de la empresa, y con la producción de cromo.
Beber de la historia para asegurar el presente
Con casi 48 años, la Geominera Camagüey acumula en sus trabajadores una historia como pocas entidades, con gente entregada a sacar adelante la minería y las investigaciones en el campo de la geología, imprescindibles para realizar esa actividad.
Enrique Piñero Peña, con 42 años de servicio a las empresas Geología Camagüey y Geominera Camagüey, considera sus mayores aportes los estudios geológicos regionales que sirvieron y sirven todavía de base a otros más profundos en ese campo.
Junto a su equipo, descubrió el segundo depósito aurífero más grande del país en cuanto a cantidad de recursos y reservas, y desde el punto de vista tecnológico el más noble; y económicamente significativo para el país.
Para llegar a estos yacimientos fueron fundamentales también sus conocimientos sobre volcanismo. “Cuba se formó con partes diferentes de América Central y de la región continental norteamericana. En esas partes estamos hablando de un volcanismo ya pasivo, adoptado, que nos permite tener presencia mineral metálica y encontrar yacimientos de oro, plata, zinc y cromo”.
Para el profesor Piñero es un desvelo la formación de nuevos geólogos, por lo que, en coordinación con el Instituto Minero Metalúrgico de Moa, asume la tutoría de estudiantes que llegan a la Empresa a realizar sus investigaciones.
Otro de los trabajadores históricos es Alfredo Labrada Blanco, ingeniero de Minas, graduado en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, con 41 años de trabajo en la actividad extractiva. Su experiencia comenzó por El Cobre, en Santiago de Cuba, y ha participado en la explotación de las minas de zeolita, oro y cromo.
“Últimamente he estado trabajando en la explotación del yacimiento Jacinto. Aunque todavía no estaba el proyecto para la totalidad de la explotación, hubo que adelantar una parcial para ocupar el área y desplazar de allí a más de 3 000 mineros ilegales. Desde junio de 2023 se está explotando esa mina por parte de la Empresa”, señaló.
En tiempos en que no existían computadoras y los mapas se hacían a mano, llegó Carlos Zayas Rodríguez. Tiene 65 años, y de esos lleva 45 en el sector, como dibujante técnico.
Recuerda que tuvo hasta que pasar por las casas de cultura para entrenar su dibujo. Sin embargo, en el periodo especial reubicaron a muchos trabajadores, y él se autogestionó el trabajo de tallar piedras para venderlas al turismo y diversificar las fuentes de ingreso de la entidad. También ha diseñado etiquetas para medicamentos elaborados allí mismo, como parte de esa búsqueda constante de alternativas.
“Regresé al dibujo con las asociaciones económicas internacionales, y luego tuve que reacomodarme nuevamente, pues las computadoras eliminaron los dibujos a mano. Fue de gestor de archivo que encontré un yacimiento, no de oro ni de ningún material valioso, mi yacimiento fue el rescate de la memoria histórica de la Empresa.
“También estoy trabajando con los museos de Guáimaro y Jobabo, para incentivar una sala de historia de la geología y la minería en esos municipios, desconocida o subvalorada por otras actividades económicas que son más predominantes en el territorio».
Uno de los responsables de los trabajos de campo en la entidad es el técnico geólogo Bárbaro Miguel Gallego González. Su misión es recopilar los datos del terreno para llevarlos al mapa, necesarios para una buena interpretación y para la ubicación de esos elementos.
“Actualmente trabajo en dos proyectos, uno de minerales no metálicos, de evaluación de arcilla, piedra y arena en todo el territorio de la Empresa, y el otro denominado Calizas Jiquí, que tiene la intención de prospectar para buscar mayores recursos para esa planta”. Agregó que se trabajó también en la explotación del níquel presente en la meseta de San Felipe.
Asegurar el presente y cimentar el futuro
A pesar de las dificultades energéticas y económicas que ha enfrentado el país, esta empresa camagüeyana tiene bien presente que de su actividad comercial depende también, en buena medida, ingresar divisas frescas al país, y por eso no se detienen en la búsqueda de soluciones.
Por ejemplo, el cromo, al cierre del tercer trimestre, cumplió su plan, y las exportaciones de ese rubro, y en octubre realizaron la cuarta exportación del año de ese mineral. Igualmente, se proponen cumplir con el carbonato de calcio, que se extrae y se procesa en el territorio de Najasa, como parte de los minerales no metálicos.
Según refirió Yusmiel Sánchez Silva, director técnico de la Geominera, se les da continuidad a los proyectos relacionados con la extracción de oro y el programa de cartografía. “En el caso del oro, se han visto afectadas las exportaciones por no tener reactivos de importación que son insustituibles para la producción. Esto paralizó cuatro meses las ventas. En el último trimestre se espera exportar oro, pero no podremos cumplir los planes de exportación previstos. Eso nos ha llevado a concentrarnos en el cromo, que no necesita químicos importados, y tratar de suplir las exportaciones de oro con las de cromo”.
Además, aprovechando el potencial humano y técnico de la Empresa, se realizan también producciones alternativas, fundamentalmente detergente líquido, lejía de cloro y pinturas, para poder formar salarios ante el déficit de los renglones fundamentales.
“Ahora mismo estamos en la conformación del primer geoparque camagüeyano, que estaría ubicado en Sierra de Cubitas, y uniríamos naturaleza, historia y geología; en sitios como el Hoyo de Bonet, el Paso de Lesca, el paso de la Vallita, Los Cangilones, zonas que hoy se manejan por diferentes instituciones. La idea es que el manejo sea integrado”, agregó el profesor Piñero Peña.
La Geominera Camagüey busca diversificar las producciones y ser eficiente en un escenario difícil y desafiante, con gente a la que poco le interesa dónde esté la mina, bajo tierra o a cielo abierto, sin temerles a las altas temperaturas y a los peligros propios de la actividad, con la proa hacia el futuro; sin olvidar que el desarrollo tiene que ser sostenible y amigable con el medio ambiente.
(Tomado de Granma)