El ambicioso proyecto del teleférico transnacional entre Blagovéschensk y Heihe representa un hito en la cooperación entre Rusia y China, reporta Prensa Latina.
Iniciado el 18 de julio de 2019, el proyecto ha superado los desafíos impuestos por la pandemia de coronavirus, aunque con algunos retrasos en 2020.
“El corazón del teleférico Blagovéschensk-Heihe ya está dentro. Los constructores empezaron a montar los equipos principales en el interior de la terminal. Hoy en día, el teleférico está listo al 40 por ciento”, publicó el gobernador de la provincia rusa de Amur, Vasili Orlovel en la red social Telegram.
Una vez completado, será el primer teleférico en el mundo en cruzar una frontera internacional, ofreciendo una conexión directa y eficiente entre las dos ciudades separadas por el río Amur.
Con una longitud de 976 metros y capacidad para 110 pasajeros por cabina, el teleférico promete ser una maravilla de la ingeniería y un impulso para el turismo y el comercio en la región.
Se estima que el tráfico alcanzará los 2.5 millones de viajeros anuales, lo que equivale a 457 personas por hora, proporcionando una vista panorámica única del río y las ciudades a ambos lados durante el trayecto de menos de ocho minutos.
La terminal rusa, con sus 26 mil metros cuadrados, no solo servirá como estación para el teleférico, sino que también incluirá un paso fronterizo, una tienda libre de impuestos y áreas de esparcimiento, lo que refleja la importancia del proyecto para el desarrollo regional.
Del lado de Heihe, la terminal de cuatro pisos complementará estas instalaciones con servicios adicionales como un hotel de cinco estrellas y espacios para reuniones de negocios, subrayando la naturaleza multifacética del emprendimiento.
Según expertos, el proyecto no solo es un logro técnico, sino también un símbolo de la cooperación bilateral, enmarcado dentro de los acuerdos entre Moscú y Beijing que buscan el beneficio mutuo y el desarrollo económico.
