
Cajeros “solidarios”
Vivir en los municipios periféricos de una urbe como La Habana es un constante aprendizaje. Como dice Chencho (Inocencio Martínez), un carretillero furtivo cuando se asoma ocasionalmente con su carga de plátano burro o fruta, y alguna calabaza, salidos de quién sabe dónde, es “el filme de la vida, una película que no deja de sorprendernos, ¿verdad vecina?”; comenta con cualquiera que se acerque a comprarle, o simplemente pase a su lado. “Las cosas que se ven hoy –prosigue con su discurso improvisado– dejan chiquito a cualquiera de los grandes cineastas americanos, soviéticos, franceses o italianos…”.